El primero y el penúltimo

Si el fútbol fuera el resultado de una mera matemática, todas las quinielas apuntarían inexorablemente al ‘1’ en el Rayo Vallecano-Espanyol de este domingo. Sin embargo, no solo existe el factor azar sino que el destino lo marcan los futbolistas y el planteamiento de los entrenadores. Solo así se entiende que todos los escenarios estén abiertos en un partido en el que se miden el mejor equipo local de Primera División con el penúltimo visitante.

Hasta 19 puntos sobre 21 posibles ha acumulado el Rayo en Vallecas en esta Liga, fruto de seis victorias –ante Granada (4-0), Getafe (3-0), Cádiz (3-1, Elche (2-1), Barcelona (1-0) y Mallorca (5-1)– y el empate frente al Celta (0-0). En cuatro de sus siete encuentros en casa han acabado los de Andoni Iraola directamente imbatidos, mientras que han sido capaz de anotar 16 dianas, una más de las 15 que lleva el Espanyol en todo el campeonato.

Solo cinco de esos goles los ha cosechado el conjunto perico a domicilio, en siete salidas de las que por ahora no ha podido extraer ni una sola victoria. Únicamente ha cosechado tres empates –contra Osasuna (0-0), Betis (2-2) y Elche (2-2)– por hasta cuatro derrotas –en los estadios de Mallorca (1-0), Sevilla (2-0), Getafe (2-1) y Barcelona (1-0)–, este último un derbi donde merecieron los blanquiazules una recompensa bastante mayor.

Solo el triunfo de este pasado miércoles en La Estación, el campo de la Sociedad Deportiva Los Solares (2-3), alumbra estadísticamente a un Espanyol que, sin embargo, sabe perfectamente que ese resultado no pertenece a LaLiga sino a la Copa del Rey y que se dio contra un rival de Primera Regional, la sexta categoría estatal. En Vallecas se libra una batalla entre la lógica y el impulso por mejorar, en el caso de los pericos, una temporada que en Cornellà sí es casi tan sobresaliente como la del Rayo en su feudo.