"La última vez que el Barça jugó contra el Bayern sin público acabó perdiendo 8-2"
Bavaria ha cerrado las puertas al fútbol ante la situación existente por el coronavirus y ello afecta al choque del conjunto blaugrana en Múnich. Lo analizan en 'El Larguero'.
La cuarta ola de COVID-19 asola Baviera y el primer ministro de la región, Markus Söder, ha tomado la decisión de cerrar las puertas en los grandes eventos deportivos para paliar los efectos de la pandemia. Ello ha provocado que el Bayern-Barça del próximo 8 de diciembre se vaya a disputar a puerta cerrada, hecho que debería favorecer a un conjunto blaugrana que necesita, al menos, rascar un empate para asegurarse el pase de ronda. En 'El Larguero' analizan el contexto y recuerdan lo ocurrido en el último Bayern-Barça sin público en las gradas...
"La última vez que el Barça jugó contra el Bayern sin público acabó perdiendo 8-2", apuntaba Lluís Flaquer. Aquel día, el sonrojo fue máximo. Una verdadera hecatombe que todavía está muy presente y dejó señala a Quique Setién y a todo futbolista que en ella participó. Müller, por partida doble, Perisic, Gnabry, Kimmich y Lewandowski ya colocaron un resultado tenístico en el marcador (2-6, con tantos de Alaba en propia puerta y de Alba para el Barça), pero la puntilla fue el doblete de Coutinho.
No obstante, aquello era un choque de Champions con todas las letras, el encuentro del próximo miércoles será muy diferente, sobre todo para los locales. "El campo del Bayern aprieta muchísimo, pero si hubiese habido público, no hubiese apretado tanto porque ya están clasificados", señalaba Pablo Pinto en el programa de la SER. Y es que, el pleno muniqués convierte en un trámite la visita de los de Xavi.
A vida o muerte
Por el contrario, para el Barça es un partido a vida o muerte. Ya decíamos que necesitan, al menos, empatar para sobrevivir. De haber ganado al Benfica en el Camp Nou en la última jornada no se habría llegado a esta tesitura. Pero si Seferovic no hubiera marrado la ocasión final que tuvo sobre la bocina, de manera incomprensible, el horizonte para los de la Ciudad Condal sería mucho peor. Con público en la grada o no, y con un ojo puesto en el Benfica-Dinamo Kiev, no vale fallar.