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VALENCIA

Bordalás juega como puede con sus cuatro porteros

Jaume debutó en Copa y no se plantea nada de cara al mercado de enero, aunque Mamardashvili mantiene su rol de segundo portero.

Jaume Domenech.
DAVID GONZALEZDIARIO AS

Bordalás tiene más porteros a sus órdenes que ningún otro colega de profesión y hace lo que puede como puede para mantenerles enchufados. El Valencia bajó la persiana al mercado de verano con cuatro guardametas en sus filas: Cillessen, Jaume, Rivero y Mamardashvili. Los tres primeros con dorsal del primer equipo, como tienen también Sevilla, Betis, Rayo y Elche, y el georgiano con el '28', aunque es quien tiene rango de segundo portero. Bordalás dice que "no es un marrón", aunque el overbooking bajo palos conlleva problemas de convivencia, que no está siendo el caso, y de repartos de minutos.

La suerte que tiene Bordalás es que los cuatro son profesionales y, como dicen en el vestuario, "buena gente". Ni tan siquiera Cillessen perdió las maneras ni tiró los guantes cuando Mamardashvili aprovechó la lesión veraniega del neerlandés y también de Jaume Doménech para hacerse con el puesto de titular durante las seis primeras jornadas.

Ahora Cillessen tiene rol de titular. El internacional por los Países Bajos ha jugado los últimos nueve partidos de Liga, aunque estuvo cerca de volver a dejar de serlo por la sangría de goles que encajaba el equipo. Sin embargo, recientemente, contra Villarreal o Real Sociedad, por ejemplo, fue determinante.

Mamardashvili asumió su trasvase al banquillo con naturalidad. A fin de cuentas con 21 años no esperaba jugar lo que jugó a principio de curso (seis partidos) y en su último partido en Sevilla firmó un "vaya día" en toda regla. Mamardashvili, por quien se abonarán los 800.000€ de su opción de compra, lleva sin jugar con su club desde septiembre (lo hizo en noviembre con la Sub-21).

Bordalás optó en Utrillas por darle minutos a Jaume, cuyo comportamiento es ejemplar, aunque en teoría Mamardashivili tiene el rol de segundo portero. Cristian Rivero, con contrato recién renovado hasta 2024, es el que tiene que buscarse un destino como cedido en enero para no pasar otra temporada en blanco. El canterano ni fue convocado para la Copa del Rey y de ahí que espera a ver qué pasa en enero.

Jaume, que tiene firmado hasta 2023, no se plantea a estas alturas nada de cara al mercado invernal, menos sintiendo que la Copa es su torneo fetiche. El de Almenara, que mentalmente es un tipo fuerte, trabaja en Paterna esperando su oportunidad. En su caso, además, tampoco tiene necesidad de pensar en un destino hasta que el mercado de enero se abra oficialmente y se den las circunstancias, en forma de lesión de algún portero en algún equipo o de un relevo en un banquillo por un entrenador que quiera otro perfil de guardameta, para plantearse cambiar de aires.