La derrota de Tenerife vuelve a abrir el debate del sistema
Ziganda, que había optado por el 4-3-3 en las última salidas, recuperó en la isla el sistema de 2 delanteros y el Oviedo firmó el peor partido
Ziganda había reconocido en la rueda de prensa previa al choque del Rodríguez López que tenía serias dudas con el sistema a emplear. Argumentaba el técnico que el equipo siempre se había sentido cómodo con el 4-4-2, el dibujo más empleado durante el curso, pero que en algunos partidos fuera de casa la cosa no había salida tan bien y había preferido reforzar el centro del campo con tres pivotes puros. En Valladolid, por ejemplo, el equipo firmó un gran partido a pesar de la derrota.
Para visitar al Tenerife, en un choque decisivo para medir las aspiraciones de los azules, Ziganda prefirió mantener el 4-4-2 que tan buenas sensaciones estaba dejando en el Tartiere. Pero el asunto no salió bien desde el primer minuto. A los 15, el equipo ya perdía 2-0. El 4-0 final es un duro golpe a la autoestima del equipo y a sus aspiraciones de estar entre los seis primeros de la clasificación.
Así que el debate sigue vivo, especialmente en los choques lejos del Tartiere. Porque en casa, el 4-4-2 parece inamovible, con Obeng y Bastón como claras referencias arriba y un estilo de juego agresivo y directo al área rival.