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REAL SOCIEDAD

Fin a un 2021 inolvidable para la Real

Es el año en el que el club txuri-urdin volvió a ganar un título, pero sobre todo, asentó un proyecto global que tiene mucho futuro y que ‘amenaza’ con dar más alegrías.

Fin a un 2021 inolvidable para la Real

El 2021 permanecerá para siempre en la retina de los aficionados de la Real Sociedad como otro de esos años en los que vio a su equipo ganar un título. Debía haber sido el 2020, pero la maldita pandemia retrasó el hito histórico, y la Copa del Rey del 2020 se ganó en el 2021. En un fecha mágica, ya inolvidable para siempre: el 3 de abril. En un escenario que puede que no fuera el más glamuroso, pero que ya forma parte de esos lugares venerados por la parroquia realista. La Cartuja está ya a la altura de El Molinón, La Romareda o el mismo Atotxa, los campos donde la Real ha sido capaz de levantar un trofeo. Pero el 2021 es mucho más que eso para la Real Sociedad. La Copa ganada contra el Athletic Club es lo que le convierte en especial, de eso no hay duda. Pero este año que termina es también el que ha terminado de poner en el mapa del fútbol nacional y continental este proyecto de la Real que supervisa en la presidencia Jokin Aperribay, lidera en los despachos Roberto Olabe y dirige en los banquillos Imanol Alguacil. El 2021 ha servido de espaldarazo definitivo a un proyecto global ideado y trabajado en Zubieta, y que ‘amenaza’ con dar más alegrías. El 2022 se presenta muy esperanzador.

Porque la Copa de La Cartuja es mucho más que un título. Aparte de volver a sentir lo que es ganar 34 años después, recordar esa sensación olvidada en Gipuzkoa de que la Real es un club ganador. Porque ya sabía lo que era ganar títulos. Menos que otros, es evidente. Pero había ganado. Y eso es algo que no se pierde. Pero que es muy difícil recordar y, sobre todo, recuperar. En Donostia ha costado más de tres décadas. Pero esta Copa del Rey del 2021 sirve también de impulso al proyecto. Porque si dicen que las victorias dan credibilidad al trabajo diario, imagínense un título, da un espaldarazo que permite creer a ciegas en lo que haces, permite disipar las dudas que pudieras tener. Y esta Copa da la razón tanto a Olabe como a Imanol. El camino es el correcto y ahora se trata de fortalecerlo para no derivarse. Y en eso están. Por eso es tan importante para la Real este 2021 que termina. Es el año que puede ser un punto de inflexión, un antes y un después.

Porque más allá del título de Copa, hay otros logros que ayudan de manera decisiva a que el 2021 pueda ser considerado histórico para un club como la Real. Para empezar, después de ganar la final en La Cartuja, al equipo de Imanol le quedaron todavía arrestos y fuerzas como para pelear por Europa y terminar Quinto en la liga. Meritazo. Directamente a la fase de grupos de la Europa League por segundo año seguido, algo que nunca había logrado. No contento con ello, en la nueva temporada logró ser líder de Primera durante cinco jornadas, no bajando de los puestos europeos desde la jornada 3 y llegando sexto al final de año, a pesar de la mala racha de resultados en liga en la que está sumido. Porque en Europa se clasificó de forma brillante para la siguiente ronda. Y en Copa sigue viva es ilusión de repetir, consistente de la dificultad que tiene. Todo esto da poso al proyecto actual de la Real, porque llegar es difícil, pero mucho más mantenerse, dar continuidad a los logros que obtienes. Y eso lo están consiguiendo en Donostia.

Pero la Real es más que su primer equipo. Y eso ha quedado demostrado en este 2021. Este es un proyecto de Zubieta, en engloba a todas las categorías. Por eso ew muy destacable y meritorio es trabajo de Xabi Alonso en la Real B, con su ascenso a Segunda 60 años después. Es el único filial en una categoría profesional en el fútbol europeo, aunque ahora lo esté pasando un poco mal por los resultados. Pero es que el tercer equipo también logró ascender a la Segunda RFEF de la mano de Sergio Francisco. Y eso provoca un ecosistema exigente de trabajo con los chavales del que se alimenta el primer equipo. Porque están subiendo a Primera más chavales de Zubieta que nunca desde los años 80, la época dorada de los cuatro títulos que se levantaron. Olabe ha creado un proyecto sostenido por la cantera y mejorado por fichajes que, por fin, elevan el nivel del equipo, jugadores diferenciales porque la Real se permite sentarse en mesas a las que hasta ahora no había sido invitada. La prueba es que negocia con clubes como Borussia Dortmund, Leipzig, Paris Saint Germain, Arsenal, Bournemouth, Newcastle… Ago quiere decir eso.

Pero por encima todo este año ha asentado las bases del trabajo de Zubieta. Ahora hay un proyecto común, con una dirección y unas ideas claras, después de un profunda reorganización que ha costado más de un quebradero de cabeza a Roberto Olabe, y en la que ha tenido un papel fundamental todos los entrenadores y trabajadores de la cantera realista. La Real es ya una fábrica de talento, preferentemente de Gipuzkoa, pero también importa de otros lugares. Porque ahora los chavales siguen subiendo al primer equipo como siempre, pero la sensación es que llegan más formados que nunca. Porque el nivel siempre ha estado ahí, pero el rendimiento es muy elevado, y de eso se beneficia la Real.

Y en ese proceso se ha incluido ahora a la sección femenina, a la que también se está intentando dar un impulso. No es fácil porque no generan tanto como el fútbol masculino, pero en la Real quieren tratarlas a las futbolistas igual que a los futbolistas. Ahí Olabe dio con la tecla de Natalia Arroyo, una entrenadora joven, con hambre, conocimiento y ganas de aprender. El resultado es que logró su mejora clasificación histórica la pasada temporada, y que en esta campaña llega al final de 2021 en segunda posición y con el sueño de jugar la Champions más vivo que nunca. Y eso que en medio tuvo que lidiar con una bomba de relojería, como fue la locura de prescindir de 10 jugadoras, muchas campeonas de Copa, en el verano pasado. Es difícil saber hacia dónde y cómo evolucionará este proyecto global de la Real que tanto ha crecido en este 2021, siguiendo la dinámica ascendente de años anteriores, asentado ya también económicamente entre los grandes, con presupuestos inimaginables no hace tanto, como el de esta temporada, que cifra los ingresos en 136 millones. Pero no se puede perder la perspectiva de lo que es la Real, porque será muy difícil que se pueda repetir un 2021 como éste que termina. Así que hay que valorarlo y recordarlo siempre. 2022 será otra historia. Veremos si es tan feliz. Buena pinta tiene, pero el futuro está todavía por escribir.