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SEVILLA

La máxima pena de Rakitic

En Pamplona, el croata falló su primer penalti de los últimos ocho años, que desinfla al Sevilla en la lucha por LaLiga. Había marcado los otros cuatro desde que regresó a Nervión.

Rakitic, de espaldas, tras fallar el penalti en Pamplona.
Oskar MonteroDIARIO AS

Ivan Rakitic desperdició en Pamplona la oportunidad más clara que existe en el fútbol, un penalti, para haber colocado al Sevilla a un solo punto del Real Madrid. El centrocampista croata fallaba su primera pena máxima en casi ocho años, desde que el 16 de febrero de 2014 el parapenaltis del Valencia Diego Alves le detuviera otra que por cierto también dejó aquel día sin ganar al equipo de Nervión, pues acabó también empatando 0-0 ante los de Mestalla en la 24º jornada de Liga 2013-14.

Al final de aquella campaña Rakitic se marchó al Barcelona, en el que durante seis años sólo lanzó desde los 11 metros una vez, en Copa y de manera casi honorífica, en un 7-0 al Hércules. Con Croacia, el centrocampista de Mohlin también marcó un penalti, en un amistoso ante México, el 28 de marzo de 2018. Y de vuelta al Sevilla había lanzado cuatro penas máximas, todas convertidas, antes del fatídico lance en El Sadar. En Liga para ganar al Granada y empatar ante el Real Madrid, los dos la pasada campaña, y esta temporada en Champions para rescatar sendas igualadas a uno ante el Salzburgo y el Wolfsburgo.

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Con En-Nesyri, otro tirador habitual, ya fuera del campo, Rakitic cogió la responsabilidad de batir a Sergio Herrera cuando ya no quedaba nada tiempo para más en el partido del sábado. Acostumbrado a engañar a los guardametas desde el punto de penalti, esta vez su lanzamiento fue pobre: ni muy abajo, ni alto, ni centrado, ni esquinado. Un mal tiro que el portero de Osasuna adivinó para convertirse en héroe y amargar al Sevilla, que sumaba así su tercer empate consecutivo en LaLiga.

Habrá que ver si el capitán nervionense se atreve la próxima vez a tomar la pelota en una circunstancia así. En marzo de 2017, con Sampaoli en el banquillo de Nervión, Steven Nzonzi fallaba ante el Leicester el que podría haber sido el penalti de clasificación sevillista para los cuartos de aquella Champions League, eliminados los nervionenses aquella noche por el equipo inglés. El de Rakitic en Pamplona no es tan decisivo ni dejará tanta huella como aquel, pero sí que rescata fantasmas del pasado.