Alex Sola vuelve a volar por la banda

Alex Sola es uno de esos jugadores que parecen tocados por una varita mágica. Es de esos futbolistas, no hay muchos, que cuando los ves en categorías inferiores imaginas que van a llegar muy lejos, y te frotas las manos pensando que está en Zubieta y que será la Real Sociedad la que podrá disfrutar de un chaval con ese potencial. Surcaba la banda en el filial realista con una potencia, un descaro, una velocidad y una calidad que años más tardes entiendes bien la razón por la que Roberto Olabe, hoy Director de Fútbol, apostó por su evolución, le esperó lo que hiciera falta y promocionó su ascenso al primer equipo. Porque eso es lo que está pasando con Alex Sola en la Real. Es una apuesta del club por un jugador que ha demostrado unas condiciones perfectas para llegar a la élite. Y ahora vuelve a surcar la banda de Anoeta con una fuerza inusitada, con unas ganas de comerse el mundo que parece que nadie lo puede parar. Alex Sola ha regresado, y si la suerte no le es esquiva, la sensación es que nadie le va a poder parar.

Pero el donostiarra no lo ha tenido fácil en los últimos años, precisamente en los que ese salto definitivo al primer equipo de la Real estaba más cerca que nunca. Tras destacar en el filial, se ganó el debut en Primera división, en un partido que la Real con claridad al Leganés. Uno recuerda aquel partido porque le puso tres picas en su valoración del partido a Alex Sola, porque su irrupción fue meteórica en la élite. Las sospechas se empiezan a aclarar: Sola va a acabar haciéndose con el lateral derecho de la Real. Su problema no era él, ni su potencial; sino que en el primer equipo ya había (y sigue habiendo) dos laterales derechos. De todo esto hablando hace tres años, en 2019. Sola no tuvo continuidad en el primer equipo, pero siguió destacando en el filial. Y en verano, como la Segunda B de entonces se le quedaba pequeña, se decidió apostar por su crecimiento y cederle al Numancia en Segunda división. Venía de hacer su primera pretemporada con la Real, y eso era un paso más en su aprendizaje. Para el club era un paso estratégico para un jugador en el que tenía (y tiene) muchas esperanzas puestas, como demuestra la renovación que cerró antes de salir cedido hasta junio de 2023.

Aquella cesión en Soria fue muy fructífera, porque Sola creció como jugador en una liga ya profesional, tuvo minutos y demostró que estaba preparado para dar el salto en la Real, algo que ya se valoraba según se acercaba el final de temporada. Hasta que llegó el primero de los problemas de esta larga travesía marcada por las lesiones que se cerró definitivamente el partido pasado contra el Málaga. El donostiarra se rompió la rodilla en la recta final de esa temporada 19-20 y tuvo que estar casi toda la campaña siguiente sin poder jugar. Llegó para ayudar en el playoff de ascenso a Segunda del Sanse. Olabe valoró su recuperación, y meditó si era bueno que hiciera la pretemporada otra vez con el primer equipo. Pero se decidió que reforzar al filial en su difícil caminar por la Liga Smarbank. Pero el destino le tenía preparada otra jugarreta al pobre de Alex Sola. En el primer partido de la temporada, precisamente contra el Leganés ante el que había debutado en Primera años atrás, salió en la segunda parte y se rompió el menisco.

Alex Sola no podía tener peor suerte. En el año que debía ser el de su definitiva confirmación, en el que el club había depositado todas sus esperanzas es que se afianzara en ese lateral derecho del Sanse para pensar en subirlo este verano al primer equipo. Vuelta a empezar con un largo proceso que le ha tenido cinco meses de dura y larga recuperación. Un tiempo de sombras y miedos que ha llegado a su fin de la mejor manera. Después de varias semanas entrenando con el equipo, a principios de este año Xabi Alonso ya empezó a meterlo en las convocatorias, y a darle minutos en la Segundas partes para que fuera cogiendo ritmo de competición. Y todo ese proceso ha confluido en su primera titularidad en casi un año el pasado sábado contra el Málaga en el Reale Arena. Y Alex Sola la aprovechó, no estaba dispuesto a dejar pasar la ocasión. El donostiarra regresó con una fuerza inusitada, desbordando y comiéndose la banda y a sus rivales sin compasión. Fue uno de los destacados del Sanse, ayudando al filial a ganar el partido gracias a su energía para tirar hacia arriba, sus buenos conceptos defensivos y su potencia en las disputadas. Alex Sola vuelve a volar por la banda, algo que quiere seguir haciendo esta jornada en casa del Oviedo. Todo vuelve a la normalidad para el donostiarra, pretende retomar el camino hacia la élite que se interrumpió hace año y medio. Y la Real se frota las manos. Es una de las apuestas de futuro para el primer equipo.