Salvación y Europa están en juego en un duelo con urgencias
Elche y Betis llegan con problemas, más graves en los ilicitanos. Los andaluces buscan la reacción tras su semana negra. Pellegrini tendrá que improvisar por las bajas de Rodri y Guido.
EIche y Betis se ponen ojitos. La competencia por contarse las penas es grande. Es cierto que el drama de Escribá impone porque el descenso es una amenaza mayúscula. La tristeza del Betis parece efímera, marcada por una semana negra tras las derrotas ante Atlético, Leverkusen y Sevilla. Luego, llegó el parón y Pellegrini tuvo tiempo para darle vueltas a la cabeza y rumiar los nueve goles en contra y quedarse en blanco. El bache encendió las alarmas y puso en duda las opciones europeas del Betis. Por eso, el técnico espera que el Martínez Valero relance a su equipo y le consolide en la zona noble de la tabla (sigue el partido en directo en As.com).
Lo del Elche tiene peor pinta porque el proyecto apuntaba a algo más, pero Escribá no termina de arrancar. Suma cinco jornadas sin ganar, con dos puntos de 15 que le han metido el miedo en el cuerpo. Y eso en una plantilla con Pastore, Benedetto (pretendido por el Betis), Boyé o Lucas Pérez son palabras mayores. El empate en Mallorca hizo daño, aunque desde el club se mantiene la confianza en Escribá. Eso sí, el crédito en el valenciano es cada vez menor porque la clasificación asfixia.
El Elche necesita un golpe de efecto, aunque Escribá no revolucionará el once. Al menos, Mojica y Roco han llegado con tiempo de sus selecciones para darle solidez a la defensa. Josan puede ser una de las novedades en el once franjiverde en la banda derecha, además de la vuelta de Raúl Guti.
Pellegrini tendrá que improvisar por las bajas de Rodri y Guido, aunque su gran esperanza es que aparezca el mejor Canales. Fekir volverá a ser la gran amenaza de un Betis que llega necesitado y que puede darle una vuelta de tuerca a su defensa, en el punto de mira. Borja Iglesias también aspira a ser la referencia arriba en un choque de urgencias, el primero del maratón para los béticos, con ocho en 28 días.