INGLATERRA
Ranieri, vuelve el artífice del mayor 'milagro' de la historia
El entrenador italiano regresa al estadio del Leicester, donde ganó la Premier League más sorprendente de la historia. Ahora dirige al Watford.
Nubes y claros pugnaban por un puesto para presenciar aquella celebración. Banderas en toda la grada del King Power Stadium, formando columnas blancas y azules que se alternaban alrededor del recinto. Jugadores y cuerpo técnico formando un círculo en el círculo central del campo. En medio, Andrea Bocelli, con una rendición de Nessun Dorma y de Con Te Partirò. A su lado, Claudio Ranieri presentándolo. Haciendo de director de ceremonia. Dirigiéndose al público: “Somos campeones porque habéis estado a nuestro lado todo el tiempo. Gracias, muchas gracias. Os quiero”. Emoción. Lágrimas. Abrazos. Éxtasis y amor. Contra todo pronóstico, el Leicester City había ganado la Premier League 2015/16.
Con un equipo de descartes y de futbolistas a los que parecía habérseles pasado el arroz. Una plantilla confeccionada para sobrevivir en la élite por segundo curso consecutivo. Jamie Vardy venía de ser el máximo goleador de la quinta categoría con el Fleetwood Town. Riyad Mahrez aterrizó procedente de un equipo de la segunda división francesa, Le Havre. En el centro, un futbolista que pasó de ser un desconocido a convertirse en uno de los mediocampistas más cotizados del último lustro, N’Golo Kanté. Kasper Schmeichel, Leonardo Ulloa, Danny Drinkwater… La lista es larga, tiene 27 nombres. Ninguno, a priori, especialmente relevante.
Claudio Raniero les guió hacia el liderato casi sin pretenderlo. Enlazaron rachas, tumbaron gigantes y, dilly ding, dilly dong, confirmaron un puesto en la Champions League semanas antes de conquistar la Premier League por primera vez en su historia. Increíble. Un equipo fuerte, con una personalidad tremenda y letal al contraataque con espacio. Duro y veloz. Bueno técnicamente y correcto tácticamente. Champagne y pizza. Puso la primera piedra de un proyecto que siguió creciendo, que siguió participando en Europa y siguió ganando títulos. El último, la pasada FA Cup. La primera en la historia del club.
Nueve meses después, el italiano estaba en la calle. A nadie sorprende la poca memoria del fútbol actual, demasiado pendiente del presente como para prestar atención al futuro o respeto al pasado. “Ranieri esonerati, Inglesi Ingrati” (Ranieri despedido, ingleses desagradecidos) tituló La Gazzeta Dello Sport, aunque la decisión se tomó en Bangkok y no en el este de las Midlands.
RANIERI, DE NUEVO AL RESCATE
En 2019, había turbulencias en la Roma. Semifinalista de la Liga de Campeones la temporada anterior, los giallorossi cayeron en octavos, perdieron estrepitosamente el derbi frente a la Lazio y habían sido eliminados de la Coppa Italia con un 7-1 ante la Fiorentina. Estaban en caída libre. Monchi dejó su puesto como director deportivo y el contrato del capitán, Daniele De Rossi, no sería renovado. Pese a la crisis, Claudio Ranieri mantuvo el club a flote. Y aunque no logró meter al equipo de su infancia entre los cuatro primeros, sí se ganó el cariño de su gente. Especialmente después de sumar nueve partidos sin perder al final de la campaña. Muy bien, pero muy tarde.
Cumplió. El siguiente mes de octubre recibió la llamada de la Sampdoria, que eran colistas después de perder seis de sus primeras siete jornadas en la Serie A. Fue el peor inicio en la historia del club, pero Ranieri acudió al rescate. Eusebio Di Francesco perdió el puesto que Claudio asumió en la Roma, y también en la Sampdoria. “Espero que no me odie”, bromeó el actual entrenador del Watford. Su trabajo defensivo permitió que el equipo se convirtiera en dos meses en el equipo de Europa que más veces había dejado la puerta vacía, solo por detrás del Real Madrid y el Leicester City. Así construyó la escapada de los puestos de descenso y aunque no todo fue un camino de rosas, ganó el Derbi della Lanterna ante el Genoa y recuperó el olfato goleador de Fabio Quagliarella, clave para lograr la permanencia a falta de cuatro jornadas.
El pasado octubre recibió la llamada del Watford. Otra misión para evitar el descenso. El italiano ha recuperado efectivos, como Emmanuel Dennis, que se ha convertido en el máximo anotador del equipo con ocho goles. El nigeriano no participará en la Copa Africana de Naciones, por lo que no lo echarán en falta en Vicarage Road durante el próximo mes, aunque también ha creado un rifirrafe entre su club y su selección. Solo dos victorias, ante Everton y Manchester United, dificultan la tarea de un equipo que ha perdido los otros nueve partidos que ha disputado desde la llegada del italiano. Ya está cuestionado. La ligera mejora en el juego no se ha visto traducida en resultados y Ranieri ya está cuestionado. Dos puntos les separa todavía de los puestos de descenso. ¿Será capaz de producir un nuevo milagro? En Leicester saben de lo que es capaz.