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REAL MADRID-ATLÉTICO | JUANFRAN TORRES

"El Madrid está en el mejor momento para ganarle"

Creció en el Real Madrid y se consagró en el Atlético, tras un paso por el Espanyol (cedido) y cuatro años y medio en Osasuna. Antes de retirarse probó la experiencia del fútbol brasileño.

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"El Madrid está en el mejor momento para ganarle"
Juan AguadoDIARIO AS

Con un derbi en el horizonte, el corazón rojiblanco de Juanfran Torres (Crevillente, Alicante, 36 años) se sale de la caja. Lleva tiempo asumiendo el riesgo de proclamar que, aunque de niño fuera madridista por influencia paterna, se formara durante cuatro años en la Ciudad Deportiva del Real Madrid y jugara 11 partidos en el primer equipo al lado de los galácticos, su alma es más colchonera que el oso del escudo. Como jugador disputó 28 derbis en cuatro competiciones distintas. Ganó siete, perdió 11 y empató 10. En las entrañas del Metropolitano se siente en casa y sus palabras fluyen por la banda.

¿Sufrió mucho el martes con su Atlético en Oporto?

No sufrí. Tenía claro que íbamos a ganar y así lo hicimos. No tenía tan claro el resultado del Milan-Liverpool, pero al final también nos acompañó. Es lo mismo que el año pasado, cuando me preguntaban si sufrí en el último partido de Liga en Valladolid. Tampoco. Estaba seguro de que íbamos a ganar. Cuando sufrí mucho fue el anterior contra Osasuna. Pero el otro día en Oporto se lo dije a Koke, al delegado, Pedro Pablo, y a la gente mía del vestuario. Estaba convencido y así fue. Ese positivismo va dentro de mi manera de ser.

Lo que está claro es que al final todos vamos a tener que pensar que el lema rojiblanco de 'nunca dejes de creer' es cierto y vamos todos a tener que terminar creyendo.

Pues sí. Pasó en Liverpool, pasó el martes. Lo que tenemos que intentar es no llegar a estos puntos extremos. En esas situaciones hay más riesgos de que te quedes fuera de clasificarte. Lo decía Jan (Oblak) el otro día. Está muy bien esto de 'no dejar de creer' y que hay que sufrir, pero si no sufrimos, mejor. Esperemos que esto sea un punto de inflexión para intentar ser más regulares. No podemos perder en casa contra el Mallorca, sin dar una buena imagen, en uno de los peores partidos de este año y luego llegar a Oporto y ser una máquina de jugar. Tenemos que intentar un término medio.

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Juan AguadoDIARIO AS

Cuando juegas mucho con fuego te terminas quemando.

Sí. Hay que intentar ser más regulares y pienso que lo vamos a ser a partir de ahora. Por lo que he vivido, después de este tipo de partidos siempre pasa algo especial dentro del vestuario. Te das cuenta de que compitiendo de esta forma y jugando con esa intensidad, sin brechas, el vestuario se viene arriba. Seguro que a partir de ahora vamos a tener la regularidad que buscamos desde que comenzó la temporada.

Y ahora de propina viene el Bernabéu y el Real Madrid.

Pues lo veo claro. 0-1. Y me gustaría que marcaran Koke, Correa o Griezmann. Sé que últimamente nos está costando más ganar allí. Hubo una época muy buena en la que pasamos de no ganar nunca a estar seis o siete año sin perder. El Real Madrid anda muy bien. Si nos ganan va a ser muy difícil que les podamos alcanzar. Así que no podemos perder. Tienen un equipazo. Vinicius, espectacular, Modric, Kroos… Los quieren jubilar, pero tienen cuerda. Andan bien en defensa. Están en el mejor momento para ganarles. El Madrid toda la vida ha sido de ganar y luego preguntar cómo. A nosotros nos han criticado mucho que solo pensábamos en el resultado, que no jugábamos a nada, pero el Madrid ha sido siempre un poco así. El resultado siempre ha sido lo más importante para ellos. Otros clubes, como el Bayern o el Barça, parece que sus aficionados quieren primero jugar bien y después ganar, pero últimamente tanto en el Madrid como el Atlético, aunque no se juegue del todo bien, ganar es primordial. Yo prefiero primero ganar y después preguntar cómo he jugado.

