Algo más que barullo, por favor

El Racing fue maniatado tácticamente por el Sanse y solo se pudo agarrar a los saques de esquina, que se celebraban desde la grada como si fueran penalties

SantanderActualizado a 10 de enero de 2022 17:59 CET

Nacho CuberoDiario AS

Como San Mamés

Históricamente, la afición del Athletic de Bilbao (ahora conocido como Athletic Club) siempre ha celebrado los saques de esquina a favor de su equipo como si fueran medio gol. Y muchas veces lo han sido, la verdad. Ayer El Sardinero me recordó aquello. La parroquia verdiblanca, cada día menos numerosa, ojo, veía a su equipo incapaz de generar nada con fútbol combinativo y, en cambio, cada córner era una ocasión de gol. Al barullo, lo llamaba Iván Ania. Está muy bien que Pablo Torre cada vez saque mejor las acciones de estrategia y que sus compañeros entren con tanta fe. Eso es un mérito, sin duda, pero yo espero que el Racing sea capaz de llegar a la portería rival, también, haciendo eso que se suele llamar jugar al fútbol. Llámenme loco.

¿Y si el fichaje vive en Isla?

A Guillermo Fernández Romo le gustan más los extremos jugones, preferentemente a pie cambiado, que circulen hacia dentro para dejar vuelo a los laterales, que las balas que tiene por fuera (y que le están salvando, por cierto, muchos partidos). De hecho, lo que le ha pedido a su amigo es que le busque eso en el mercado. A David Concha, que es el modelo que le gusta, ya le mandaron recados a través de amigos que tiene en el club cuando el Racing se midió al Badajoz. De aquel partido, cosas del fútbol, solo se recuerda el jugadón descomunal de Soko (sospechoso habitual para él). Dicho esto, ¿y si el extremo jugón, zurdo a pie cambiado, lo tiene en casa? Yeray jugó poco ayer pero hizo lo que le gusta a Romo y transmitió unas señales magníficas. Las que viene emitiendo con el Rayo Cantabria toda la temporada. Y así se ahorraría Alfredo Pérez conceder otro préstamo al club y Víctor Alonso hacer memoria sobre qué jugador tenía el Murcia hace ocho años que pueda dar este perfil.

Repertorio

Me gusta el 4-2-3-1. Sobre todo para los jugadores que tiene el Racing. Pablo Torre, Soko, Camus o Bustos salen beneficiados con este sistema y son los que están tirando del carro. Eso no quiere decir que, como ayer, cuando el rival te está superando tácticamente desde el principio de manera evidente no intentes nada. Pasar a 4-3-3 metiendo a Pablo más atrás para ayudar en la salida de balón (inexistente) no hubiera sido una locura. Peor no iba a ser. Y al final, cuando entra Manu Justo, y luego Yeray, con el Sanse ya encastillado en su área, ¿no se hubiera podido quitar a un lateral, dejar a Soko en el campo, que acababa de hacer una de las suyas y que es el mejor en el juego aéreo, y que el de Isla quedara de media punta con Harper y Manu Justo por delante? Por intentar algo distinto. Digo yo.

Miedo me da

En el folio en blanco en el que se hizo en verano la plantilla del Racing, Íñigo era el cuarto de cuatro en orden sucesorio en el centro del campo. Tanto es así que siendo el mejor de los mediocampistas en la pretemporada empezó en el banquillo. La evidencia fue tan grande también en esas dos primeras jornadas, que a la tercera ya era titular indiscutible. Más allá de ocurrencias como de que fuera condenado al extremo izquierdo en un par de partidos, el de Ampuero no es que sea indiscutible, es que es imprescindible. Por despliegue, por dinamismo, por robo, por empuje..., sin Íñigo el centro del campo es mucho peor. Lento a no poder más. Le falta algo con balón, es cierto, pero progresa día a día y no descarto que en un par de años sea un Sergio Ruiz. No jugará en Logroño por sanción. Miedo me da.