"Sufría un trastorno de ansiedad generalizada y pedí ayuda"

Sergio Ruiz Alonso (El Astillero, Cantabria, España, 16 de diciembre de 1994) jugaba en el Racing cuando en el verano de 2020 el Charlotte Football Club, de la Major League Soccer, pagó su cláusula de rescisión una vez que el equipo cántabro descendiera a Segunda B. Pero con la incidencia de la COVID-19, el centrocampista cántabro fue cedido a la Unión Deportiva Las Palmas. Se convirtió en uno de los mejores medios de LaLiga Smartbank en un año y medio, aunque esta temporada apenas jugó seis partidos desde que se lesionase el 11 de septiembre. Hace un mes el club anunció que volvió a su tierra, Cantabria, para recuperarse de un problema psicológico. Un difícil y valiente paso que dio Sergio Ruiz para recuperarse. prueba de ello ha sido cómo ha afrontado una enfermedad mental y cómo la ha visibilizado en los micrófonos de El Larguero: "El estereotipo del jugador profesional es que le va bien económicamente y que se dedica a lo que le gusta. Mostrar esa parte de que tienes problemas y no te va bien, te hace parecer vulnerable. Pero cada uno tenemos nuestras batallas del día a día. Me ha tocado a mí. Es una enfermedad que hay que saber gestionarla y es como una enfermedad física".

El futbolista, que se marchará en enero a seguir jugando en Estados Unidos, relató cómo empezó a notarse mal: “Al final estaba nervioso y todos los días era mucha tensión. No estaba bien ni física ni mentalmente. Era una sensación bastante extraña. Pasé 10 días que no podía dormir. Cogí el COVID justo 10 días, mi mujer estaba embarazada y yo tenía la incertidumbre de irme a EE UU a jugar… Hablé con los médicos del club y les dije que no sabía qué era lo que me estaba pasando. Era un trastorno de ansiedad generalizada y había que saber tratarlo”.

Para Ruiz, lo más importante en una enfermedad mental es saber pedir ayuda: "Me puse en manos del psiquiatra y del psicólogo, que me dijeron que es algo normal y se puede salir. Cuando volví a jugar tras la lesión no me sentía bien y fue cuando hablamos con el club y pedí ayuda. Las Palmas se portó excepcional conmigo desde el presidente hasta el director general, el director deportivo, el entrenador… Me dieron siempre su apoyo y por esa parte me sentí muy tranquilo y aliviado”.