El Castilla paga su 'empanada'

El Real Madrid Castilla cosechó su primera derrota de la temporada en el Alfredo Di Stéfano ante un Castellón que venía avisando, sin ceder en un encuentro desde mediados de septiembre. Un rival que compite así exige minimizar los regalos, como el que hizo el filial blanco en el segundo 9 de partido para que marcase Mario Barco, en estrecha colaboración con el portero Luis López. Se recompuso el Castilla y alcanzó el empate, pero volvió a quebrarse en una acción genial de Koné, bastante mal defendida por la zaga blanca. Tres puntos que vuelan de Valdebebas con la segunda derrota consecutiva; aquellos cuatro triunfos seguidos ahora suenan una historia del siglo pasado.

Hay pocas maneras de autotorpedearse como la que protagonizó el Castilla, que salió dormido y a los nueve segundos ya se veía 0-1: el Castellón arrancó con fuerza y conectó con Salva Ruiz, que puso un buen centro rematado en semifallo por Mario Barco, un tiro blando ante el que se le hizo un cortocircuito mental a Luis López, que con su despeje la mandó a la red. Queda como consuelo para los blancos la reacción posterior, buena mezcla de corazón y cabeza, aunque sin puntería. Peter se encontró con el larguero, Miguel Gutiérrez lo rozó de falta directa y Latasa se desesperó entre agarrones propios y ajenos. El Castilla pidió además un posible penalti por mano de Dani Torres, con amarilla en ese momento; no lo vio así el andaluz Morales Moreno.

Latasa empata, Koné arrasa

En la segunda parte persistió el equipo de Raúl, con llegadas sobre todo por dentro, rematadas por Arribas y Dotor; el segundo se vio jugando la mayor parte del duelo fuera de sitio y provocando una asimetría que sólo cubría el larguísimo recorrido de Miguel Gutiérrez, al que una amarilla en el primer cuarto de hora le cortó parcialmente las alas. En ese empuje encontró el empate el Castilla tras centro enrosacado desde el córner de Peter Federico, el mejor atacante blanco, y remate de pillo de Latasa, mientras sufría un bloqueo de NFL.

Pero Escobar sabía bien que el empate era una opción previsible y se curó en salud metiendo tras el descanso a Koné, colocado en la izquierda, a cambio del ariete César Díaz. En la primera parte, el mayor peligro del Castellón lo llevó Pablo Hernández, ex de Getafe, Valencia, Leeds y de la Selección española; en la segunda fue el marfileño el principal argumento ofensivo de los levantinos, amén de la llave del triunfo: limpió rivales en jugada individual para, ya dentro del área, apoyarse en Cubillas; este, a su vez, buscó a Bilal, ex de la cantera blanca que en su día no pasó el corte y que se vengó con un tiro ajustado, a la izquierda de Luis López. Un gol que noqueó a los de Raúl, que buscaron el empate por inercia, pero sin ideas ni plan.