Embarba, en su zona de confort
El extremo del Espanyol, indiscutible y a veces discutido, vuelve a Vallecas, donde ya brilló en Primera igual que lo hizo en Segunda el curso pasado de perico.
Llegó hace ocho años, en julio, y a finales de agosto ya estaba debutando en Primera División con la camiseta de la franja. Es toda una leyenda Adrián Embarba en Vallecas, a donde regresa este domingo después de haber disputado con el Rayo 196 encuentros oficiales, que no fueron más porque el Espanyol, apresurado al intuir que se le escapaba la permanencia, depositó en LaLiga el importe de su cláusula de rescisión –diez millones de euros– en enero de 2020.
Hoy Embarba es indiscutible y a veces discutido, al menos por un sector de la afición perica. Indiscutible, porque Vicente Moreno lo ha alineado sin excepción en las 15 primeras jornadas de Liga, en las que ha disputado 1.231 minutos. Prácticamente, todo lo que estaba en su haber. Discutido, porque por ahora no ha podido estrenar su casillero goleador y ha brindado dos asistencias, eso sí, ambas a Raúl de Tomás (otro ilustre ex del Rayo) en partidos importantes: frente al Atlético de Madrid y contra el Real Madrid, en sendas salidas de córner.
La exigencia sobre Embarba es alta por sus precedentes. Porque la pasada temporada, en Segunda División, se convirtió en el máximo asistente profesional con 14 pases de gol. Porque anotó nueve dianas. También porque en su debut con el Espanyol en Primera, durante 18 partidos de la campaña 2019-20, ya fue capaz de anotar dos goles y brindar cuatro asistencias en un equipo que estaba desahuciado. Unas estadísticas que ha mantenido desde el mismo instante de su estreno profesional con el Rayo, el 30 de agosto de 2013.
En términos generales, sus números con el Rayo y con el Espanyol no son tan distintos. En sus 196 partidos con la franja, anotó un gol cada 422 minutos y dio una asistencia cada 331' (33 y 42, respectivamente, totales). Como perico, lleva un gol cada 516 minutos y una asistencia cada 284' (11 y 20, respectivamente) en 73 encuentros. Por eso es cuestión de que vuelva a hallar su mejor versión. Y tal vez lo consiga ahora que regresa a Vallecas, su zona de confort.