Aprobados y suspensos del Celta: El Chacho se olvida el cuchillo
El conjunto vigués acumuló posesión en el Metropolitano, pero una jornada más careció de profundidad. Mallo fue el punto débil celeste y Dituro también contribuyó al doblete de Lodi.
Dituro: Se come los dos goles. El primer palo es de los porteros y, por lo tanto, el argentino falla en el 1-0. Lodi se la mete entre las piernas en el 2-0. Reaccionó con acierto a dos disparos peligrosos, uno de Carrasco y otro de De Paul.
Hugo Mallo: El punto débil del Celta. Permitió que un lateral como Lodi pareciese la reencarnación de Futre. En el primer tanto del brasileño le falta agresividad para encimarle antes de que arme el disparo, que toca en el marinense y despista a Dituro, y en el segundo le gana la espalda. De su noche para olvidar sólo se pueden rescatar sus incorporaciones al ataque, sacando centros con mucha intención y adentrándose en zonas de remate.
Aidoo: Firme. Sin demasiados apuros en defensa, lo pasó peor a la hora de dar salida al balón. Tuvo el tanto del empate en el arranque del segundo tiempo, pero no llegó por centímetros en el segundo palo.
Araújo: Discreto. El Atlético no atacó en exceso por su costado. Se le hizo de noche cuando intentó romper líneas con alguna salida en conducción.
Javi Galán: Despliegue. Su buena actuación defensiva, atando en corto a Llorente, se vio empañada por romper el fuera de juego y habilitar a Lodi en el 2-0. El carrilero zurdo enganchó una volea desde la frontal antes del descanso y en el tramo final del duelo se convirtió en el céltico más peligroso en ataque. Estuvo cerca de marcar apareciendo en el área pequeña.
Beltrán: Incansable. No se arrugó ante dos torres como Herrera y Kondogbia, que tenían todas las de ganar en los duelos cuerpo a cuerpo con el madrileño. Buscó el 2-1 con un lanzamiento desde fuera del área que se le marchó alto.
Denis Suárez: Sin profundidad. Es el encargado de marcar la velocidad en el centro del campo y le faltó meterle dos marchas más al partido. Le sirvió en bandeja a Cervi lo que podía haber sido el 0-1.
Cervi: El mejor del Celta durante los primeros 45 minutos, pese a perdonar el 0-1 con todo a favor en el minuto 14. Brilló en la recuperación y dejó destellos de su calidad. El esfuerzo le pasó factura a partir de la hora de juego y Coudet lo retiró en el primer turno de cambios.
Brais Méndez: No encontró el último pase. No le perdió la cara al partido en ningún momento y movió el balón con criterio, tanto de interior como actuando de mediocentro en el tramo final. Una jornada más el equipo rival encontró un filón en ataque por la banda que comparte con Mallo.
Iago Aspas: Le faltaron socios. Indetectable en muchas fases del encuentro para los zagueros rojiblancos, se movió más como extremo izquierdo que como segundo punta. Desde el minuto 17 jugó con un taco de la bota de Giménez ‘tatuado’ en su tobillo izquierdo. El árbitro consideró que la peligrosísima entrada del uruguayo y las protestas del moañés merecían la misma sanción. Incomprensible.
Santi Mina: Hizo lo que pudo ante el expeditivo tándem de centrales colchoneros. Peleó, poniendo su juego aéreo y sus descargas al servicio del equipo. No dispuso de ninguna ocasión realmente clara.
Nolito (entró por Cervi): Intentó, sin excesivo acierto, revolucionar el partido buscando combinaciones con Aspas.
Galhardo (entró por Mina): Apenas recibió balones en condiciones.
Solari (entró por Denis): Rozó el gol tras robarle la cartera a Carrasco dentro del área. El remate se le fue alto. Siempre aporta energía.