Un sitio para Kubo
Tras tres años de cesiones, el Madrid y el jugador aspiran a que esté en la plantilla 2022-23: necesita la nacionalización de Vinicius, que sigue pendiente.
Mientras avanza la temporada 2021-22, el Real Madrid de la 2022-23 va tomando forma en la cabeza de los dirigentes del club madridista: Mbappé en el ataque, un año más para Modric, un refuerzo en defensa si es a un coste adecuado (Rüdiger es el preferido), algo para el mediocampo (Kessié tiene opciones)... y la primera oportunidad de Kubo como jugador de pleno derecho del equipo blanco. El japonés, que llegó al Madrid en verano de 2019, quiere ser parte de la plantilla el curso que viene, y en el Madrid ven con buenos ojos esa posibilidad.
Desde que llegó al club, con solo 18 años, Kubo ha acumulado ya tres años de cesiones para ir fogueándose al primer nivel e ir ganando experiencia. Pasó un primer año productivo en Mallorca, en el que acumuló casi 2.500 minutos e hizo cuatro goles. La temporada 2020-21, sin embargo, fue de retroceso para él: se fue al Villarreal convencido por un Emery que luego, a la hora de la verdad, no le dio apenas oportunidades, prefiriendo a los jugadores de la casa.
De ahí que en enero se marchase al Getafe, donde pudo jugar algo más a las órdenes de Bordalás. Y el pasado verano decidió repetir con el Mallorca, donde ya se había sentido a gusto; una lesión le impidió tener regularidad en la primera parte de la temporada, pero ya está ganando vuelo y lleva dos goles y tres asistencias este curso. Con un tanto suyo, el Mallorca se impuso en casa del Atlético, por ejemplo.
Kubo sabe bien que en el Real Madrid tener minutos estaría mucho más caro, con la presencia de Vinicius y Benzema en el ataque, al que muy probablemente se le sumará Mbappé; pero igualmente sabe que el flanco derecho, la banda en la que él juega para trazar esas diagonales regateando que tanto le caracterizan, es la posición del ataque más abierta a la competencia, que este curso ha contado con Asensio, Rodrygo, Hazard, Lucas, Bale... Pero ese no es el primero problema; a día de hoy, Kubo no podría ser inscrito por el Real Madrid.
Take, como le llaman en su círculo cercano, nació en la ciudad japonesa de Kawasaki y es residente en España desde hace dos años y medio. Japón no entra dentro de los países con periodos más cortos para nacionalizarse, por lo que Kubo solo podrá obtener la nacionalidad si pasa en España diez años de forma ininterrumpida; si no se mueve de la Liga, podrá iniciar los trámites cuando ya haya rebasado, a priori, la mitad de su carrera profesional. Por tanto, el Madrid ya sabe que Kubo ocupará una de las tres plazas de jugadores no comunitarios, y ahí viene el problema.
Porque las tres plazas están ocupadas en este momento por tres brasileños: Vinicius, Rodrygo y Militao. El primero llegó al Madrid en 2018, los otros dos en 2019. Y para los brasileños, al proceder de un país iberoamericano, la solicitud de nacionalidad puede ser cursada a partir de llevar dos años residiendo en España. Los tres tienen abierto ya el proceso, pero la pandemia se cruzó en el camino del Madrid y lo está retrasando todo.
Vinicius afecta a Kubo... y a Reinier
Rodrygo y Militao no preocupan, pues arrancaron el proceso un año después que Vinicius y, por tanto, en el Madrid saben que tardarán más en recibir la nacionalidad española. Pero en el caso de Vinicius, la idea era que esta temporada ya fuese jugador comunitario. Sin embargo, la pandemia generó unos atrasos en las gestiones burocráticas inherentes al proceso y en el Madrid siguen esperando noticias. Confían en el club en que la situación se resuelva antes del inicio del curso próximo, pero hay incertidumbre y afecta a la planificación de la 2022-23.
Esa incertidumbre afecta también a Kubo, cuyo deseo es poder debutar de blanco en partido oficial al fin. Para ello, necesita que Vinicius reciba la nacionalidad española o que se produzca alguna salida de alguno de los tres afectados. En los casos de Vinicius y Militao, ni se contempla; en el de Rodrygo habría alguna opción más, pero en el Madrid están contentos con el brasileño, que no logra asentarse como titular y cuyas cifras goleadoras son algo discretas, pero que asume bien un rol de jugador de refresco y cuyo trabajo defensivo encanta a Ancelotti.
El brasileño Reinier, que acaba su cesión con el Dortmund el próximo verano, está en la misma situación, pero en su caso no se contempla que se quede en la plantilla. Tiene que jugar, algo que no ha logrado hacer de forma habitual en Alemania en estos dos últimos años; se le buscará una nueva cesión, dándole prioridad a que sea del gusto del entrenador para que cuente con oportunidades.
Cuando Kubo vuelva al Madrid este verano, se abordará la situación confiando en que ya tenga hueco en la plantilla, tanto reglamentaria como deportivamente, así como su renovación: el japonés finaliza contrato en 2024 y de momento no ha habido conversaciones para extenderlo. El Madrid anda centrado en los fichajes del curso que viene y en las renovaciones más urgentes, como son Modric, Asensio o Militao.