La decisión más difícil de Pacheta: contar o no con Gonzalo Plata
El técnico burgalés tendrá que determinar si el ecuatoriano Gonzalo Plata es de la partida ante el Real Oviedo dependiendo del estado del jugador y de la influencia que pueda tener su presencia.
A lo largo de la temporada, un entrenador tiene muchas dificultades o conflictos que resolver, se enfrenta a problemas de todo tipo. Desde, como dice Guardiola, "cómo gestionar a los que no juegan" a preparar cada uno de los encuentros. Desde elegir a los futbolistas idóneos para cada partido, a tener que decir a profesionales que no cuentas con ellos. Pero la papeleta que tiene ante sí Pacheta para el encuentro de mañana es de nota. Contar o no con Gonzalo Plata. Ese es el dilema. Porque por mucho que ayer dijera que no es partidario de sanciones deportivas y que no puede perjudicar al Real Valladolid, el burgalés deberá medir si ayuda más al equipo si lo pone a jugar o no.
Hay que tener en cuenta que la afición blanquivioleta está muy dividida en este asunto. Desde los que hubiesen rescindido el contrato del jugador tras el acto de indisciplina del pasado miércoles que pudo costar vidas, a los que creen que debe jugar porque es un argumento muy importante en el actual equipo pucelano y que ya lo pagará tanto judicialmente, como con la aplicación del Reglamento interno del club. Esta visión es la que se ha trasladado en el vestuario. Sólo dos jugadores del Real Valladolid, con mucho peso, hablaron delante de sus compañeros el mismo miércoles para afear la acción del ecuatoriano, pero mostrándose en contra de dejar de contar con él por su importancia actual en el juego del equipo.
El dilema es evidente. Si Pacheta apuesta porque Plata sea titular, la opción más probable, se expone a que parte de la afición de Zorrilla pite al jugador y ello influya en el rendimiento del propio extremo y de sus compañeros. Tres cuartos de lo mismo si sale desde el banquillo. Por contra, si el técnico no lo hace jugar, o lo deja sin convocar, el Real Valladolid perdería a uno de sus mayores talentos, uno de sus argumentos más importantes en ataque. Todo ello, sin entrar en las implicaciones que podría tener una cosa o la otra en la imagen del club. Y, por medio, el estado anímico del jugador, que es toda una incógnita y el mensaje que se manda al vestuario. Pacheta dijo que si le ve bien contará con él, pero seguro que tendrá en cuenta también cómo influirá su presencia en el campo para bien... o para mal.