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LAS PALMAS

Tres palos al corazón amarillo

Las Palmas ve como tres disparos chocan contra la madera ante el Burgos, igualando el máximo de la temporada. Viera es el jugador que más lleva en Segunda División.

Actualizado a
Jonathan Viera, jugador de la UD Las Palmas, se lamenta durante el partido ante el Burgos CF de LaLiga SmartBank.
CARLOS DIAZ-RECIODIARIO AS

Que Las Palmas sufre una sequía goleadora en casa no lo dicen las sensaciones sino la estadística. En lo que va desde el 3 de diciembre hasta ayer, 13 de febrero, los amarillos han anotado dos goles en cinco encuentros, lo que se ha traducido en 5 puntos.

Si en algo destacaban los grancanarios era en su efectividad de cara a puerta en casa. No en vano, habían anotado de media 2,11 goles por encuentro hasta ese 3 de diciembre. Desde ahí su producción ha caído en picado, pasando a 0,4 tantos por partido. Una bajada de 1,71 goles menos cada 90 minutos.

Pues si quien está de sequía, encima no es que no llegue a puerta rival, sino que ve como tres tiros van contra la madera, mayor desazón deja en los maguados corazones de sus aficionados.

Y es que como Mario en Cruz de navajas, Las Palmas sufrió ayer tres cruces, pero al larguero. La primera la de Kirian, con 0-0 en el 22. La segunda de Viera con 0-1 en el 64, y la tercera, de nuevo Viera, que mató cualquier atisbo de esperanza de final apretado en el 81. Y encima de penalti.

Estos tres tiros al larguero suponen el máximo de la liga, empatando con Sporting, Tenerife, Cartagena y Ponferradina. Además de otro partido de Las Palmas, precisamente ante los rojiblancos aquel 3 de diciembre.

Por tanto no es de extrañar que el jugador que más tiros a la madera de toda la Segunda sea amarillo y encima su capitán, Jonathan Viera, que encabeza la clasificación de los 'uys' con 5 palos en total.

Se da la circunstancia que fueron los burgaleses quienes en tres partidos vieron como tres tiros de sus rivales besaron la madera de su portería, el último este domingo en Gran Canaria y es que donde a veces donde no llega Herrero llega el palo.