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ATLÉTICO DE MADRID

La crisis de los diez

El Atlético vive el peor inicio de temporada con su técnico, que hoy cumple una década en el cargo. La fragilidad atrás es insostenible. Parón para recuperar la mente.

Simeone, pensativo durante el partido contra el Granada.
CHEMA DIAZDIARIO AS

El Atlético se enfrenta a lo desconocido. El equipo rojiblanco iniciará el año 2022 fuera de los puestos Champions y tras cosechar en Granada su cuarta derrota consecutiva en Liga, la peor racha desde que llegó Simeone al banquillo colchonero… hace exactamente diez años.

Como había ocurrido en Sevilla, el Atlético no mereció perder ante el equipo nazarí, pero se volvió a ir con las manos vacías en dos disparos del rival ante la inoperancia y los fallos defensivos. Y es que en este inicio de temporada todo está saliendo mal y se están batiendo récords de lo más negativos… con el Granada sumando su primera victoria ante el equipo rojiblanco 48 años después, marcando el Getafe su primer gol contra Simeone, volviendo a ganar el Alavés, encajando dos goles en el descuento para perder dos puntos en Mestalla, sumando el Mallorca de tres en el feudo colchonero… y superando en las 18 primeras jornadas el número de derrotas que en toda la temporada pasada (cinco por cuatro).

Un curso 2020-21 cuyo inicio era prácticamente inalcanzable, sumando 47 puntos a estas alturas y 50 en la primera vuelta, pero que no ha estado cerca ni de parecerse. El Atlético lleva 29 puntos, 18 menos que un año atrás. Y eso que pudo mantener su base campeona sin perder a ninguna de sus figuras y añadió piezas de renombre como Griezmann, De Paul o Matheus Cunha. Sin embargo, jugadores que la temporada pasada brillaban no son ni su propia sombra. La columna vertebral falla y las lesiones se han cebado en un centro de la defensa que tiembla.

Sin Giménez ni Savic prácticamente en los cinco últimos partidos (el montenegrino salió lesionado a los 11 minutos del duelo contra el Mallorca), el Atlético ha recibido nueve goles y ha sumado cuatro derrotas y un único triunfo, en Oporto para clasificarse a los octavos de la Champions curiosamente en el partido que más remates recibió del rival. En el resto, apenas ha necesitado llegadas para que Oblak tuviese que sacar el balón de su red en el curso más frustrante para el esloveno, que con los 22 goles recibidos ya está en números de anteriores temporadas completas (es más acabó la 2015-16 acabó con 18, la 16-17 con 21 y la 18-19 con 22).

En ataque, Luis Suárez pasa por su mayor sequía, Llorente no se ha estrenado después de acabar el curso pasado como el segundo máximo goleador de la plantilla y las lesiones también han castigado al ‘14’, a Griezmann, João Félix y compañía. Si Oblak y Suárez pasan por sus noches más oscuras, también ocurre con Koke, motor del centro del campo. La plantilla que prometía grandes éxitos parece ahora descompensada, escasa de efectivos en todas las posiciones de la defensa, teniendo que reconvertir jugadores y sin un pivote que ejerza como ancla. Algo que se puede retocar en el mercado de fichajes que se abre en una semana. El vestuario se ha llenado de figuras, pero puede faltar la cohesión de antaño.

Pero, más allá de lesiones y bajas, el equipo sufre un bloqueo mental. Contra el Granada marcó muy pronto, y con todo de cara vio como le remontaban. De una gran jugada ofensiva y disparo al palo de João Félix llegó un gol en contra. Ya se sabe aquello de que montas un circo y te crecen los enanos. Tampoco acompañan los arbitrajes, con un tanto anulado incomprensiblemente al portugués justo antes del descanso, el penalti de Lodi ante el Levante y un inicio de curso marcado por las tarjetas. Pero no hay excusa que valga. El Atleti no está sabiendo competir, se le escapan resultados en los últimos instantes, cada balón parado hace temblar a los zagueros, no se genera juego fluido y cuando se llega a los metros finales no se hace gol.

Pausa para la reflexión

Simeone necesitaba un tiempo muerto y se lo dará el parón invernal. A la vuelta de la esquina está la Copa del Rey, desaprovechada en las últimas temporadas, pero que se puede convertir en la mayor opción de título este año junto a la Supercopa de España. Acabar entre los cuatro primeros es una obligación y el equipo deberá centrarse en llegar con buenas sensaciones a la eliminatoria de octavos de la Champions contra el Manchester United. El peor error en lo que marcha de curso es tropezar constantemente con la misma piedra, errores individuales atrás que suponen goles cuando el rival apenas había llegado, malas marcas en centros laterales, poca contundencia en los minutos finales y falta de agresividad en los momentos duros.

Es el momento para rebeldes, para jugadores que den un paso adelante y asuman la responsabilidad. También son unos días para recuperar efectivos, que la defensa vuelva a ser identificable y que Oblak acabe con ese porcentaje del 50% de paradas cuando le tiran a puerta, el peor de toda LaLiga. Nadie podía imaginar el calamitoso inicio de temporada. Una primera vuelta para olvidar. El título ya parece imposible, pero hay mucho por lo que luchar. Un periodo para valientes y un reto para Simoene, conseguir voltear una situación insospechada y un equipo con la moral por los suelos. Volver a las bases del cholismo: partido a partido, construir bloque unido, una defensa férrea y competir cada balón con intensidad y como si fuese el último. El Atlético todavía está a tiempo de salvar la temporada, pero para ello deberá acabar con su crisis de fe y volver a parecerse al equipo que ha sido en los nueve años y medio anteriores de Simeone en el banquillo.