Pesimismo con Dembélé
En el club se ve muy cuesta arriba la posibilidad de que Ousmane abandone el FC Barcelona este enero, aunque aún no tiran la toalla.
A medida que se acerca la fecha límite, aumenta el pesimismo en ‘Can Barça’ sobre las posibilidades de que Ousmane Dembélé marche en el mercado de invierno. Si hace unas semanas aún se contemplaba la posibilidad de una renovación a la baja e incluso una salida pactada antes del 31 de enero, ahora mismo la realidad es que sigue sin concretarse una solución, a falta poco más de 48 horas para que se cierre el mercado.
En el club se está trabajando a contrarreloj en busca de una salida, conscientes que el peor de los escenarios posibles sería que Dembélé siguiera en el Barcelona a partir del 1 de febrero, y más aún si la intención del club es que el jugador se quede en la grada hasta el 30 de junio.
De ahí que el director de fútbol, Mateu Alemany, esté intensificando los contactos y abriendo nuevas vías para encontrar una salida al delantero francés. Pero por ahora no se ha producido todavía un paso adelante en ninguna de las puertas que se ha llamado, por lo que el optimismo moderado de hace unos días se ha transformado en un pesimismo alarmante.
Es cierto que el jugador ha aceptado buscar una salida, pero las ofertas no llegan y el tiempo se está agotando. Ni Chelsea, ni PSG, ni Manchester United han hecho todavía ninguna oferta formal por el jugador.
Y es que si Ousmane no marcha, será imposible acometer nuevas operaciones, descartándose de esta manera la llegada de un 9 o de un lateral izquierdo. Tanto Aubameyang como Tagliafico están en capilla, esperando una llamada del club, para viajar a Barcelona.
La otra opción, una renovación a la baja, parece aún más improbable, porque los términos han variado y son todavía peores a la última oferta, que ya rechazó en su día el agente del jugador, Moussa Sissoko.
Así pues, a día de hoy, los refuerzos del Barcelona para este mercado de invierno se habrán concretado en tres jugadores: Alves, Ferran y Adama.