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REAL SOCIEDAD - ATHLETIC | ETXEBERRIA

"Va a ser un derbi muy chulo y de gran peso futbolístico"

Es uno de los 15 futbolistas que tiene el honor de haber jugado el derbi vasco con las dos camisetas, aunque en su caso, la rojiblanca del Athletic, con 22 partidos, gane abrumadoramente a la blanquiazul de la Real, un solo encuentro.

"Va a ser un derbi muy chulo y de gran peso futbolístico"
AIOLDIARIO AS

El suyo, allá por julio del 95, fue uno de esos casos que más tensó la cuerda de las relaciones institucionales entre el Athletic y la Real Sociedad. Tampoco las aficiones pudieron abstraerse de la situación. Un chaval de Zubieta de 17 años pasaba a Lezama a cambio de 550 millones de las antiguas pesetas, el montante de su cláusula de rescisión. Un cataclismo emocional para el fútbol vasco y una cifra histórica para el fútbol nacional: el desembolso más alto pagado hasta entonces por un futbolista en plena adolescencia.

Hoy, 26 años después, aquel chaval de Elgoibar hace camino al andar y asciende peldaño a peldaño por los banquillos futboleros con una ideología futbolística muy suya, muy de acuerdo con lo que fue su brillante carrera como jugador de 15 años en el Athletic y 53 partidos con la selección española, 12 goles, un Mundial (98), dos Eurocopas (2000 y 2004), incluidas.

-Joseba, su abuelo fue futbolista.

-Fue el autor del primer gol del estadio de Ipurua. El Elgoibar, su equipo, ganó uno a cero al Eibar y marcó de penalti. Jugaba de delantero centro. Se llamaba Eulogio.

-Su padre, también futbolista.

-José Antonio. Jugó en el Elgoibar, en el Motrico, en el Vergara… y fue Pichichi de tercera división. Extremo derecho.

-Vamos que si el 'niño' no sale futbolista le desheredan…

-Siempre fuimos una familia muy futbolera. Yo empecé haciendo muchos deportes: balonmano, baloncesto, atletismo… , pero cuando vi que el fútbol comenzaba a funcionar todo lo demás lo dejé.

-¿De qué equipo eran ellos?

-En mi casa éramos de ver mucho fútbol, pero tampoco teníamos un equipo claro. Sería porque Elgoibar está a mitad de camino de Bilbao y San Sebastián y veíamos por igual al Athletic y la Real. En el pueblo podría haber más de la Real… sí.

-Y preguntarle a usted, en víspera de un derbi vasco, que de qué equipo era cuando se pasaba el día haciendo deporte no es políticamente correcto…

-Es que yo era uno más de la familia… y me fijaba en ellos. Veíamos mucho fútbol, eso sí. De chaval, era más de jugadores que de equipos. Era de López Ufarte y de Butragueño y no era ni de la Real ni del Real Madrid. Hacían cosas diferentes a todos los demás. Eran exquisitos con el balón, hacían cosas que no veía hacer a nadie. Eran talentosos y técnicamente extraordinarios. Mi forma de jugar no era como la de ellos, era más potencia, más profundidad…

-Su carrera como futbolista fue mucho más deprisa, fue un meteoro, que como va la de entrenador en la que ha pasado por todos los escalones: cadete, juvenil, ayudante de Valverde en el primer equipo del Athletic, Tercera (Baskonia), Segunda B (Amorebieta), Segunda (Tenerife), vuelta a Segunda B (Bilbao Athletic)…

-Soy de los que pienso que tienes que hacer las cosas a tu manera. Empecé muy joven en Zubieta con la Real y a los 17 años estaba ya en el primer equipo. Nunca dudé en ningún salto. Me veía con fuerza, energía y lo hice. Ahora como entrenador es diferente. Hay que hacer las cosas poco a poco para ir aprendiendo de las diferentes etapas. Tenía muy claro que quería comenzar en la base. Es muy importante ir conociéndote a ti mismo, ir enseñando a los chavales e ir aprendiendo de la formación que te dan ellos. En muy poco tiempo he podido comparar divisiones y me ha ayudado para reafirmarme en la diferencia que existe entre las categorías y que esto de ser entrenador me gusta mucho, más de lo que me podía imaginar. Pero también entiendo que haya entrenadores que salten etapas y lleguen a la elite sin dar esos pasos. Cada uno tiene su punto de cocción y tienes que estar preparado para cada momento y aprender porque cada día te enseña algo nuevo. También hay entrenadores de élite que no han sido grandes jugadores. Y al revés. Cada día te enseña algo nuevo.

-Llega un derbi. Usted lo ha jugado con las dos camisetas. Con la Real solo juega ocho partidos, siete de Liga y uno de Copa. ¿Se acuerda del primer día?

-Sí que me acuerdo, sí. Contra el Espanyol. Finales de enero del 95. Sustituí a Idiákez. Cuatro minutos. Se había marchado Toshack y llegaron Iriarte y López Ufarte. Era un niño que su sueño era jugar al fútbol y tan jovencito tiene la oportunidad de estar con sus ídolos. ¿La camiseta? No, no la tengo. Era el último año que se jugaba del 1 al 11 y yo entré de suplente. Tenías que devolver las camisetas. Eran otros tiempos.

