Juanfran García: "Me encantaría entrenar al Levante y saben mi predisposición"
El exjugador del conjunto granota durante más de 7 años atiende a AS para repasar la actualidad del club, su futuro y su carrera como técnico tras la experiencia en Lugo.
Juanfran García (Valencia, 1976), que disputó 195 partidos con el Levante en dos etapas entre 2009 y 2016, atiende a AS para hablar sobre la actualidad del club granota, su primera etapa como entrenador y su futuro en los banquillos. El ex-lateral se convirtió en uno de los símbolos del conjunto granota y fue partícipe de un ascenso, una participación en la Europa League y seis temporadas en Primera División. Además, fue internacional absoluto y jugó en clubes como Celta, Valencia, Real Zaragoza o Ajax, entre otros. Tras su experiencia y salvación en el Lugo y a la espera de volver a los banquillos, repasa la actualidad levantinista.
Ha pasado un año y medio desde su última experiencia en los banquillos, en el Lugo. ¿Hay gusanillo por volver a entrenar?
Sí, claro. El gusanillo es lo que nos mantiene vivos a los entrenadores y nos lleva a pensar que de un día a otro puede salir algo. Nosotros estamos para eso. Mientras que no estamos trabajando nos informamos de los equipos y vemos mucho fútbol.
Usted llegó al Lugo en una situación muy complicada en julio de 2020 y consiguió salvar al equipo, pero fue destituido en la jornada 5 de la siguiente temporada: ¿Cómo fue su experiencia en el club en un periodo algo extraño?
Al Lugo le voy a estar siempre agradecido. Fue el club que me dio la oportunidad de demostrar que estaba preparado y mostrar mis valores. Llegamos en una situación muy complicada: faltaban 6 partidos y el equipo estaba a 4 puntos de la salvación. Fue muy positivo. De 18 puntos sacamos 14. Enfocamos ese final de temporada de una manera totalmente diferente a lo que hubiera hecho cualquiera. Vimos que había jugadores de nivel y un equipo comprometido, así que volcamos todo el trabajo en lo anímico y mental.
Antes de llegar al Lugo usted estuvo trabajando más de un año en el Aston Villa como scout. ¿Cuál fue su sabor y qué le aportó la experiencia del fútbol inglés?
A mí me llamó García Pitarch y me propuso este trabajo que acepté. Yo en realidad tenía claro desde el primer momento que quería ser entrenador y trabajar como scout no lo veía mucho. Sin embargo, a las dos semanas me dí cuenta de que sí servía para el trabajo de entrenador y me enriqueció mucho. Al final ves jugadores, confrontas sistemas y aporta mucha información. Mi labor era mandarle a Suso informes de cualquier jugador de aquí de España que pudiera dar el salto a la Premier. Estuve muy contento con el trabajo, además ese año ascendimos a la Premier. Con buenas noticias, el trabajo siempre se disfruta más.
Hablemos de la situación del Levante. El club está atravesando un momento muy complicado. ¿Cómo está viendo al equipo en una temporada tan compleja?
En primer lugar, es una situación muy complicada para el jugador. No se la deseo a nadie. Se dice que los jugadores no sienten los colores y es todo lo contrario, el jugador es el primero que quiere salir de esta situación y hay que cuidar su mente. La gestión mental y anímica del jugador tiene que estar por encima de cualquier otro aspecto, ya sea técnico o táctico o físico y quizás al Levante le ha faltado eso. Destituyeron a Paco López y trajeron a Pereira y Alessio. Su trabajo está siendo bueno, pero yo trabajaría mucho más el aspecto mental y anímico. La experiencia me lleva a que es lo mejor para trabajar en situaciones así.
Y para los levantinistas imagino que triste...
Sí, es un poco triste. El Levante ha vivido épocas doradas, llegamos a jugar UEFA. Es cierto que en los últimos años han querido pegar ese pequeño salto, pero por unas cosas u otras no lo han logrado dar.
¿Ve algún paralelismo con el descenso de 2016?
No se pueden comparar. Ni el presupuesto es el mismo ni el equipo es el mismo. Los resultados no acompañaron en ninguna de las temporadas, eso es cierto. El Levante es un club que puede estar siempre en Primera, pero llega algún año en el que estás peleando por el descenso y eso es “normal”. Siempre llega un año en el que puedes descender. Es cierto que le está pasando al Levante este año cuando menos se lo podía esperar uno porque llevaban cuatro años muy buenos.
¿Realmente le ve solución a la temporada del equipo?
Creo que la hay, aunque es complicada. Lo primero que se le tiene que pedir al Levante es que al menos den la cara. No se pueden perder los partidos por 3 y 4 goles. Tienen que dar la cara. La afición sabe lo que posiblemente vaya a pasar, pero al menos hay que intentar que se caiga bien si hay que caer. La afición se está portando de 10 y es normal que protesten cuando se ven así.
Su nombre estuvo relacionado con el Levante tras las destituciones de Paco López y Javi Pereira. ¿Existió la posibilidad de que se llegara a convertir en entrenador del Levante en alguna de esas dos ocasiones?
