Mourinho desata la ira en Roma
Ante el Inter llegó la octava derrota de la temporada. Actitudes polémicas, falta de resultados y un equipo sin solidez: el portugués no ha empezado bien.
La enorme ilusión que generó la llegada de José Mourinho a Roma con su presentación, su mural en Vespa, sus frases imborrables y sus seis victorias consecutivas, parecen el recuerdo lejano que dejan los amores de verano. Hace un año, en la jornada 16, el equipo marchaba cuarto con 33 puntos, a cuatro del liderato. Ahora los romanos son sextos, están muy lejos de la zona Champions (nueve puntos) y suman ocho puntos menos que en el curso pasado. Pocos echan de menos a Fonseca, que acabó su aventura con una segunda vuelta desastrosa, pero también es cierto que de Mourinho se esperaba más. La derrota con el Inter, como recordó el 'Special One', tuvo como excusa las bajas. Faltaban los sancionados Abraham y Karsdorp, además de los lesionados Pellegrini, El Shaarawy y Felix, y, como afirmó el exmadridista, "si en condiciones normales el Inter es más fuerte, en estas lo es mucho más".
El problema, sin embargo, va más allá de este partido. La Roma ya suma ocho derrotas, algunas de ellas muy dolorosas. A las que se sufrieron contra Verona (3-2), Lazio (3-2), Juventus (1-0), Milan (1-2), Venecia (3-2), Bolonia (1-0) e Inter (0-3), hay que añadir la histórica humillación con el Bodo Glimt (6-1) que también consiguió un empate en el Olímpico. Justo el desastre con los noruegos causó otra de las criticadísimas decisiones del 'Special One': el castigo a Borja Mayoral, Kumbulla, Reynolds, Diawara y Villar. El técnico afirmó varias veces que de su plantilla solo puede confiar en "12-13 jugadores", y pidió refuerzos. Los casos de Villar y Mayoral son emblemáticos. Al primero, al que en el curso pasado se consideraba una joya, no le concedió ni un minuto en la Serie A. El segundo, que en la pasada temporada fue el Pichichi del equipo con 17 goles, apenas ha disputado 114'.
En estos complicados meses, Mourinho no hizo faltar ataques a los árbitros y a la prensa. Antes del partido con el Venecia, le dijo a un periodista: "No sé si quieres dar la imagen de no ser inteligente, o si no lo eres". El sábado, después de la derrota con el Inter, no aceptó preguntas: "Vuestro trabajo es muy fácil y por eso ganamos mucho más que vosotros". Las actitudes polémicas, la falta de resultados y un equipo sin solidez empezaron a crear grietas entre Mou y los tifosi. Cambiar el rumbo es posible, y habría que empezar a hacerlo el jueves, conquistando el pase de Conference League como líder de grupo. Hay que batir al CSKA Sofia y esperar que el Bodo no haga lo mismo con el Zorya. No será sencillo, aunque para Mourinho no es una novedad. En este curso, nada lo está siendo.