Máxima crispación contra José Alberto
La afición del Málaga exigió, con más acritud que nunca, el cese de José Alberto López. El 0-5 encajado ante el Ibiza ha hecho mucho daño.
La contundente derrota encajada por el Málaga el pasado sábado ante el Ibiza (0-5) ha dejado a José Alberto López muy tocado. Pocas veces, la grada de La Rosaleda se había expresado con tanta virulencia contra uno de sus entrenadores. Para encontrar precedentes similares habría que hablar de Juan Ramón Muñiz, otro técnico asturiano que no gozó del favor del respetable pese a conseguir un ascenso y dos permanencias (una en Segunda y otra en Primera) contra pronóstico. Las fobias y las filias de las aficiones no siempre son comprensibles.
En otras etapas la gente cogió manía a Schuster. En este caso fue por un desplante del alemán. Ferreira tampoco fue simpático. Del enfado popular no se han librado otros entrenadores que acabaron siendo leyenda como Antonio Benítez, Joaquín Peiró o hasta Manuel Pellegrini. Pero la manía que le han cogido a José Alberto es digna de estudio. Se puede decir que ha sido desde el minuto uno más allá de los resultados deportivos.
Animadversión a raudales
Del dedo acusador de los aficionados no se libró nadie. El que más recibió fue José Alberto con gritos cavernosos de “¡dimisión!”. De ahí se pasó a un mensaje para el director deportivo: “¡Manolo échalo!”. El ejecutivo también recibió lo suyo. Lo mismo que los futbolistas “¡Esta camiseta, no la merecéis!” y hasta algún que otro “¡borrachos!”. De la reprobación del sector más cabreado del graderío no se libró ni el administrador judicial. Pero todo conduce a lo mismo: divorcio a la malagueña de José Alberto.
¿Qué va a hacer Manolo Gaspar? El máximo responsable de la parcela siempre ha respaldado a JAL a quien firmó por dos temporadas para, de esta manera, unir su destino al suyo. Es verdad que la mala opinión que los seguidores tienen del técnico, expresada tanto en el estadio como en las redes sociales preocupa bastante. El objetivo inicial del equipo, sin renunciar a nada, no era el ascenso sino “mejorar los resultados de la temporada anterior” según explicó Gaspar. Las cosas se están torciendo porque el Málaga solo ha sumado en su estadio uno de los últimos 12 puntos.
El bofetón propinado por el Ibiza ha echado sal a una herida que lleva tiempo sin cicatrizar. La afición ha sentenciado a José Alberto más allá de los resultados. Así que los próximos partidos en Miranda de Ebro y después contra el Almería en el hogar pueden ser determinantes para plantearse un cambio de rumbo… si es que antes no se produce.