El Man Utd se desquita a costa del Burnley

Rangnick fue claro cuando le preguntaron el lunes si estaba satisfecho con la evolución de su equipo desde que llegó a Manchester. “Por supuesto que no”. Sigue evolucionando el Manchester United a las órdenes del alemán. Aunque le cuesta. Ralf culpó al brote de COVID-19 que obligó a suspender dos partidos y a cerrar temporalmente la ciudad deportiva. Lo cierto es que los red devils siguen siendo inconsistentes, pero también siguen sin perder con Rangnick en el banquillo. Ante el Burnley ofrecieron su mejor versión hasta el momento, aunque solo durante el primer tiempo. La mejor, aunque no todo lo buena que se puede esperar de una plantilla y club como el de Old Trafford.

Principalmente haciendo valer su pegada, una de las tareas pendientes hasta la fecha, ante un Burnley que cumplió pese al momento por el que atraviesa. Hasta cuatro encuentros suyos han tenido que ser aplazados en las últimas semanas, y el COVID-19 también ha causado estragos en su plantilla. Entre las principales bajas, las de su guardameta, el internacional inglés Nick Pope. Wayne Hennessey ocupó su puesto, jugando por primera vez desde agosto. Cumplió. O más bien, hizo lo que pudo.

Tuvieron la posesión los mancunianos, aunque echaron en falta algún futbolista con chispa en el centro del campo. Alguien que ayudara a abastecer a Edinson Cavani y Cristiano Ronaldo. Estaba seguro el Burnley. Salió enchufado y agresivo. Y sabiendo, al contrario que su rival, qué hacer con la pelota en cada momento. La calidad individual terminó dando la ventaja a los locales, que sí aprovecharon sus ocasiones. Scott McTominay cazó en la frontal un control que se le escapó a Ronaldo. El escocés disparó con efecto, a la base del poste, para abrir el marcador. Cómodo con la ventaja, el Manchester United dobló su ventaja en una acción individual de Jadon Sancho a los 26 minutos. Amagó frente a su par y encontró el hueco para disparar y marcar. Para quitarse un peso de encima. No andaba especialmente acertado el ex del Dortmund, perdiendo el esférico con facilidad. Siguió intentándolo hasta encontrar su gol, aunque la autoría del mismo fue para Ben Mee, que cuando trató de interceptar el tiro terminó por desviarlo a la red.

Seguía en sus trece el Burnley. Esperba atrás y trató de salir al contrataque. Se plantaba en el área rival con pocos toques y ponía en aprietos a la zaga del United. Harry Maguire hizo de las suyas superada la media hora de juego. Calculó mal el bote de la pelota y terminó permitiendo que Chris Woods se hiciera con ella. Eric Bailly terminó tapando el disparo del neozelandés para alivio de la parroquia local. Dos minutos más tarde llegó la rendición de Ronaldo. El portugués había errado un mano a mano, y su frustración fue evidente. Gesticulando y haciéndola visible, como ante el Newcastle United. Aunque enfadado consigo mismo en esta ocasión. Fue el primero en reaccionar cuando Hennessey despejó al palo el tiro lejano de McTominay desde la frontal. Ronaldo cazó el rechace para marcar puerta vacía.

Lejos de sentenciar, el Manchester United volvió a meterse en problemas. Sus aciertos en ataque encontraban errores en defensa. Bailly perdió un balón ante Aaron Lennon, que de la nada marcó el gol de la honra. Tiro cruzado a la portería de De Gea para marcar su primer gol desde septiembre de 2018. Pese a la ventaja en el marcador, los de Old Trafford fueron incapaces de rematar la faena. Malgastaba la posesión y perdía el balón con facilidad, ya en el segundo tiempo. Pese a todo, el Burnley seguía vivo, aunque no encontró argumentos para rebatir el triunfo del equipo local. Los de Sean Dyche tendrán que seguir esperando para lograr los puntos que les saque de la zona de descenso. Los de Ralf Rangnick también inaugurarán el 2022 con deberes pendientes. Después de 20 jornadas están fuera de puestos europeos.