Me llama mucho la atención de que hable con el vamos, el nosotros, como si siguiera jugando…

No estoy ya dentro de ese vestuario, pero he estado tantos años que hay una parte de mí dentro. Y como hay gente con la que hablo a diario, mi capitán, mis utilleros, mi delegado, mi Oblak, mi Savic… con el míster, con quien estuve hace una semana. Cuando hablo con ellos parece como que siguiera jugando. Me meto tanto en el papel que parece que soy uno más. Hablo como hablan los aficionados que dicen ‘tenemos o vamos a ganar’. Eso me gusta. Después de tantos años dentro, siento que estoy allí aún.

¿Qué tiene el Atlético o sus personas para poder captar para su causa a un adulto con uso de razón como usted, que de chaval había sido del Real Madrid y que por encima de todo era un profesional que venía de jugar en Osasuna?

Ahora cada vez hay más niños que son del Atleti y muchos con padres madridistas, que los conozco. Mis inicios aquí fueron muy complicados. Muchos rojiblancos me tenían medio crucificado por mi pasado madridista. Me tenían gato. Yo había manifestado muchas veces que era del Madrid. Incluso después de cuatro años en Osasuna se me recordaba por mi pasado blanco. Cuando llegué al club sabía que como no me involucrara al cien por cien no conseguiría dar la vuelta a esa situación. Por eso intenté desde el primer día empaparme de la cultura atlética, de los valores que tenemos y luego además ganármelos en el campo y allí dentro me los gané. La gente no es tonta y si dentro no demuestras lo que dices fuera, no se lo creen. El aficionado del Atlético en el momento que siente que el jugador da todo lo que tiene, que se deja la vida dentro del campo, es muy agradecido. Lo vieron en mí y me acogieron porque desde el primer día que me puse esa camiseta mi vida eran mi familia y el equipo. Y eso le ha pasado a De Paul, a Savic, a Llorente, a Correa, a Griezmann… No importas de dónde vengas. Pero hay que jugar bien, darlo todo. Si no se ve esa implicación en el campo por mucho que beses el escudo del atlético no les engañas.

En el Real Madrid estuvo dos años en el juvenil y otros dos en el Castilla alternando ya varios partidos con el primer equipo.

Hubo un momento clave en esa etapa. Me fui cedido al Espanyol y al regresar estaba Capello de entrenador y hablé con él. Fue muy sincero conmigo. Me dijo que en mi puesto estaban Beckham y Figo, que iba a tener complicado jugar. Incluso si se iba Figo, podía jugar Higuaín a la derecha. Me transmitió que iba a jugar apenas nada. Me dijo también que, si me quería quedar, me quedara porque había hecho una gran pretemporada, veía que tenía muchas ganas y confiaba en mí. Me llegó la oferta de Osasuna y me decanté. Pero siempre me pregunto qué hubiese pasado si me hubiera quedado y hubiese jugado. Salió Figo, podría haber tenido mi oportunidad y mi carrera hubiese ido en otra dirección. Las decisiones te cambian la vida.

¿Cómo fue jugar con los galácticos? Porque usted jugó con Figo, Beckham, Ronaldo, Zidane…

Algo increíble. Ahora mi hijo Óliver me lo pregunta. Hace poco coincidimos con Zidane y estuvo muy cariñoso conmigo. Hablamos de aquella época. Se portaron todos muy bien. Yo era un niño. Les pillé ya en su fin de ciclo, pero jugar con todos ellos fue algo impensable. Yo no hablaba. Entraba me vestía y me iba. Miraba y escuchaba. Fue una época rara en la que pasaban muchas cosas y se hablaba más de cosas externas que de lo que había hablar y al final las cosas no salieron bien.

Debió ser difícil. Tenía 21 años. Estaba en el Real Madrid y se tiene que ir a Osasuna.