Sí, claro. Siempre ha habido contactos por una parte u otra. No se han llegado a materializar, no se porqué, pero los ha habido. Las personas que deciden tienen sus motivos. Cuando un equipo vive este tipo de situaciones tan difíciles, no hay nadie mejor que una persona de la casa para ayudar. Quico (Catalán) tiene mi número de teléfono y sabe mi predisposición. A partir de ahí yo no puedo hacer nada. A mí me encantaría (entrenar al Levante), pero poco puedo hacer.
Por lo tanto, ¿usted se vería preparado para asumir el puesto de entrenador en esta situación?
Sí, estoy preparado. Un entrenador siempre tiene que estar preparado. Lo que le tiene que preocupar a un entrenador no es no tener una oportunidad, sino que cuando llegue no estés preparado. A mí me pasó con varios clubes que muchos insisten en el tema de la experiencia. La experiencia en el fútbol es importante, pero no te garantiza que vayas a tener éxito.
¿Cuál es entonces la clave para usted en una situación así?
Es más fácil que un entrenador se acople a 26 jugadores que al revés. Y no todas las situaciones valen para todos los entrenadores. A mí me gusta trabajar de una forma que es basar mi modelo de juego en base a las características y el perfil de futbolistas que tengo en la plantilla. Por ejemplo, yo no puedo jugar con la defensa adelantada si veo que mis centrales no son rápidos porque dejo muchos espacios a la espalda y tienen que correr mucho hacia atrás. Yo analizo mucho esas cosas.
¿Qué ha analizado en la situación del Levante?
Pues que no se trata de experiencia o no. Se trata de que un entrenador cuando llega a un club tiene que ver la situación que ese club atraviesa y, en función de eso, tiene que adaptarse. Si tú, como entrenador, vas con un plan trazado quizás no te da y lo que quieres proponer en el campo no se ajusta a lo que los jugadores pueden hacer en el campo. La situación que vive el equipo no sirve para eso. Ahora mismo, el Levante desde la destitución de Paco López…se está trabajando mucho lo táctico y se obvian otros códigos como lo mental. Paco le dio al Levante una identidad que conocía todo el mundo y eso es lo más importante en el fútbol. Desde su destitución se ve a un equipo que no tiene identidad. No sabes si es defensivo u ofensivo. Está en un punto medio con el que poco se puede hacer. Con Pereira, en 7 partidos encajaron 15 goles. Y con Alessio en 7 partidos llevan 20. Así es imposible sacar resultados positivos. Hay que priorizar ciertas cosas y el Levante tiene que hacerlo con la faceta defensiva. Encajando dos goles por partido es imposible salvarse.
Usted coincidió con David Navarro durante su etapa como jugador en el Levante. ¿Cómo vio su periodo en la dirección deportiva con Manolo Salvador? ¿Qué le pareció su despido?
Ellos asumieron un riesgo muy alto apostando por un entrenador que conocían bien (Javi Pereira). Y precisamente me sorprendió que lo trajeran conociéndolo como lo conocían. Mucha gente, tanto dentro como fuera del club, veía que no iba a salir bien. Cuando un director deportivo asume un riesgo alto con un entrenador al que sólo se conocía como segundo y las cosas no van bien, es normal que se tome una decisión como la que tomó Quico prescindiendo de ellos.
Hablando de Quico Catalán. Es otro de los nombres propios que está recibiendo muchas críticas estos meses por parte de la afición. ¿Cómo ve su futuro a corto y medio plazo y de qué manera puede acabar la temporada?
El fútbol no tiene memoria. Si todo el mundo recordara la situación en la Quico cogió al Levante… El club tenía 90 millones de deuda, estaba cerca de la desaparición y en la primera pretemporada en la que estuvo solo había 3 jugadores. Lo que ha hecho Quico por el Levante no lo hace otro presidente por el club. El Levante lucha por ser estable en Primera, y es normal que algún año pueda descender. El aficionado también debería acordarse de lo que ha hecho todos estos años. Va a hacer una ciudad deportiva nueva, se ha reformado el estadio, se ha sido líder en Primera, se ha jugado en Europa y una semifinal de Copa. Ha estado 11 años en Primera, ha llevado al fútbol femenino y al fútbol sala a la Champions… Quico es de los pocos presidentes que ha dado pases gratis y hubo récord de abonados. Tiene un equipo de LaLiga Genuine que representa los valores del club…Y todo esto en 15 años. Deberíamos tener un poquito de memoria, habría que quitarse el sombrero con él.
Por último, ¿ha estado usted cerca de ocupar algún banquillo estos meses?
Sí, hemos estado cerca de algún club más allá de los contactos con el Levante. Yo siempre digo que ponerte a pensar porque no se han concretado esas situaciones es perder el tiempo. Si no ha sido es porque no era para ti. Ahora llegamos a la recta final de la temporada y creo que va a haber muchas posibilidades de entrenar. Tengo que estar contento de que muchos equipos hayan valorado el nombre, el trabajo que hice en Lugo y que conozcan mi forma de trabajar, me llena de orgullo. A seguir insistiendo y a seguir preparándome para cuando me llegue otra oportunidad, que seguro que será pronto.