Javier Cordón y Rafa Barber reflexionan en AS: "Ya no se consolidan etapas en el fútbol formativo"
Los representantes, vinculados al mundo del fútbol desde hace más de una década, reflexionan en AS sobre como ha evolucionado el fútbol formativo en España.
El fútbol está cambiando o directamente ya ha cambiado. Por una parte, el minucioso cuidado de los grandes futbolistas ha llevado a que las carreras cada vez sean más largas, solo hay que mirar a los Cristiano (36), Benzema (33), Modric (36), Aspas (34) "los 35 de ahora son los 30 de antes" reconoció Carboni a AS. Sin embargo y curiosamente, ese alargamiento de las carreras ha coincidido con una explosión más temprana de los futbolistas jóvenes en los grandes equipos quienes ya sea por necesidad o por creencia, alinean en sus onces titulares futbolistas que incluso aun no han cumplido la mayoría de edad. El vivo ejemplo son clubes como la Real Sociedad (24,33), el Barcelona(23,54) y el Valencia(23,54), los tres clubes cuya media de edad es menor y que han tenido que depositar sus esperanzas en los Gavi, Yunus y Oyarzábal de turno.
El camino para llegar al premio del primer equipo cada vez parece más cercano, sin embargo conforme avanzan los años se hace más "complicado" e incluso en muchos aspectos comienza antes de empezar. Así lo reconocen a AS Javier Cordón y Rafa Barber, representantes y gestores de carrera del mundo del fútbol de la agencia Promoesport. Cordón lleva más de 10 años en el mundo del fútbol y ha sido y es la mano derecha de Carlos Soler además de otros jóvenes valencianistas como Martín Tejón y Rubén Iranzo, la última promesa valencianista. Rafa Barber fue canterano del Valencia CF durante seis años y futbolista profesional en equipos Recreativo de Huelva, Xerez y Huesca, hoy también trabaja en la agencia con un papel esencial en la formación. Ambos reflexionan desde su papel de gestores de carreras con AS sobre el creciente papel de los futbolistas jóvenes en el mundo del fútbol y como "se han acelerado los procesos y ya no se consolidan etapas".
"Un entrenador de categorías inferiores no debe estar pensando en ascender de equipo, sino en formar jugadores"
"Ha habido un cambio generacional y un futbolista joven hoy en día parece que tiene la vida fácil y todo de cara, pero no es para nada así" comienza Barber. "Pasas de estar en un pueblo, a tener un cambio radical al irte a una residencia, un club profesional o una ciudad diferente con tan solo 12-13-14 años. Sin duda pierdes gran parte de una adolescencia que sería normal. Personalmente procuro asesorar/aconsejar siempre desde mi experiencia personal". Barber habla de su "batacazo" (en sus propias palabras) como el mejor ejemplo para enseñar y ayudar a a los chicos con los que trabaja, considera que "no hay mejor manera que prepararles para la adversidad". Rafa era de los destacados en la cantera del Valencia, internacional sub 15, sub 16 y sub 18, pero cuando se quiso dar cuenta había vuelto a Ontinyent a jugar en Tercera: "El shock con 20 años fue enorme porque parecía que lo tenía todo en mi mano, incluso fui convocado con el 1er equipo del Valencia en varias ocasiones (Liga, Copa y Champions League) de repente y sin saber prácticamente como, estaba en el Ontinyent en tercera división.
"Sin embargo" prosigue "no solo hay un camino para la élite, no todo camino es Infantil-cadete-juvenil-filial-primer equipo. Yo tras los pasos que he contado tuve la fuerza y la mentalidad de querer seguir consiguiendo mi sueño aunque fuera en otro sitio y hice las maletas para marcharme fuera de Valencia. Posteriormente y después de 3 años de mucho trabajo coincidió con Marcelino en el Recreativo a los 24 años y ahí pude volver a la élite". La experiencia de Rafa es clave porque, a su modo de ver, "hoy en día parece que si a los 20 años no has llegado a la élite te ahogas y ya no tienes camino, pero la realidad es que si quieres y estás dispuesto a pagar el precio, se puede llegar un poco más tarde".
"Bienvenidas sean las frustraciones durante la formación, pobrecito de aquel que le vaya todo bien"
"No es sencillo gestionar esa presión a una edad tan joven" comenta Cordón. "La presión de subir a entrenar con el primer equipo, después tener que volver al filial o al juvenil, ver como a la semana siguiente va otro compañero y tu has perdido además tu rol de titular en tu equipo...Por lo general no están preparados para asumirlo de manera óptima. Muchas veces es porque su propio rendimiento ha sido tan rápido que la industria lo arrastra y no le da tiempo a prepararse, ni a nivel equipo ni a nivel entorno etc." "Sin embargo" continúa Javier "por otro lado es bueno, que se enfrenten a algo desconocido, que sientan mariposas en el estómago para subir con el primer equipo. Enfrentarse a algo desconocido es hasta necesario y ojo de aquel que una llamada para ir al filial o al primer equipo no le genere ilusión. No llegan los mejores, llegan los más fuertes, los más inteligentes y los que más ilusión tienen".
