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BARCELONA

El efecto Ansu Fati se diluye

Según ha podido saber AS, crece el pesimismo en el vestuario sobre las opciones del joven delantero. Se ha pospuesto la prueba con el grupo.

Actualizado a
Gorka LeizaDIARIO AS

Cada día que pasa crece el pesimismo sobre las opciones de Ansu Fati de llegar al trascendental partido de la Champions ante el Bayern de Múnich del próximo miércoles. Eso no quiere decir que esté descartado todavía, ya que el jugador mantiene intacta su ilusión de poder ayudar al equipo, pero tanto los técnicos como preparadores físicos y médicos transmiten muchas dudas sobre la posibilidad que Fati pueda jugar ante el campeón alemán. “No será fácil que llegue”, reconocen en el seno del vestuario, conscientes que en ningún caso van a forzar al delantero por muchas ganas que tenga de reaparecer y ayudar al equipo.

De hecho, tal como adelantamos en AS, estaba previsto que el viernes se ejercitara ya una parte con el grupo para probar sensaciones, pero finalmente se ha decidido posponer la prueba unos días más para darle un mayor margen. Ahora mismo, el reto es que Ansu se incorpore al grupo en la sesión matinal del domingo en la Ciutat Esportiva y que realice una parte del entrenamiento.

Al final, todo dependerá de sus sensaciones y de la valoración que se haga de su estado en los próximos días, teniendo en cuenta que se lesionó hace apenas un mes del bíceps femoral de la pierna derecha, por lo que llega muy justo, ya que el pronóstico inicial era de cuatro a seis semanas. Además, su largo historial de lesiones, pese a su juventud, obliga a Xavi Hernández a ser especialmente cauto, sobre todo porque una nueva recaída sería lo más contraproducente para la progresión del número 10 blaugrana.

En todo caso, no se descarta que Ansu viaje el martes a Múnich pese a no recibir el alta y que se haga una última prueba en la sesión vespertina en el Allianz Arena para acabar de tomar una decisión, teniendo en cuenta que aún habrá una sesión de activación el mismo día de partido. En el caso de que finalmente se decida no asumir más riesgos -ahora mismo la opción más probable-, el delantero se quedaría en las gradas. Si finalmente se da luz verde y recibe el alta, se sentaría en el banquillo y podría tener unos minutos, según como vaya el guion del encuentro.