El Espanyol perdona a Xavi
Un penalti myu protestado por los pericos permitió a Xavi debutar con victoria como técnico culé. El Espanyol acabó intimidando al Barça.
Xavi ya tiene claro que ha venido a sufrir. Logró los tres puntos en el derbi de su debut gracias a un gol de penalti de Memphis, pero el de Terrassa vivió su primer parto en el banquillo, porque el Espanyol se fue del Camp Nou con la sensación de haber perdonado al Barça. Los de Moreno salieron demasiado tímidos, pero cuando se pusieron a jugar desnudaron al Barça, que de momento sigue en respiración asistida.
Para su puesta de largo como técnico del Barça, Xavi dejó muy claro su libreto ya en la alineación. Ocho canteranos, cinco de ellos menores de 22 años con el debut en LaLiga de Ilias Akhomnach, de 17.
El Barça demostró de entrada que se sabía el solfeo, pero que fallaba a la hora de llevarlo a la práctica. La elaboración del juego era correcta y la idea, atractiva, pero a la hora de matar el equipo se venía abajo.
La primera media hora del Barça provocó que el Espanyol, que ya normalmente juega con bloque bajo, tuviera que pertrecharse ante Diego López. El Barça embotellaba al equipo de Vicente Moreno, que reforzó su defensa llevando a David López a situarse como tercer central, pero su empeño en construir se venía abajo cuando tocaba rematar.
La falta de colmillo castigó a un Barça dominador que trató de llegar a base de que sus interiores, Nico y De Jong, se descolgaran para ayudar a un Memphis que a los tres minutos ya probó al portero españolista, pero que no es un hombre gol.
El despliegue de Nico y De Jong, junto al descaro de Ilias, que a los siete minutos ya probó su primer disparo y tuvo una ocasión al cuarto de hora, unido al trabajo estajanovista de Gavi con pelota y sin ella, impresionó al equipo perico, que tardó 35 minutos en mirar a los ojos al rival.
A la que Vicente Moreno detectó que el flanco que defendía Mingueza era un chollo para su equipo y llevó a De Tomás a retar al blaugrana, el Espanyol enseñó los dientes. De hecho, a pesar del dominio barcelonista, la primera mitad acabó con la ocasión más clara del partido hasta ese momento que fue blanquiazul después de que RDT retratara al lateral barcelonista y su disaro fuera enviado a córner entre Piqué y Ter Stegen.
Antes de empezar el segundo acto quedaba la duda de ver si el efecto efervescente de Xavi iba a tener continuidad, pero eso dependía de una eficacia de la que el Barça carece. En cambio, estaba claro, que el Espanyol ya le había perdido el respeto al rival y sabía donde estaba la vía de agua.
Buscando agitar el ataque, Xavi dio entrada a Abde, otro que sale a mil revoluciones (quizás demasiadas), por Ilias, pero el que agitó el partido en la reanudación fue el árbitro que decretó penalti por una entrada de Cabrera a Memphis. El central tocó claramente la pelota con una pierna, ero con la de arrastre tocó también al holandés. Jugada muy protestada por los pericos, pero que Memphis convirtió en el 1-0 desde los 11 metros. El equipo de Xavi había escalado un muro que parecía insuperable.
Le tocaba al Espanyol dar un paso adelante y Moreno metió en el campo a Melamed y Morlanes, con lo que el Espanyol empezó a jugar más en el campo del Barça, un arma de doble filo. El Barça disponía de más espacios, pero el Espanyol, puede que tarde, empezó a dominar. Para dormir el partido, Xavi se la jugó con Coutinho retirando a Gavi, que hasta ese momento había sido el mejor blaugrana, pero el brasileño sigue más dormido él que el equipo. RDT tuvo dos ocasiones claras, una de ellas, una falta al poste, y Dimata falló un gol cantado antes de que De Tomás volviera a cabecear al poste. El Barça pedía la hora y para postre, Nico y Mingueza se lesionaban. El silbido final sonó a gloria para Xavi.