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BARCELONA

Apisonadora Adama

El de L'Hospitalet regresó al Camp Nou por la puerta grande. No sólo cabalgó desbocado, también jugó con criterio desde la banda y sólo perdió cuatro balones.

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Seguro de sí mismo, sin miedos, Adama Traoré (26 años) regresó al Barça y al Camp Nou por la puerta grande. Su re-debut fue glorioso y desmintió a los agoreros que pensaban que el futbolista del barrio de La Florida que empezó a jugar en la pista de los bloques no tenía nivel para volver a vestir de azulgrana. Adama estuvo exuberante y salió a comerse el césped del Camp Nou y a Mario Hermoso. Con éxito.

A Adama no le importó presentarse con una hoja de servicio pobre esta temporada en el Wolverhampton (apenas un gol y ninguna asistencia). Sus números (19 pases buenos, 4 pases fallados, 3 regates buenos, 2 malos) no hablan lo suficiente sobre su gran partido ante el Atlético de Madrid, pero dejan algunas pistas. Pegado a la banda y pisando la línea de cal para estirar el campo, Adama interpretó perfectamente lo que requería el partido de él y lo que le había pedido Xavi. La posición de Alves, metido como pivote, le favoreció porque liberó mucho espacio en la banda. Eso permitió arrancar la moto a Adama, que ya en la primera jugada desbordó a Hermoso, que sólo pudo pararle con falta. Eso le dio confianza y le iluminó. No sólo en el regate. También estaba fino en el toque. Eso le permitió asociarse de maravilla con Pedri. Y no sólo driblar bien. También comandar ataques arrancando desde la banda y yéndose hacia el centro. El dibujo táctico de Xavi también le convenía. La posición de Gavi, cuarto centrocampista jugando de falto extremo izquierdo, dejaba la banda libre para Alba en apariciones sorpresa. Pero el plan era llevar las jugadas a la zona por dónde se movía Adama, que se marcó una acción brillante en el espectacular 2-1 de Gavi.

Adama, al que la gasolina le duró menos de hora, se marchó radiante del Camp Nou ("he mamado ADN Barça y estoy muy feliz", dijo el final"). Su familia pudo verle casi una década después en el campo donde siempre soñó con triunfar. Y no sólo no desentonó. Fue, junto a Alves y Gavi, uno de los jugadores del partido del Barça. Demostró ilusión, pasión y fe en sí mismo. De paso, le mandó un mensaje a Luis Enrique para decirle que no se ha ido a ningún sitio. Tal vez los próximos partidos no le resulten tan sencillos porque la Liga lo ha redescubierto y es posible que haya laterales que no den tantas necesidades como Hermoso. Pero si el Barça necesitaba un chute de atrevimiento, potencia y moral, Adama Traoré ayudó a dárselo. El próximo partido también le pilla cerca de casa. Cornellà sí que es para él, de L'Hospitalet, un derbi.