Oblak, artificiero de lujo
El mejor guardaespaldas del Atlético añadió Oporto a su colección de exhibiciones europeas. Conceiçao, como Klopp, también soñará con él. Nunca se esconde cuando más se le necesita.
Sergio Conceiçao soñará con Oblak. Observa a Benfica y a Sporting en la fase final de la Champions y el fútbol portugués podía haber metido por primera vez en su historia a tres en los octavos de final. Pero no. Luis Díaz casi celebraba el gol en O Dragao cuando descargó en el área un tiro cruzado, que fue repelido con una maravilla técnica Oblak. Se lanzó, alcanzó la pelota y la impulsó con su mano derecha con fuerza para alejarla de la vertical de la portería. Para muchos fue el momento clave de una noche de gesta europea rojiblanca. Porque el Milan se había adelantado en San Siro dos minutos antes y la noticia del gol portista hubiera multiplicado la confianza lombarda. Mucho hubiera cambiado. Después llegó el gol de Salah y atenuó la primera crecida del equipo de Conceiçao.
Pero Oblak volvería a frenar la segunda, cuando Taremi culminó otra contra portuguesa con 0-0. Se plantó en el área y disparó cruzado. Oblak parecía vencerse a su izquierda en el 54’, pero reaccionó para que el Atlético se agarrara con salvavidas al partido. Un minuto después, Griezmann hacía el 0-1. Lo demás es historia. Oblak volvió a ser el guardaespaldas de Simeone. El mejor, sin duda, que ha tenido en estos últimos ocho años. Era el momento más delicado del presente del club.
Nervios, muchos, en las oficinas y en el vestuario. Se palpaba la tensión, porque se contaba con el pase a octavos como gran objetivo, más allá de la etiqueta del grupo de la muerte. En materia económica y también en la deportiva era capital conseguir la clasificación. Y el meta añadió a su archivo otra gran noche europea. Como aquella contra el Chelsea en Stamford Bridge, o la de la triple parada al Leverkusen, o la del día que silenció al Bayern en semifinales, o de la exhibición contra el Lokomotiv, o aquella de la resistencia ante el Arsenal en la Europa League o esa con la que Klopp sueña todavía en la Champions…
“Su afán es ese, estar siempre listo para cuando el equipo más le necesita, desde el primer día que está en el Atlético”, deslizaban los más cercanos al esloveno después de su última exhibición, en la que, como otras veces, el portero no le daba mucha más relevancia. Y es así, nunca le ha fallado al Atlético su artificiero de lujo en los momentos más delicados. Hace pocos días Oblak terminaba tercero en la votación al premio Yashin, por detrás de Donnarumma y de Mendy. Probablemente ningún rojiblanco cambiaría a su cancerbero por ninguno de esos.