La sequía goleadora blanquivioleta de 2022
El Real Valladolid sólo ha marcado tres goles en cinco partidos de Liga en el nuevo año, coincidiendo con el cerrojazo a la portería de Masip.
El año 2022 viene seco. Y no sólo en lo meteorológico, con los pantanos en niveles bajísimos, sino también en el aspecto goleador del Real Valladolid, que ha pasado de ser uno de los equipos que más goles marcaba en Segunda a tener dificultades para anotar. Desde que juega Masip, hace siete partidos, los pucelanos han recibido un solo gol, en aquel partido frente al Oviedo, y el catalán lleva 601 minutos sin recoger el balón de su portería, pero por contra han anotado siete goles, dos de ellos frente al conjunto azulón, y otros dos en Anoeta. Aquello todavía ocurrió en 2021. Sin embargo, en el nuevo año, en cinco partidos, los de Pacheta han marcado sólo tres tantos.
Y es que en este 2022, el Pucela ha ganado tres partidos y ha empatado dos. Las victorias se produjeron en casa y por la mínima (1-0) ante Leganés, Burgos y Sporting de Gijón, mientras que los empates (0-0), a domicilio fueron cosechados en Zaragoza y Fuenlabrada. Y más que no tener una gran efectividad, que el equipo no la ha tenido en toda la temporada, preocupa la falta de oportunidades, sobre todo, en los partidos lejos de Zorrilla, comparado con las que solía hacer en los meses anteriores y las que hace en casa.
El tan manido ejemplo de la manta puede ser una buena explicación para explicar que el equipo no reciba goles, pero le cueste mucho más hacer ocasiones. Masip no recibe goles y es exigido en pocas ocasiones por los rivales, pero la generación de ocasiones se ha resentido. Una de las explicaciones es el cambio de pareja de Weissman. Ni Plano, ni Cristo se entienden con el israelí tan bien como lo hacía Sergio León, que volvió con Covid de las vacaciones de Navidad y no ha vuelto a ser titular. El andaluz generaba espacios al hebreo, caía a banda y siempre buscaba la asociación. Hacían una buena pareja. El canario, por su parte, envalentonado por su golazo salvador ante el Burgos, dispara cada vez que tiene el balón, ni se asocia, ni genera otros espacios y eso lleva a la desesperación a Weissman, que lleva cuatro partidos sin marcar.
Lo cierto es que mientras Weissman ha anotado 11 goles en 23 partidos, con una media de 0,48 tantos por encuentro, tanto Cristo, como Sergio León han marcado dos en 20, lo que rebaja sus medias a 0,1 gol por partido. La diferencia viene en las asistencias, cuestión en la que Roque Mesa es el rey con cinco. Mientras, Sergio León ha entregado tres goles, Cristo ha dado uno y Weissman, por cierto, dos. Además, es destacable que de los 36 goles que ha sumado ya el equipo, sólo 15 los hayan marcado entre los tres delanteros, destacando el israelí con 11.
Otra de las razones para explicar esta repentina sequía de 2022 del Real Valladolid puede estar en el paso atrás que da el equipo a domicilio, donde los laterales no llegan a la línea de fondo, los medioscentros no se descuelgan tanto para llegar a la portería contraria y el balón no es exclusividad de los blanquivioletas, como si suele pasar en los partidos en Zorrilla, donde sólo la falta de efectividad en los últimos encuentros impide resultados más abultados. El encuentro ante el Girona del sábado puede ser la solución en forma de lluvia de goles... locales.