Deberes condicionados
Los futbolistas de la UD Las Palmas llegarán mañana a la Isla. Las PCR del día 27 de diciembre pueden marcar el futuro a corto plazo del equipo.
En tiempos de una pandemia como esta del Covid-19, nada ni nadie parece estar a salvo. Tampoco los clubes deportivos profesionales por más revisiones y medios sanitarios a su alcance tengan. En ningún caso se iba a librar la Unión Deportiva Las Palmas, cuya plantilla profesional regresa al trabajo el lunes, una vez pasados los fastos de Nochebuena.
Realmente, los futbolistas de Pepe Mel están citados el martes en la Ciudad Deportiva para, con una doble sesión de trabajo, encarar el derbi del día 2 de enero contra el Tenerife, por ver todavía si es con público o sin él. Sin embargo, un día antes tendrán que pasar por enfermería para hacerse los obligatorios test PCR para reanudar la vuelta al trabajo con plenas garantías sanitarias.
Ya advirtió el propio Mel, antes de las vacaciones navideñas, de la importancia del resultado de las mencionadas pruebas. Que se sepa, al menos de manera oficial, no hay de momento ningún futbolista que haya caído, actualmente, en las garras de la Covid-19. Si lo han hecho, anteriormente, Sergio Ruiz o Rafa Mujica.
“Lo normal es que, si tienes un caso positivo, después te caigan 3-4 futbolistas más”, enfatiza Mel. Y es que los deberes para reforzar a la UD en esta vuelta al trabajo dependen, en gran medida, de los resultados de dichas pruebas. Confesado además por la cúpula deportiva del club, Alberto Moleiro y Sergi Cardona pasarán a tener ficha del primer equipo. Igualmente, en las próximas horas se podría hacer oficial la llegada del mediocentro brasileño Fernando Martins. Así, la necesidad de dar salidas a determinados futbolistas que no cuentan comienza a ser obligatoria, mas el Covd-19 podría frenarlo todo por los confinamientos correspondientes, tanto a los casos positivos como a los contactos estrechos, igualmente durante los días previos a la cita con el Tenerife.
Pese a que se da por hecha la salida, al menos como cedidos, de jugadores como Maikel Mesa o Unai Veiga, la situación podría quedar encallada hasta que la salud lo permita, pues la propia dinámica de trabajo diaria, especialmente la referida a los entrenamientos grupales, podría verse mermada por la falta de efectivos y por los problemas para jugar con futbolistas con ficha del filial, cuatro como máximo al mismo tiempo.