LEYENDAS | TENERIFE 2 - REAL MADRID 0
Una erupción de solidaridad
Las leyendas del Tenerife y Real Madrid jugaron un amistoso en el Heliodoro en favor de los afectados por el volcán de la isla de La Palma ante más de 11.000 espectadores.
El Heliodoro fue más solidario que nunca. Los hermanos palmeros vienen sufriendo desde hace casi tres meses las inclemencias de un volcán que transformó una parte de su isla, aunque afortunadamente se está apagando. Y el fútbol, generoso como siempre, reunió a las Leyendas del Tenerife y el Real Madrid para recaudar fondos para los damnificados. Y la gente, en una erupción de solidaridad, respondió.
Sobre el verde se reunieron varias generaciones de futbolistas. Desde Fernando Hierro hasta Suso Santana, desde Manolo ‘el gato de Arucas’ hasta Vitolo, aún en actividad. Ni siquiera Luis Miguel Ramis, entrenador del primer equipo blanquiazul, faltó a la fiesta haciendo tándem en defensa con otro mítico: César Gómez.
La grada disfrutó y recordó viejas y buenas épocas. Como cuando Arbeloa fue parte de la selección que ganó la Copa del Mundo en 2010, o cuando Pier fue verdugo en una de las dos Ligas que perdieron los blancos en la Isla. Hasta Iker Casillas, quien no pudo jugar, no paró de sacarse fotos. Todos los participantes, pese a su edad y en algunos casos mala forma física, no perdieron la calidad en sus botas.
Durante la primera mitad hubo pocas ocasiones. Antonio Núñez pudo adelantar a los madrileños y también Suso, quien protestó un posible penalti. Fue Kiko Ratón, sin embargo, quien rompió el cero al filo del descanso con un golazo desde 40 metros sorprendiendo a un adelantado Codina.
Tras el descanso, llegó un carrusel de cambios en el Tenerife, mientras las Leyendas Del Real Madrid ya empezaban a notar el cansancio. Tras una buena combinación tinerfeña vino el 2-0: Suso asistió a Ayoze García quien definió cruzado y ajustado al palo. Mientras, en las gradas, la ola animó un ambiente de por sí festivo.
Toñito tuvo el tercero, aunque se lo anularon por fuera de juego y Alberto Rivera pudo recortar distancias, pero tapó muy bien Aragoneses. Apretó hasta el final el equipo ‘visitante’ sin recompensa. Con el pitido final, aparecieron los abrazos y una invasión de campo en busca de un saludo de los protagonistas. Más allá del resultado, quien ganó fue la solidaridad. Y La Palma, agradecida.