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ATLÉTICO - RAYO | El REPORTAJE

Vallecas-Atleti-Rayo, un vínculo retro

En el viejo estadio, los rojiblancos ganaron sus dos primeras Ligas. De un convenio entre los dos clubes surgió la franja roja en la camiseta rayista. El transvase de futbolistas tuvo al mundialista Guzmán como fichaje estrella

Vallecas-Atleti-Rayo, un vínculo retro

Vallecas, territorio atlético. El vínculo oficial entre el barrio y el club madrileño cumplió 91 años de edad el 14 de diciembre. En tal fecha de 1930 el equipo rojiblanco disputó como local su primer partido en Segunda División en el estadio de Vallecas, entonces municipio independiente, y construido exactamente sobre los mismos terrenos que el actual, que data de 1976. El Comité Nacional de Fútbol había inhabilitado el Stadium Metropolitano, donde jugaba habitualmente el Athletic club de Madrid. Cuestión de incompatibilidades. En sus instalaciones, además de jugarse al balompié, se celebraban otros deportes como el atletismo, rugby, carreras de dir-track (motos) y también se utilizaba como canódromo.

Sin terreno donde jugar, los rojiblancos tuvieron que emigrar al entonces nuevo estadio de Vallecas, con un aforo de 18.000 aficionados y que pocos meses antes, en marzo de ese mismo año, había sido inaugurado a lo grande siendo su primer propietario el Racing club de Madrid, también club de Segunda División. En ese recinto, el Athletic disputó sus partidos como local, siempre en Segunda, hasta la temporada 1934-35, que regresó al Metropolitano coincidiendo con su ascenso a Primera.

La guerra civil obligó al ya fusionado Athletic Aviación a volver al exilio. Su 'casa' había quedado totalmente destrozada por los bombardeos y su reconstrucción iba a ser mucho más costosa, en todos los aspectos, de lo esperado en un principio. El curso 39-40 ya lo tuvo que jugar en Chamartín, el estadio del Real Madrid, con la salvedad del último encuentro, donde se jugaba el título de Liga, que lo disputó en Vallecas. Aquel 28 de abril de 1940, los hombres dirigidos por el mítico Ricardo Zamora ganaron al Valencia con tantos de Campos y Elícegui y se proclamaron campeones gracias también a que el Sevilla no pasó del empate ante el Hércules (3-3).

Se sintieron los rojiblancos tan cómodos en Vallecas que arrendaron el estadio para ser locales de manera permanente hasta febrero de 1943 que regresaron al Metropolitano para enfrentarse al Real Madrid (2-1). En la temporada 40-41 lo convirtieron en un fortín y renovaron el título gracias a su fortaleza casera donde solo cedieron tres empates. En el último encuentro derrotaron al Oviedo (3-0) con dos goles de Manín y otro de Campos.

La franja roja. Fundado en 1924, la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano ascendió a Tercera en la temporada 1948-49 y uno de sus primeros pasos fue firmar un acuerdo de colaboración con el ya Atlético de Madrid. El vínculo pasaba por la cesión de doce jugadores, entre ellos Campos, Callejo, Oreja, Ramón Melcón… y del técnico Ramón Lafuente, que había sido el sustituto de Ricardo Zamora en las dos temporadas que los rojiblancos ganaron sus dos primeros títulos de Liga y el técnico con problemas de índole política no podía ejercer como tal. A cambio, el Rayo, que pasó a jugar en el estadio de Vallecas, prestaba las instalaciones del Rodival para que se entrenara la cantera atlética y jugaran las demás secciones que tenía el club (hockey, béisbol, baloncesto…).

Como el Rayo hasta entonces vestía todo de blanco y medias negras, el Atlético pidió al presidente rayista, Miguel Rodríguez Alzola, que introdujera algún detalle de color rojo en su uniforme y así nació la franja en diagonal en la parte delantera de la camiseta. Según la documentación de la época su original disposición estuvo inspirada en el River Plate, que a finales de la década de los cuarenta era el gran club argentino y que en mayo de 1949 había viajado a Europa para disputar un amistoso en Turín en beneficio de los familiares de las víctimas del accidente aéreo de Superga donde fallecieron los 18 jugadores del Torino, además de auxiliares, periodistas y tripulación.

