Nápoles, enfurecida con Insigne
El capitán azzurro apareció en un hotel de Roma para firmar su contrato con el Toronto a 48 horas del partido con la Juventus.
Lorenzo Insigne está viviendo sus últimos seis meses como futbolista del Nápoles. El delantero, crecido en la cantera del club, ha decidido aceptar la propuesta bomba del Toronto de la que AS habló a principios de diciembre: alrededor de 15 millones de euros netos por temporada entre parte fija, variables y patrocinadores. El italiano a partir de julio se convertirá en la nueva estrella de la MLS con 31 años, una decisión personal y, claramente, económica.
No había otras propuestas tentadoras desde el extranjero y el jugador nunca quiso de verdad jugar en otro equipo de Italia. Insigne lleva al Nápoles literalmente en su piel, pero la relación con el club, como le pasó a varios de sus compañeros, no fue sencilla.
De Laurentiis le ofreció renovar su contrato, que caduca el 30 de junio, pasando de los 5 millones que cobraba ahora a unos 3.5, propuesta que el jugador consideraba casi ofensiva considerando su rendimiento. El italiano firmó 114 goles y 95 asistencias en 415 partidos, lleva el brazalete de capitán, acaba de coronarse campeón de Europa y se esperaba un trato distinto.
Muchos le dieron la razón, pero lo ocurrido ayer enfadó a la gran mayoría de la hinchada partenopea. Mañana el Nápoles disputará en Turín un partido fundamental ante la Juventus, y lo hará con muchísimas bajas (Koulibaly, Mario Rui, Malcuit, Fabián, Anguissa, Ounas, Osimhen, Elmas, Lozano), debido a la COVID, lesiones y Copa de África. A 48 horas del partido, Insigne apareció en un hotel de Roma, donde firmó el contrato que le vinculará al Toronto hasta 2027, acompañado por su agente y su mujer. Pillado por las cámaras de 'Sky Sport', no concedió declaraciones.
"Un verdadero capitán no se porta así", fue el comentario más cotizado en las redes sociales, donde muchos le pidieron a De Laurentiis tratar a Insigne como hizo con Milik, dejándolo en la grada hasta el final de la temporada.
Spalletti, que ya bromeó con su capitán sobre el inminente adiós, no está de acuerdo. El técnico seguirá apostando fuerte por él y espera que el delantero, con el futuro ya asegurado, vuelva a rendir a su máximo nivel. Las dudas de estos meses le habían pasado factura (solo marcó cuatro goles en el Calcio, y ninguno de jugada), ahora toca despedirse de la que fue su casa por todo lo alto. Insigne tiene seis meses para conseguirlo y convertir el enfado de estas horas en un emotivo adiós.