Ferran Torres no hincha el globo en su 'premiere'
El jugador valenciano acusó los tres meses de inactividad que arrastraba. No creó peligro ni pudo conectar con Gavi y Busquets.
Tres meses sin jugar en la élite son muchos. También en futbolistas de 21 años como Ferran Torres. Xavi no quiso esperar y, seguramente, el Barça lo pedía a gritos. Pero el valenciano demostró que una fractura en el pie derecho es de peso suficiente como para requerir un tiempo. Su debut en el Barça, en tiempo récord (negativo en COVID, alta médica, viaje a Arabia y titularidad), no fue redondo. Ferran no fue protagonista contra el Madrid. Arrinconado en la banda derecha, lo más que se le vio fue para recibir una tarjeta amarilla y hacer alguna falta más en la salida de balón del Madrid.
Tal vez la clave la diese Xavi, que reprochó al equipo complejos en los primeros 25 minutos. Y ahí estaba Ferran. Aunque él, en el fondo, estaba aterrizando en un equipo que no había entrado bien en el partido, que no medía bien las transiciones del Madrid y que, finalmente, se vio condenado por errores individuales como el del Busquets en el 0-1.
Ferran, en fin, se marchó al descanso sin poder rematar a portería (Luuk de Jong le quitó un posible cabezazo peligroso) y con un papel residual en el partido. Él mismo se manifiesta como extremo derecho, pero la cal no pega con él. Tan acostado a la banda, no hace valer una de sus mejores virtudes, la llegada. Habrá que explorar qué persigue Xavi de él, porque la petición de Morata invita a pensar que el técnico de Terrassa también lo ve ahí, en la banda derecha.
Siempre se recuerda a los azulgranas que hacen su debut en un Clásico. A veces, como un caso extravagante, como el de Romerito. Por Ferran entró Pedri, una imagen muy simbólica, porque casi el mismo día que el valenciano se presentó y el canario volvió a los entrenamientos, se contagiaron juntos de COVID. Los dos hicieron juntos el viaje a Arabia. Con una diferencia. Pedri, hasta que le duró el gas, se sintió en un ecosistema familiar. Ferran no se entendió con Alves. Ni con Busquets, al que dibujó varios desmarques que no tuvieron la coordinación necesaria. Desde el palco los miraba Luis Enrique, el más interesado en que hubiese una conexión con Gavi y con el mismo Busquets, porque en menos de un año hay un Mundial a la vista. Ferran se pone, desde hoy, en modo conexión Barça.