Fue muy difícil. Lo hablé con mi familia y alguno no sabía ni donde estaba Pamplona. Llevaba cuatro años currándomelo. Subí hasta el primer equipo. Entonces era madridista. Fue una decisión correcta. Primero por Osasuna. Ya soy rojillo, como mi hijo, que nació allí y después por el Atlético. Si no la hubiera tomado, no hubiera conocido a mi Atlético. Estando en Pamplona pude ir al Valencia, porque se iba Joaquín. Cuando he tenido que decidir siempre he acertado y ha sido porque estaba convencido al cien por cien.

Y cuando decidió irse del Atlético (2019), también estaba convencido o le empujaron a irse…

Totalmente. Pensaba que mi época estaba acabada. Estaba tan lleno por dentro de lo que supone el Atlético. Rebosaba tanto de todo lo bonito que había vivido en ese club que en ese momento es mejor buscar otro objetivo. Lo de Brasil también me salió bien. Fue una experiencia increíble. En la vida hay que saber cuándo tienes que irte. Como antes me había pasado en el Real Madrid. Lo importante es ilusionarte con lo nuevo que está por venir y en eso soy un maestro. Me he convertido en un experto en la materia.

De todas formas, parece como si el Real Madrid nunca terminara de salir de su vida profesional. Con Osasuna, contra los blancos, en el Bernabéu, fue expulsado por Pérez Burrull por una presunta simulación en dos penaltis que le hicieron. Esa misma temporada (2008-09) en el último partido, marca al Madrid que supone la salvación de Osasuna (2009). Con el Atlético debuta contra ellos en un partido de Copa (2011). Luego llegan la final de Copa que gana en el Bernabéu, las finales de las Champions… Es como si fuera un fantasma blanco que le persiguiese toda la vida.

Contra el Real Madrid me ha pasado de todo. Pérez Burrull me llamó después de aquel partido para decirme que se había equivocado, que pensaba que me había tirado, que era lo que me había dicho en el campo. Que por lo menos me tirara bien. Hace poco esas jugadas las recordó Piqué por twich. El gol de la salvación rojilla en el último partido fue algo inolvidable. Es verdad que con el Atlético debuté en el Bernabéu, perdimos (3-1) y no me salieron bien las cosas. Luego las finales… El Madrid está ahí en todo momento. Me siento agradecido de los años que estuve allí. Se portaron muy bien conmigo. Tuve una formación muy buena a nivel personal y profesional. Luego tuve contra ellos momentos buenos y menos buenos. Hay quien me recuerda la final de la Copa del Rey, hay otros que me recuerda el penalti que fallé en Milán. Hay gente que te falta al respeto, otros que me agradecen lo que he dado tanto en un sitio como en otro. Es un problema de educación y es algo que va dentro de nuestra profesión. Nunca podré negar que el Real Madrid ha estado en mi vida, en mi pasado y no tengo ningún problema con ellos. Está ligado a mí para lo bueno y para lo malo. Lo único que me importa es que mi Atlético vaya bien y cada vez creo menos que en lo del mal del prójimo es bueno para uno mismo. La gente se debe preocupar de sus cosas y olvidarse de los demás.

Usted era del Madrid por su padre…

Claro. Luego lo transformé al Atlético y me transformé yo también. Él se hizo antes que yo. En cuanto fiché, ya era rojiblanco. Tal cual. Total. Quién se lo iba a decir a un hombre mayor. Al final los papás son del equipo en el que juega su hijo. Me da mucha pena que solo me viera en el Atlético al principio, cuando estaba pasando momentos duros, que no jugaba mucho. Falleció a los tres meses de llegar yo al Calderón. Ojalá hubiera podido estar en todos los años que luego viví en el club. Tengo esa espinita, pero seguro que desde el cielo está sufriendo con la bufanda del Atleti.

Desde juvenil era extremo y acaba de lateral internacional campeón de la Eurocopa 2012 y con otra Eurocopa, un Mundial y dos Champions a las espaldas.

