Derbi: del palo a los besos

El beso de Yassine Bono en la cabeza de Álex Moreno fue una de las imágenes que dejó el derbi sevillano, que como siempre en este tipo de encuentros se llenó de polémicas, instantes y muchas otras cosas para debatir en el post-partido. Afortunadamente, el clásico hispalense cambió los besos por el palo de Jordán del anterior envite copero. En las redes también se destacan otros ósculos: uno que dedicó Borja Iglesias a la grada sevillista tras mandar el balón a los recogepelotas y el que mandó Lucas Ocampos al sector donde se encontraban los hinchas del Betis, en la celebración de la victoria.

Bono besó a Álex Moreno después de que el lateral catalán fallara una clara ocasión para haber metido antes al equipo verdiblanco, que perdía entonces 2-0, en el encuentro. Después del final, el portero marroquí intentó repetir la maniobra cuando saludaba a los jugadores béticos, pero en esta ocasión Álex vio en el gesto una provocación y recriminó al portero del Sevilla su gesto. No pasó la cosa a mayores.

Se produjeron algunos cánticos reprobables en el Sánchez-Pizjuán, que la Liga ha denunciado correspondientemente, pero no hubo que lamentar ningún incidente extra, más allá de que el ímpetu de los aficionados sevillistas acabara por romper el autobús de su propio equipo. Producto más más de una pasión amorosa que de la violencia. Tampoco sucedió en el palco nada reseñable entre los dirigentes, los que más ejemplo deben dar a sus hinchadas, y la normalidad comenzó a volver a un duelo que hasta lo sucedido en Copa y todas sus consecuencias había transcurrido más o menos tranquilo durante los últimos tiempos. Siempre será mejor lanzar besos, irónicos o no, que cualquier tipo de palo.