Identidad ante un Amorebieta de juego en largo y por alto
El Real Valladolid recibe muy posiblemente a su rival más antagónico, y quien más problemas le generó en la primera vuelta fruto de su estilo.
El Real Valladolid recibe al equipo seguramente más antagónico a su ideario este domingo en el José Zorrilla, un Amorebieta que ya doblegó a los blanquivioletas en la primera vuelta con ese estilo tan diferente que le ha llevado a la Segunda División. Pese a la situación clasificatoria en la que se encuentra el conjunto vasco, se trata seguramente del partido con la especificidad más clara de lo que queda de curso, dadas las condiciones de ese modelo, que versa buena parte de lo que pasa en el campo en los envíos aéreos en largo.
Así lo indican las estadísticas, que reflejan con claridad las artes del cuadro de Íñigo Vélez: es el líder en disputas por alto y en pases en largo y lleva su estilo al extremo hasta el punto de haber buscado este tipo de asociaciones nada menos que en un 71,95% de las ocasiones. Fruto de ello y de esos envíos por alto son las disputas de este tipo en las que ha participado: 1.455, de las cuales ha ganado más de la mitad, un 51,48%. Por si fuera poco, solo el 34,94% de sus pases son en campo propio, siendo quien menos los intenta.
Todas estas estadísticas amenazan con convertir el duelo de Zorrilla en uno identificado a menudo con el fútbol del norte, basado en el juego físico y directo que el Pucela ya sufrió en Lezama. El conjunto de Pacheta ha cambiado mucho desde entonces, más si se piensa en la visión que ofrece como local, lo que no alivia las cautelas a extremar por el técnico. "Tienen un modelo sencillo pero difícil de combatir todo el tiempo y tenemos que estar preparados para el trabajo", aseveró, antes de apelar a "la confianza con balón y en el ataque".
Frente a la amenaza del Amorebieta de escurecer el sol con esos balones frontales y altos, como diría el emisario persa en '300', los blanquivioletas deberán aceptar esa batalla y, valiéndose del film y de la respuesta espartana, luchar a la sombra. La intensidad que se presupone en las acciones anteriores debe ir de la mano de aquellas cosas que los pucelanos saben hacer: buscar una presión que provoque pérdidas, puesto que el Amorebieta es el equipo que más falla con balón y el Pucela el tercero con más intercepciones.
Ciertamente, el conjunto vasco es quien da más pases en campo contrario, pero también quien comete más pérdidas, mientras los vallisoletanos los cuartos que menos perden el cuero, el segundo equipo en número de pases en campo contrario, el cuarto en calidad en el pase, quien más y mejores centros pone... Dicho de otro modo; la clave, para el Real Valladolid es lograr identificarse consigo mismo, tal y como advirtió el entrenador en la rueda de prensa de este viernes. Suena evidente, pero no por ello es menos necesario hacerlo.
Además de continuar con el protagonismo con balón, expuesto por norma (y más en casa), así como de buscar la mejora en la efectividad de cara a la portería rival, en tantas ocasiones referida, un último aspecto necesitado de atención son las acciones a pelota parada. Los centímetros de los atacantes del Girona o del Cartagena trajeron más de un problema al Pucela, el segundo plantel que menos encaja así y el que más saques de esquina genera (eso sí, sin aprovecharlos). El Amorebieta lleva nueve goles a favor hechos de este modo... y nueve encajados así, entre ellos, cinco de los seis últimos.