Esa ilusión que comenta Cordón es esencial porque cada vez cuesta más que se vea en unas Academias "que tienden a la superprofesionalización". Las canteras cada vez producen más talento, una gran noticia para el mundo del fútbol en general, sin embargo, cada vez cuesta más ver al jugador 'pícaro' o pasional como Luis Suárez, un tipo de futbolista que antes predominaba y hoy por hoy es una excepción. "Yo veo todas las edades, filiales, futbol base, formación...Y a mi me sorprende como robotizan al jugador. En mi época, yo estaba en la Academia del Valencia, no teníamos tanta restricción, contábamos con mayor libertad dentro de un rigor. No digo que ahora sean malos entrenamientos, son diferentes, pero como todo el mundo está cada vez más preparado eso te obliga a mecanizarlo todo mucho más. El jugador sale con los mecanismos claros pero con el aspecto emocional, mental y personal menos reforzado" señala Barber.
Esa mecanización de los clubes, de las Academias a fin de cuentas, ha llegado también de la mano de los entrenadores de las categorías inferiores, o al menos así lo piensa Barber: "En mi opinión, y repito, solo es mi opinión, uno de los principales 'problemas' es que hoy en día no se sabe si el entrenador de formación tiene el convencimiento y la vocación absoluta de ser el mejor formador/entrenador posible en toda la academia o por el contrario se está pensando más en el beneficio personal. El entrenador, en mi humilde opinión, del Alevín/Infantil/cadete/juvenil del Valencia, Madrid, Barça...No tiene que ser el mejor entrenador en general con el fin de llegar al fútbol profesional, tiene que intentar ser el mejor entrenador, gestor, formador, inspirador para esa categoría en concreto. No puedes estar entrenando a unos alevines pensando en llegar al filial y por ende en ganar". "Es que el niño no es un adulto en pequeño", opina Cordón, "creo que muchas veces los procesos que utilizamos las personas alrededor del fútbol (agentes, periodistas, fisios, entrenadores) ...Aplicamos los mismos a los adultos que a los niños que están en periodo de formación".
¿Y qué papel juegan Javier Cordón y Barber con los futbolistas que se están iniciando en este entorno que ha cambiado tanto? "No es sencillo" responde Cordón, "nuestra obligación no es solo hacer las operaciones, renovaciones, traspasos etc. Que también, sino hacer pedagogía y decir las cosas claras al futbolista y a su entorno, verdades que a veces no gustan". Esas verdades de las que habla Javier no siempre son sencillas de decir porque "el mundo de la representación tiene mucho adulador y, lo digo desde la humildad, pocos agentes los que de verdad nos tomamos en serio el proceso de formación de los jugadores". Y es que gestionar los egos no es Cordón sostiene su argumento con un ejemplo sencillo: "solo hay que mirar nuestra agencia, procuramos captar futbolistas con un perfil y un entorno muy definido, jugadores como Carlos Soler, Pedro Chirivella o Nacho Vidal han demostrado siempre unas actitudes dentro y fuera del campo que reflejan lo que te digo".
"A veces los padres solo se centran en el 'ahora' cuando sus hijos empiezan a crecer. Nuestra obligación es compartir nuestra visión desde un prisma más alto, con un plan de carrera, trayectoria etc.
Pese a ello, Javier sostiene que "no es buen momento para ser agente de futbolistas" dado el contexto mencionado en el que "los padres cada vez influyen más, mucho más" y no siempre de manera positiva. "En el fútbol de hoy los jugadores tocan dinero desde bien jóvenes y los familiares de los jugadores no quieren escuchar ciertas verdades que decimos los agentes, porque si lo hacemos se van con la competencia, que sí que les adulan. Son familias que ven en su hijo, que solo es un chaval en formación que puede ser futbolista o no, un futbolista ya formado y quieren intervenir en todo el proceso solo mirando el corto plazo. Una de nuestras tareas en ese proceso es el de tratar de compartir nuestra visión desde un prisma más alto, con un plan de carrera, trayectoria etc."
Pese a todo ese cóctel de cambios, emociones, sentimientos y refuerzos negativos o positivos, Promoesport, agencia de Cordón y Barber, y Cordón en concreto, cuentan con una de las joyas del futbol español: Carlos Soler. Para Javier el camino de Carlos es una definición de todas las emociones que debe gestionar un futbolista desde jovencito: "Carlos es verdad que a los 8 años ya entró en la Academia del Valencia y hasta cadete de primer año todo le fue rodado. Club, selección valenciana, española...Pero luego en Cadetes él no iba a la selección, ni Valenciana ni española. En juveniles tampoco. Y en el Valencia no era titularísimo. Con dudas con gente de la Academia. En el Mestalla no lo tuvo tampoco fácil, tuvo que empezar muy poco a poco, con Curro Torres no era titularísimo. En la Sub-21 entró en la última lista para ir al Europeo de Polonia, a última hora. No ha sido todo coser y cantar" expone. "A donde quiero llegar" continúa "es que bienvenido sea todo ese camino vivido. Con el primer equipo estuvo en 14 convocatorias antes de jugar, que claro la ilusión del principio se te pasa. Muchas veces calentó durante 45 minutos para no jugar. Frustraciones ha tenido muchas, pero bienvenido sea eso. Pobrecito de aquel que le vaya todo bien" concluye.