La redención de Marc Bartra
El central recupera su mejor versión tras sumar ante el Barcelona su cuarta titularidad consecutiva. El Betis celebra su recuperación total.
El Camp Nou sirvió de inmejorable escenario para la redención de Marc Bartra. El central del Betis firmó un notable encuentro el pasado sábado ante su exequipo y encadenó cuatro titularidades consecutivas por primera vez en esta campaña con el equipo verdiblanco. Cuatro apariciones convincentes y cuatro triunfos del conjunto de Pellegrini. Un solo gol encajado. Y la sensación de que el Bartra que aterrizó en Heliópolis en el invierno de 2018 ha vuelto. Lo celebra el club verdiblanco y también Pellegrini, consciente de la necesidad máxima que tiene en ese apartado defensivo y lo que supone que tenga una baza más de confianza con Bartra.
La suerte no acompañó al central catalán durante la pasada campaña. Sus lesiones y un problema de salud condicionaron su puesta a punto y no pudo apenas mostrar su versión real hasta el final del curso. Otra lesión entró en escena al comienzo de la presente temporada, pero Bartra esquivó de nuevo los contratiempos para pedir más tiempo de juego a Pellegrini. Lo encontró con la lesión de Germán Pezzella y con unas rotaciones que entregan oportunidades para todos. Ahora, su brillante actuación en el Camp Nou apaga muchas dudas.
El Betis sabe que sus principales deficiencias están en su defensa. Mostró poca fiabilidad durante su peor tramo de esta campaña, cuando llegaron las tres derrotas consecutivas previas al último parón, y de reojo miró al mercado de invierno pese a que las opciones de realizar inversiones son nulas debido al caos económico existente. Para Pellegrini, sus cuatro piezas de la zaga tienen prácticamente las mismas opciones de partir en su once. Pezzella llegó como principal refuerzo, pero no encontró una versión fiable capaz de hacer olvidar a Aissa Mandi. Víctor Ruiz tuvo una lesión que frenó su protagonismo y Edgar entró en escena con más arrojo que brillo. El momento de Bartra está de nuevo sobre la mesa. Y Pellegrini quiere aprovecharlo.