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EL REPORTAJE

La revolución de la clase media

El primer tercio del campeonato ha revalorizado a equipos y jugadores que hasta ahora no ejercían de protagonistas principales. La Real, líder, repite el buen comienzo del curso anterior.

La revolución de la clase media
MIKEL SAIZDIARIO AS

Cubierto el primer tercio del campeonato, la Liga ofrece situaciones y sensaciones diferentes a las acontecidas en otras temporadas. Con las 13 primeras jornadas disputadas la clasificación refleja unos síntomas a tener en cuenta y que no deberían considerarse ya, por el volumen de partidos, solo fruto de la casualidad. No lo es que los tres eternos aspirantes al título, en mayor o menor medida, atraviesan por momentos de duda e incertidumbre. El campeón, el Atlético, anda renqueante, sobre todo en el aspecto defensivo. Lleva más goles en contra (17) que partidos jugados (12), cuando la temporada pasada con el mismo número de encuentros llevaba solo cinco. El Real Madrid se muestra irregular, capaz de lo mejor, ganar en Barcelona, pero también de lo peor, perder en Cornellá. El Barcelona, el más crítico en puntos y juego, lucha contra sí mismo y contra todos los problemas económicos que acechan a la entidad y que se trasladan al terreno de juego.

“El modelo de Osasuna es canteranos y 3 o 4 extranjeros que tengan experiencia en la Liga”

Braulio

Tampoco debería apreciarse como capricho del azar que los tres clubes ascendidos, Rayo Vallecano, Espanyol y Mallorca, viajen por el medio de la tabla dejando, incluso, la impresión de que suman menos puntos que los que por sus méritos deberían haber coleccionado. Estos tres primeros meses de Liga han servido para demostrar que clubes con menos recursos futbolísticos y económicos, están siendo capaces de competir en el más amplio sentido de la palabra y sus respectivos rendimientos se reflejen directamente en la que más manda, la clasificación.

El liderazgo de la Real y los arranques de Betis, Rayo y Osasuna alimentan la competitividad en la zona alta.

Clasificación

La clase media mantiene vivo el campeonato en su zona alta. La Real Sociedad, líder, repite el buen comienzo del curso anterior. Es el espejo del equilibrio. Recibe pocos goles, 10, y cuatro se los marcó el Barça en el primer partido. De los 19 que suma a favor, 17 los ha marcado en las segundas partes. El equipo, en cuanto a juego, es menos brillante que la temporada pasada, pero es más eficaz y se adapta a varios modelos tácticos dependiendo de lo que exija cada partido.

El Sevilla, el equipo menos goleado, siete tantos en contra y siete porterías a cero, rebosa continuidad y da muestras de que ha escalado hasta las alturas para quedarse definitivamente. El presente es también de conjuntos como el Betis, el Rayo y el Osasuna, que animan esa zona de privilegio con su competitividad y valentía.

Osasuna, un ejemplo. Ascendido a Primera en la temporada 2018-19, el club navarro ha demostrado en sus dos últimos años en Primera cómo se pueden cumplir el prioritario objetivo marcado, la salvación, con el decoro añadido de quedar décimo y undécimo clasificado. Desde la dirección deportiva, -llegó en junio de 2017- Braulio Vázquez, ex del Valencia y Valladolid, se ha convertido en la pieza angular del proyecto, hasta el punto que ya tiene sobre su mesa una oferta para prolongar su contrato hasta 2026. Cuatro años más. Si la renovación ya no es un hecho es porque el club tiene por delante un periodo electoral y hay que ajustar bien los términos de la renovación.

Desde sus argumentos, el fenómeno Osasuna se entiende mejor. "Para explicar la situación actual, habría que echar marcha atrás y retrotraerse a la temporada 2016-17. El equipo descendió muy pronto con 94 goles en contra y solo 22 puntos. No era un equipo preparado para Primera. Bajó con mucha antelación. Echaron a Enrique Martín, llegó Caparrós y acabaron con Vasiljevic, que era el director deportivo, como entrenador. Fue entonces cuando llegué al club para comenzar a trabajar en la 2017-18. Había que hacer un cambio generacional tremendo de la plantilla para jugar en Segunda. Fichamos como entrenador a Diego Martínez y comenzamos el asentamiento de todo lo que luego ha venido. Aunque nos quedáramos a la puerta del playoff de ascenso, sentamos unas bases", explica.

Braulio consideró entonces que había que dar otro golpe de timón y decidió el cambio de entrenador a pesar de que el técnico tenía otro año más de contrato. "Deportivamente nos había ido bien con Diego, el equipo estaba bien estructurado, modificó conceptos en Tajonar, la Ciudad Deportiva, pero no enganchábamos… Buscamos a un técnico que tuviera una identificación social con el contexto Osasuna y llegamos a Jagoba Arrasate, que venía del Numancia, de jugar el playoff. En Segunda teníamos que ser un equipo ganador y lo conseguimos… al final. En la jornada quinta, después de perder contra el Nastic, íbamos penúltimos y la cosa no iba. Sin embargo, terminamos campeones arrasando con el récord de puntos, 87 y en casa no perdimos. Ganamos 18 partidos y empatamos, tres. Una auténtica locura. El equipo, tanto fuera como en casa, iba a por todos los partidos. Muy asfixiante. Presión alta. A veces los encuentros eran un poco correcalles, pero esos partidos en Pamplona le gustan a nuestra afición", manifiesta.

