Balón de esperanza para Doukouré
El gol que marcó para dar el pase de los pepineros en Copa supone un guiño de fe a un arranque irregular de temporada. En Butarque confían en él.
El Leganés sufrió para pasar la siguiente ronda de la Copa del Rey (1-2 ante el Xerez) y lo hizo con un héroe inesperado. Cheick Doukouré marcó el tanto que metió a los pepineros. Lo hizo tras salir del banquillo (71’) en un tanto de alta significación personal. Tras un inicio de campaña complicado y una lesión para amargarle su estancia en Butarque, fue el único no habitual de peso que se quedó fuera de la alineación. Su gol, sin embargo, le cambia la perspectiva y también el estado de ánimo.
Porque Doukouré estaba afectado. Fichó por el Leganés en una apuesta personal (tenía ofertas de Primera en Francia, pero quería quedarse en España) tras años de lesiones y problemas físicos. Confiaba en el proyecto pepinero y también en que Asier Garitano le daría más minutos de los que finalmente le otorgó.
Un inicio no deseado
Con el ex preparador blanquiazul al mando, los partidos de inicio que disputó Doukouré fueron testimoniales. Apenas tres: el inaugural ante la Real Sociedad B, también ante el Fuenlabrada y después ante el Alcorcón, éste último el día que sufrió la rotura muscular que lo dejó fuera de combate hasta ayer.
En alguno de esos duelos, además, Garitano le sometió a tareas que no eran de su agrado, como el marcaje individual que sometió a Zozulia en Fuenlabrada. Todo aquello, la falta de continuidad y el infortunio de la lesión, dejaron a este ex internacional con Costa de Marfil tocado.
El relevo de banquillo no cambió demasiado su rumbo precisamente por la lesión. El domingo, ante Las Palmas, Doukouré entró en su primera convocatoria desde el infortunio de Alcorcón. La de Xerez, en Copa, era la segunda, pero no para jugar de inicio como pudiera pensarse, sino para ejercer de suplente. Nafti prefirió usar a Eraso en su lugar para intentar dar algo más de control al juego.
El gol que alegra a Butarque
Cuando Doukouré entró, lo hizo por el tarjeteado Perea (se jugó poco antes la segunda amarilla) y adquirió un rol a medio camino entre el pivote creativo y el destructivo. Lo poco que pudo entrar en juego se mostró fresco y, para colmo, marcó el gol que (a balón parado) resolvió el partido. Su festejo, mirada al cielo y rezo incluido, mezcló alivio y alegría. Esperanza e ilusión.
Un sentimiento compartido en Butarque y en el cuerpo técnico del Leganés, que cree que Doukouré puede aportar mucho en lo que resta de temporada, al igual que el resto de plantilla en un curso que se hará largo y en el que los problemas en la medular suelen tener consecuencias más graves de las que se pueda pensar en otras líneas. Por ahora, queda claro que Doukouré puede ejercer de competencia positiva en esa línea tan relevante para el nuevo entrenador del Leganés.