Y además era de los que no defendía nada. Una cosa de locos. Tuve un curso intensivo el primer mes de la llegada de Simeone. Formaba una defensa con Miranda, Godín, Filipe Luis, y el portero, que era Courtois, y conmigo a la derecha y nos ponía a jugar contra siete u ocho jugadores. Horas y horas. Venga a repetir. Casi todos los días. Ahí me hice defensa por obligación y me convertí en un gran lateral derecho. En Osasuna solo hacía atacar. Camacho me decía que tenía que defender y me echaba unas broncas tremendas. Yo tenía la suerte que detrás de mí tenía a Azpilicueta y él defendía por los dos. Allí solo pensaba en encarar, tirar uno contra uno, regatear y centrar. Un día me dijo Capdevila que sufría más conmigo que contra Figo. Me costaba mucho defender. Pero cuando cambié de posición cambié mi mentalidad.

El primero que le puso ahí, antes que Simeone, fue Manzano.

Sí, en Granada. Él y Baraja vieron que podía jugar ahí. La pena es que no tuvieron continuidad. Llegó el Cholo y el primer partido en Málaga lo juego de extremo contra Monreal. La semana siguiente Perea estaba sancionado y no teníamos lateral derecho. El míster me dijo, te ves para jugar ahí y yo le dije que jugaba ahí y donde hiciera falta. Me salió bien. Ganamos al Villarreal. A la siguiente jornada jugábamos contra la Real en San Sebastián. Perea ya estaba para jugar y me pregunta el Cholo dónde quiero jugar si arriba o de lateral. Yo le dije que atrás. Y él insistía. ¿Pero no te cagarás? Que vas a jugar contra Griezmann, que entonces jugaba de extremo izquierdo. Me quería desafiar. Cagarme, no. Me lo voy a comer, le dije y me lo comí. Ganamos 4-1 y partir de ahí ya no me preguntó más.

Su confesión es pública. Usted ahora quiere ser director deportivo del Atlético. No es que quiera ser director deportivo a secas…

Quiero matizar esas palabras. Quiero ser director deportivo, pero pienso que me tengo que formar, estar cerca de gente de fútbol, como estoy haciendo ahora. A lo mejor la temporada próxima puedo entrar en alguna estructura. El objetivo final, que puede ser el año que viene o dentro de diez, es serlo en el Atlético. Por supuesto. Es mi casa. La conozco y sé que podría ofrecer un buen rendimiento, igual que lo di como jugador. No tengo prisa. Ahora tenemos a Berta y cuando hablo espero que no se sienta amenazado. Aún me queda un recorrido y una formación. Estoy abierto a cualquier dirección deportiva porque creo que tengo conocimientos y experiencia como jugador y los puedo aportar. Empiezo de cero. Pero aprendo rápido y en cuanto entre en una estructura estoy convencido de que voy a hacer un gran papel.

¿Y por qué no entrenador?

Porque no me gusta. He vivido tanto dentro del césped que ya no me hace falta estar tan ligado a un vestuario. No me apetece. Tengo más aptitudes para un despacho que para un banquillo. Veo a Gabi, Tiago, Godín, Raúl García, Fernando Torres, Filipe Luis… que tienen unas aptitudes diferentes a las mías y a ellos sí los veo en el campo. Yo les voy a ayudar desde la parte de arriba.

¿Se le puede reconocer como el soldado más aventajado de Simeone?

¿Por qué? Yo también las he tenido de puertas hacia dentro con él, pero es normal, era mi entrenador. A nivel personal siempre ha sido una persona importante para mí. Le considero parte de mi vida, un muy buen amigo. Siempre hay rifirrafes con los amigos. Siempre tuvimos una conexión especial , sabe que conmigo va a tener un aliado que le va a ayudar en todo lo que necesite y que no lo voy a fallar nunca. Yo nunca fallo a los míos. Es una de las virtudes que siempre voy a tener.

Creo que la despedida con él fue dura.

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Octavio PassosGetty Images

Sí fue dura. Yo sabía que mi momento terminaba. Expresé mis sentimientos. Él quería que siguiera. Pensaba que podía ayudar en el vestuario y aportar cosas cuando me tocara jugar. Quería que me fuese cambiando con Vrsaljko y Arias, que estuviera cerca de él y del equipo, pero comprendió que me quisiera ir. Ellos sabían que era un impasse y que más tarde o más temprano me van a tener a su lado y estoy convencido de que así será.