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NÀSTIC 1 - CASTILLA 0

Alertas en el Castilla

Tercer partido sin ganar para los de Raúl, que ya están más cerca del descenso que del playoff. El sistema de tres centrales no convence. Golazo de Bonilla.

Alertas en el Castilla
Laia SolanellasDIARIO AS

El Castilla sigue encallado en un sí pero no. En ese bucle de verse a tan pocos puntos de la promoción que parece ahí, a tiro de piedra, pero cada vez que vuela la roca, lo hace sin ventura. La visita a Tarragona podía suponer ponerse a 2 del playoff y, sin embargo, en lo que acabó fue un derrumbe clasificatorio. Porque los de Raúl regresan a Madrid más cerca del descenso (3) que de la quinta plaza (5). Secos de puntos y de gol, algo que sólo había pasado en uno de los últimos 12 partidos. Sin Latasa el cañón se atasca. No hay paraíso.

Todos los debates se centran en el -cada vez más ortodoxo- esquema de tres centrales que está usando Raúl. Apostó por Sergio Santos, sinónimo de polivalencia, como central diestro junto a Rafa Marín y Gila (sustituyendo al sancionado Pablo Ramón). La idea era establecer una muralla para que Marvin y Peter pudiesen galopar las bandas a su antojo, ayudando en labores defensivas, pero sin presión para animarse a subir y generar una superioridad de siete hombres. En punta, sin Latasa (convocado por Ancelotti), entró Álvaro Rodríguez, titular por delante Aranda y Gudjohnsen. Ya lo fue en la última victoria liguera y, de hecho, marcó (3-1 vs Andorra).

Pero esta vez la jugada salió cruz. Porque con lo que no contaba Raúl era con un misil desde 30 metros. Así marcó el Nàstic, perforando la jaula con una bala digna de un francotirador engatillada por Bonilla. Imposible para Fuidias pese a su vuelo felino. Ese tanto fue un mazazo para el Castilla, superior hasta ese momento, aunque sin terminar de agobiar. Tuvieron dos en la primera parte: Álvaro Rodríguez, muy desviado y Dotor, a centímetros de la madera izquierda. El Nàstic se sentía cómodo en trincheras y al Madrid le faltaba 'algo' en la medular. En la sala de máquinas. Sin el mejor Mario Martín y con la varita de Arribas apagada, todo era previsible.

Ante esas, Raúl agitó la coctelera y redibujó al equipo dando entrada a Miguel Gutiérrez: el esquema pasó a ser un 4-4-2 más reconocible, con los extremos centrados exclusivamente en el ataque. El sacrificado fue Dotor. Y el equipo mejoró, teniendo hasta dos en el primer cuarto de hora, ambas con la firma de Marvin, el más intrépido y valiente para buscar romper por banda. Llegó el Castilla con notable fiereza y mejorable olfato. Tuvo la actitud, pero no la puntería. Y eso que acabó con cuatro delanteros: Aranda, Nico Paz y Gudjohnsen entraron para escoltar a Álvaro Rodríguez en un all in final sin suerte.

Trilles, central del Nàstic, despejó bajo palos la más franca, todo después de que Aranda fusilase con la zurda tras una pared con Miguel Gutiérrez. A esas alturas, Arribas, que tardó en enchufarse ya lo había hecho; demostrando que tiene una calidad inexplicable. Que es un futbolista con magia. Los minutos finales fueron un asedio. El Nástic acabó aplicando la 'fórmula Raúl' y se defendió con tres centrales, encerrado, pidiendo la hora. Sabiendo sufrir para ganar. El Castilla, que sólo se había quedado sin marcar en uno de los últimos 12 partidos, amplió esa estadística y se hundió en la clasificación. El playoff sigue cerca, pero el descenso, más aún. Y ese síntoma, tal vez anecdótico en tres semanas, a día de hoy es preocupante. Digno de encender las alarmas.