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RACING | EL ALARGUE

Miedo al miedo: viene el Rayo Majadahonda

Las renuncias a su propia propuesta que ha hecho el Racing en los últimos partidos, ante rivales más flojos que el Rayo Majadahonda, hacen sonar las alarmas

Santander
Miedo al miedo: viene el Rayo Majadahonda
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Sin propuesta propia

Visto el pusilánime planteamiento con el que el Racing se ha presentado ante el Unionistas y el Valladolid Promesas, renunciando a su propio yo para intentar contrarrestar las armas de rivales netamente inferiores, se me ponen los pelos como escarpias pensando en lo que no será capaz de hacer Romo ante el Rayo Majadahonda, un equipo muy serio y que llega a Santander sin haber perdido en sus cinco últimos desplazamientos. Visto que ante un equipo que no gana un partido de liga desde el 10 de octubre renunció a un extremo izquierdo para desnaturalizar al equipo y que ante otro que llevaba seis jornadas sin ganar, que había encajado en todos los partidos del curso, que ya tenía preparado el relevo para destituir a su entrenador y que, además, había llevado el partido a un escenario fantástico, dejas a tu mejor jugador sentado (y quitas al que mejor jugaba a las primeras de cambio) ya me creo cualquier cosa. Lo mismo saca a Soko para poner a Jorrín por delante de Unai Medina a defender a Bastos (aunque sea diestro y lateral derecho, jugó el domingo por la izquierda y también nos mete miedo), que es un jugador reputado en la categoría.

Las (no) recuperaciones

Una de las asignaturas pendientes que tengo como periodista es la de poder asistir algún día a la charla prepartido de un entrenador del Racing. Esas en las que les explica a los jugadores la alineación y el plan para ganar el partido. El premio gordo, claro, hubiera sido estar en una de las de Dmitry Piterman, mientras Cos comía una manzana, Yosu se tiraba de los pelos y los jugadores se miraban la punta de los pies. Pero las de esta temporada tampoco estaría mal verlas a través de un ventanuco. A lo mejor, así me entero de cual es el mecanismo que tiene previsto el Racing para quitar el balón al rival. Hasta ahora, sinceramente, no he sido capaz de deducirlo viendo los partidos. Obviamente, es por incapacidad propia porque seguro, seguro, seguro, que algo hay previsto al respecto.
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El pecado original

Empezaron tan mal la mayoría de los fichajes que hicieron Romo y Víctor Alonso este verano que no quedó más remedio de que tiraran del carro los que ya estaban la pasada temporada. Fue una cuestión de supervivencia, no de convicción. Nos pusimos tan pesados todos recordando permanentemente que el equipo respiraba gracias a los fichajes de Pedrín y a los chavales de la cantera que el duo fichador estaba esperando la menor oportunidad para poder reivindicar su ojo clínico. En cuanto el Racing se asentó arriba empezaron a contar con más minutos, a la menor disculpa, los recién llegados (que no tienen ninguna culpa e intentan darlo todo). El problema, independientemente del resultado de cada partido, es que ya se ha instalado en el racinguismo, también en la mitad del vestuario, la sensación de que Romo tiene 23 jugadores, pero que unos son más suyos que otros.

Entrenadores

El pasado viernes, Guillermo Fernández Romo, que supongo ya sabía la que iba a liar sacando del once a Pablo Torre, hizo un repaso a la extrema volatilidad de los entrenadores en el Racing. 100% cierto. No dice nada bueno sobre el club que desde que Felines completó dos temporadas seguidas en 1992, nadie haya podido estar dos campañas completas seguidas en el banquillo de El Sardinero. Es verdad que varios eligieron, tras triunfar, marcharse (Irureta al Athletic, Portugal a la secretaría técnica del Real Madrid, y Marcelino pensando por dos veces que irse era mejor que quedarse), o que Manolo Preciado dimitió dos veces por dignidad y por racinguismo.  A la mayoría, es verdad, se les echó por la vía rápida o a algunos que terminaron el curso cumpliendo objetivos (Paquito con un ascenso o Muñiz 12º en Primera) se les despachó de muy malas maneras. Dicho esto, otros muchos pedían la destitución a gritos. Hay veces que no queda más remedio..., pero hay que acertar con el momento. Y con el sustituto. Por cierto, Romo también eligió marcharse al mes de ser contratado cuando Chuti le designó para dirigir la cantera: prefirió entrenar al Ejea de los Caballeros.
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