COPA DE ÁFRICA
"Pité el final porque me lo pidió Dios; si no vuelvo en ataúd..."
El árbitro zambiano Janny Sikazwe, famoso en la Copa de África por pitar por dos veces antes de tiempo el final del Túnez-Mali, analizó públicamente lo sucedido.
El árbitro zambiano Janny Sikazwe, famoso en la Copa de África por pitar por dos veces antes de tiempo el final del Túnez-Mali de la primera fase, dio una conferencia de prensa en la que analizó por fin públicamente lo sucedido: "Hacía mucho calor ese día. La humedad era de alrededor del 85%... Después de calentar sentí las duras condiciones. Incluso después de tomar agua, para refrescarme, era como si no hubiera tomado nada. Pero los árbitros somos soldados y estábamos listos para continuar”.
Según el colegiado, el golpe de calor fue insoportable: "Al final de la primera parte, llegamos temprano al vestuario, antes de la persona que tenía las llaves... Decidimos tumbarnos y poner las piernas en alto para relajarnos. Luego vino y abrió la puerta y tomamos un poco de agua y zumo. En el segundo tiempo no sentía que hubiera descansado nada. No podía escuchar a nadie. Me estaban hablando pero no entendía. Fue una situación muy extraña. La Confederación me llevó al hospital al día siguiente. Les dije que estaba bien. Pero insistieron en ellos. Me hicieron un electrocardiograma para ver cómo reaccionaba mi corazón al ejercicio físico. También me hicieron análisis de sangre. Los resultados fueron normales".
Para Sikazwe, la situación estuvo a punto de costarle la vida: "Estuve muy cerca de regresar a Zambia en un ataúd. Muy cerca... La gente ha hecho todo tipo de comentarios negativos sobre mí y cómo manejé el partido. Todo lo que llevaba encima ese día estaba caliente. Incluso el equipo de comunicación. Quería tirarlo. Me pregunto quién me dijo que terminara el partido. Creo que fue Dios...".
En cualquier caso, asume que debió comunicar que no se encontraba bien. "Normalmente, si no podía continuar debería haber hablado con el cuarto árbitro. Pero no tuve tiempo de hablar con él. Mi familia estaba muy preocupada, después de todas las noticias, especialmente en las redes sociales. Personas que no conocía me enviaban mensajes telefónicos. Tuve que bloquearlos. Me encanta este trabajo y voy a continuar. Algunas personas dicen que tal vez este es el momento de jubilarme. Este no es el momento de jubilarme. No me jubilaré hasta que pueda encontrar a alguien (en Zambia) que me reemplace".