El club y el equipo ya habían conseguido el objetivo de volver a Primera. Comenzaba una nueva etapa. Braulio continúa con su exposición. "Cambiamos algunas piezas. Fichamos al Chimmy, Cardona, Rubén García, Brandon, Estupiñán, cedido… Y quedamos décimos sin perder la identidad que teníamos en Segunda. En la temporada pasada, 20-21, volvimos a cambiar algunas piezas. Fichamos a Calleri, Budimir, Lucas Torró… jugadores que sumaban al bloque que ya teníamos, más el crecimiento de los canteranos como Kike Barja, David García, Moncayola… El equipo comenzó muy mal, pero nuestra paciencia fue clave para estar donde estamos ahora. Llegamos a estar penúltimos, con 13 partidos sin ganar. Tuve que hacer una conferencia de prensa y dije que, si nos teníamos que ir otra vez a Segunda, sería con Jagoba en el banquillo. Y lo íbamos a hacer, pero el equipo, en la segunda vuelta, hizo 28 puntos, que fueron números para clasificarse para Europa", recuerda.

Braulio insistió con su política de composición de la plantilla: jugadores canteranos más extranjeros muy elegidos, si puede ser con experiencia en la Liga española. "Hacemos un compendio entre los chicos de Tajonar, que siguen creciendo hasta el punto que casi sube uno al menos al primer equipo cada temporada y los de fuera que nos hacen mejores. Mantenemos siempre un bloque de 10/11 jugadores de la casa como son Oier, el capitán, Roberto Torres, Iñigo Pérez, Unai García y los emergentes que acabamos de renovar como Javi Martínez; Moncayola, que tenía detrás al Athletic, el Atalanta, y le hemos hecho 10 años de contrato, hasta 2031, con una cláusula de 22 millones; David García, que ha firmado cinco años… Antes a estos talentos no los podíamos retener, pero al crecer el club económicamente si hemos podido renovarlos".

El resultado es el que presenta la clasificación. Un séptimo clasificado que llegó a convertirse en el mejor equipo de las grandes Ligas europeas fuera de casa al haber ganado sus cuatro primeros partidos a domicilio, seguidos de un empate en el Bernabéu y una derrota en el Sánchez Pizjuán (2-0). Es difícil que Braulio cambie de principios y de chaqueta. Quiere seguir en Pamplona y ya ha dicho que no a varias ofertas. Si él sigue, Jagoba Arrasate continuará siendo su hombre para el banquillo.

Los secundarios se hacen protagonistas

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INMA FLORESDIARIO AS

A nivel individual, ya resignados a la ausencia de Cristiano Ronaldo, y también ahora a la de Leo Messi, y mientras se consolidan plenamente valores en alza como Vinicius y Ansu Fati, Memphis, Joao Félix… hay que reconocer que no ha sido este un buen comienzo de campeonato para los futbolistas etiquetados como estrellas. Solo una individualidad está luciendo con la intensidad que se debe exigir a este tipo de jugadores: Karim Benzema (10 tantos y siete pases de gol en once partidos).

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Por el contrario, un buen puñado de futbolistas acostumbrados a interpretar papeles secundarios, lejos de los focos, de las internacionalidades, están alcanzando en sus respectivos equipos un óptimo rendimiento que no pasa inadvertido ni para los aficionados, ni para los medios de comunicación. Sus nombres comienzan a sonar y el ejemplo más significativo se puede identificar con la figura de Raúl de Tomás. Sus siete tantos y sus dos pases de gol le han catapultado hasta la Selección.

Ordenados por posiciones, se podrían formar varios onces con este tipo de futbolistas que ya brillan por sí mismos y que han representado papeles protagonistas en este primer tercio de campeonato.

En portería se podrían alinear con plena confianza a Diego López (Espanyol), Dituro (Celta) y Sergio Herrera (Osasuna).

Como laterales derechos a Maffeo (Mallorca), Nacho Vidal (Osasuna) y Iván Balliu (Rayo Vallecano).

En el centro de la zaga, Aritz Elustondo (Real Sociedad), David García (Osasuna), Edgar González (Betis), Le Normand (Real Sociedad), Leandro Cabrera (Espanyol) y Vivian (Athletic)

Y en la zona izquierda de la defensa estarían Javi Galán (Celta), Adriá Pedrosa (Espanyol) y ‘Pacha’ Espina (Cádiz).

En el centro del campo, los interiores derechos serían Fidel (Elche), Rodri (Betis), Dani Rodríguez (Mallorca). Los mediocentros: Joan Jordán (Sevilla), Babá (Mallorca), Comesaña (Rayo Vallecano), Lucas Torró (Osasuna), Vencedor (Athletic), Moncayola (Osasuna) y los iteriores izquierdos: Danjuma (Villarreal), Luis Rioja (Alavés) y Álvaro García (Rayo Vallecano).

Las referencias ofensivas estarían garantizadas con Joselu (Alavés), Boyé (Elche), Lozano (Cádiz), Kike García (Osasuna), Santi Mina (Celta) y Hugo Duro (Valencia).