Uría coge el relevo de Marcelino
El técnico rojiblanco está confinado y se pone al gobierno su mano derecha. La afición alentó en Lezama al Athletic pese a las restricciones por el COVID.
Son días extraños, con el COVID causando estragos. En Lezama no es donde más está castigando, pero se nota su azote. Marcelino es uno de los afectados y ha cedido los trastos a su mano derecha, Rubén Uría. El equipo ha saltado hoy al campo 3 con un buen grupo de aficionados alentando pese a tratarse del día de Nochevieja y con las restricciones de rigor.
Junto a Marcelino, Uría (Gijón, 1968) forma un dúo inseparable desde casi sus inicios en el mundo del fútbol. En 2005 empezaron a trabajar juntos con la pizarra en el Recre. Antes de ser entrenador, fue futbolista. Pasó entre otros equipos por el Sporting B, Cultural Leonesa, Lealtad, Pájara Playas de Jandia y Torrevieja. Tenía mucho talento, buen manejo de las dos piernas, velocidad y buen cambio de ritmo. Era un segundo delantero, el mediapunta de antes, y que se podía adaptar a jugar en banda. "Mis inseguridades me impidieron llegar mas arriba", confiesa.
Se formó en Mareo, donde, aunque nunca llegaron a jugar juntos, conoció a Marcelino. Llegó a la escuela del Sporting en el 78, año de su inauguración, con 10 años y se fue con 20. Marcelino fue su entrenador en el Lealtad. "Conocí a Marce en el Sporting, pero donde realmente nos empezamos a tratar fue en Villaviciosa por el Lealtad y el colegio de nuestros hijos, que son de la misma quinta. Recuerdo que llegábamos a entrenar, yo jugaba en el equipo de Tercera División y Marce entrenaba al Juvenil, y lo veías pasando el rastrillo al campo de arena, colocando conos para delimitar zonas. Una organización del trabajo increíble para entrenar en Primera Juvenil. Y pensaba que a este tío se le va la olla. Así fueron sus comienzos", relata a menudo.
El lunes les espera una importante cita en El Sadar ante Osasuna. Lekue, Núñez, Zarraga, Raúl García y Villalibre también se encuentran en sus domicilios tras haber dado positivo. Los que están de vuelta son Simón, Iñigo Martínez, Ezkieta y Berenguer. Sillero, Lorente y Artola han subido desde el filial a trabajar con los mayores. Vivian, Nolaskoain y Yuri apuran tratando de regresar con el inicio del nuevo año.
Uno de los que está de enhorabuena es Balenziaga, que ha alcanzado 300 partidos como león. "No hay nada comparable al Athletic, lo notas en la calle al hablar con los aficionados", señala el lateral izquierdo. Llegó con 20 años a Lezama, y ahora apunta que ha tenido como espejo a los Iraola, Gurpegui, Susaeta. De Marcos y Garmendia. "Seré un aficionado más del Athletic siempre, esté o no aquí", se emociona.