El acuerdo con el Atlético solo duró una temporada y se resolvió de forma amigable, hasta el punto de que el Rayo mantuvo la franja roja en su camiseta, ya por delante y por detrás, en la temporada 50-51. Al comienzo de la siguiente, el Rayo, siempre necesitado de jugadores, llegó a otro acuerdo de colaboración con el Plus Ultra, filial del Real Madrid, y decidió quitar la franja roja de su camiseta y volver a vestir todo de blanco con medias rojas y blancas.

En diciembre de ese año (1951) fue cuando River Plate jugó dos amistosos en Madrid, ganó (3-4) al Real Madrid y empate (3-3) con el Atlético, y cuentan que los directivos vallecanos visitaron en su hotel a la expedición riverplatense para informarles de que su club se había inspirado en la indumentaria riverplatense y le regalaron una foto… de la temporada anterior con la franja en la camiseta y firmada por todos los jugadores y técnicos. A pesar de que el convenio con el Plus Ultra se mantuvo vigente en la siguiente temporada (52-53) la directiva del Rayo decidió volver a poner la franja roja diagonal en su camiseta de manera ya definitiva.

Antonio Guzmán, un mundialista a medias. La estadística histórica contempla que desde mediados del siglo pasado una treintena larga de futbolistas vistieron las dos camisetas e indistintamente pasaron de un club a otro, pero se da un caso muy especial, el de Antonio Guzmán (Torrejón de Ardoz, Madrid, 68 años) que en el verano de 1978 saltó de Vallecas al Vicente Calderón y en el camino disputó el Mundial de Argentina con España.

Tras cinco temporadas en el Rayo, una de ellas cedido al Talavera, su único año en Primera (1977-78) le permitió al centrocampista de Torrejón dar el gran salto al Atlético acompañado del delantero argentino Palín González y del propio entrenador, Héctor Núñez. A aquel equipo en su estreno en la categoría se le denominó como el matagigantes porque en su estadio, como sucede esta temporada, se mostró invencible. Solo cedió un empate y ganó a los siete clubes que hasta entonces se habían proclamado campeones de Liga: Real Madrid, Barcelona, Atlético, Athletic, Valencia, Sevilla y Betis.

Aunque ahora reconoce estar un poco alejado del fútbol y que su nexo de unión continúa siendo el Rayo y el Atlético, Antonio Guzmán mantiene vivo el recuerdo de lo sucedido en aquella temporada que le cambió la vida. "Es que se dice pronto, jugar el Mundial y fichar por el Atlético. Todo de golpe. Si Kubala me llamó a la Selección fue por mi gran temporada en el Rayo. Yo sabía que me estaban siguiendo. Me lo decía mi entrenador, Héctor Núñez. 'No te pongas nervioso, no te pongas nervioso', me decía. Pero la verdad es que no estuve pendiente de la lista definitiva. ¿Cómo iba a estarlo si no me habían llamado nunca? Era nuestro primer año en Primera y ningún jugador del Rayo había estado en un campeonato del mundo. La noticia me la dio mi madre. Lo escuchó en la radio. Yo no me lo creí, pero era verdad".

Debutó en un amistoso preparatorio contra Uruguay y después jugó 10 minutos contra Brasil en aquel 0-0 del no gol de Cardeñosa. Kubala no volvió a contar con él, pero se refugió en su fichaje por el Atlético. "Me da la impresión de que Vallecas siempre ha sido más atlética que madridista. Sé que por mí pagaron una pasta pero como iba en el paquete con Palín no se supo oficialmente. Yo pasé de ganar 300 o 400 mil pesetas a un contrato de dos, tres y cuatro millones. Este Rayo actual me recuerda a nuestro matagigantes, es un equipo contundente. Entonces físicamente estábamos como toros y este también juega bien. Me parece un equipo de todos para todos. Sin grupitos. Así es como se hacen los equipos ganadores".

Reconoce que durante el partido que se juega hoy tendrá el corazón partido. "Un punto para cada uno no significa nada y ahora el Atlético necesita más los puntos y no me importaría que los ganara. El Rayo con ese cuarto puesto actual está cerca de su objetivo que es la salvación. Pensar en Europa sería una gesta. Aquel Rayo de mi época acabó tercero la primera vuelta".