-Se va al Mundial sub-20 después de esos cuatro minutos como jugador del filial, del Sanse, y vuelve para quedarse ya definitivamente con el primer equipo hasta final de temporada.

-Esa temporada ya entrenaba con el primer equipo, pero cuando llega el Mundial sub-20 de Qatar, Andoni Goicoetxea, que estaba de seleccionador, me da el salto de la sub-18 con la suerte de que allí marco siete goles y salgo máximo goleador. Al volver me quedo en el primer equipo y marco mis dos primeros goles contra el Sporting en El Molinón. Si ganábamos ese partido estábamos salvados y lo hicimos. Entré por Kodro, que se lesionó. Era todo nuevo. Jugué contra compañeros y rivales que había tenido en cromos hasta hace poco. Me sentía preparado para ayudar al equipo, pero me sentía un niño que de repente se encuentra con sus referencias.

-Y ese niño se encuentra ese verano que el Athletic quiere pagar y paga su cláusula de rescisión y pasa de la Real Sociedad al eterno rival.

-Hubo mucha polémica sobre mi fichaje, pero a mí, en el día a día, tampoco me afectó tanto. No cambió tanto mi vida. Seguía viviendo en el Elgoibar con mi familia, estaba con mis amigos. El trayecto era parecido. Me ayudó mucho seguir en mi entorno y que ese entorno me ayudase a no creerme más de lo que era.

- Estaba en los Sanfermines cuando se anunció su fichaje.

-El día seis de julio estaba con mi novia y unos amigos en el chupinazo. Como no había móviles, cada cierto tiempo me iba a una cabina y llamaba a casa para preguntar cómo iba la cosa. Sabía que la operación estaba bastante avanzada. En una de las llamadas me dijeron que cogiera un taxi. No tenía carné de conducir por ser menor de edad y me fui a casa. Al día siguiente me presentaron en Ibaigane, la sede del Athletic.

-Sin su padre cerca como consejero y representante, a sus 17 años, le hubiera sido mucho más difícil apechugar con la que se montó en aquel momento. No por lejana en el tiempo se puede olvidar la movida…

-Mi padre conocía el fútbol por dentro, estaba todos los días conmigo. Me llevaba a entrenar todos los días a Zubieta. Fue un pilar muy importante entonces y siempre. Sí es verdad que en su momento se dijo de todo, pero con el paso del tiempo relativizas mucho las cosas. Ahora ya sé lo que es el fútbol, la pasión del aficionado y hay cosas que se entienden, como que se enfaden cuando cambies de equipo. Todo forma parte de este mundo. Al final lo que queda es que haces lo que es mejor para ti y tienes la conciencia tranquila de haber hecho las cosas bien. Hay un club que apuesta mucho más fuerte que otro por ti y lo más importante es que desde el principio me di cuenta de que iba a estar bien en el Athletic. A pesar de toda la polémica que se montó, la acogida que tuve en ese vestuario fue extraordinaria. Necesitaba ese contexto, estar arropado, protegido. Me encontré como si tuviera muchos hermanos mayores en ese vestuario y eso me ayudó a que mi rendimiento fuera bueno desde el principio…

- ¿Y quién fue el hermano prior que mejor le acogió bajo su manto?

-Estaban Andrinua, Urrutia, Ziganda, Garitano, Guerrero, Valverde… No fueron dos ni tres, fueron todos. Iba de brazo en brazo. Ellos empatizaron conmigo. Vieron que lo mejor para todos es que me sintiera arropado. Fue algo de todo el club. Intentaba abstraerme de todo lo que se decía y me centraba en entrenarme y jugar. Pero no olvido que sin la ayuda de esos referentes nada hubiera sido igual.

-Además, entonces todavía no era un 'gallo', no tenía cresta…

-No, qué va… Siempre he sido echado para 'adelante', con muchas inquietudes, con ganas de aprender. Preguntaba mucho, eso sí. De ahí viene lo de 'gallo', pero con 18 no tenía cresta. Lo que tenía claro es que quería ser yo mismo y lo conseguí.

-Su despedida del Athletic también fue muy comentada. No tanto como la llegada, pero decide jugar gratis la última temporada, la 2009-10.

-Fue mucho más sencillo. Tenía decidido no cobrar ese último año por agradecimiento a las 15 temporadas que había estado allí y cómo se habían portado conmigo en los buenos y en los malos momentos. Lo primero que hice fue explicárselo a un par de compañeros que estaban negociando su renovación para que no hubiera malos entendidos y después, como el convenio de la AFE-Liga obligaba a cobrar un mínimo como profesional, lo cobré y se lo doné a la Fundación para cubrir alguna de sus muchas iniciativas. Hicimos aquel partido imposible de 11 jugadores contra 100 niños y todo salió como había planeado.

-El derbi vasco vuelve por donde solía, cuando la Real ganaba Ligas, dos consecutivas y el Athletic le respondía con otras dos…

-Sí, las dos aficiones están recobrando las emociones de entonces porque ven que sus dos clubes son cada vez más fuertes y están cada día mejor. La última final de la Copa que ganó la Real ya fue algo impresionante a pesar de la pandemia y no poder acudir público. La Real está en un momento impresionante como indica la clasificación, el mejor de los últimos años y el Athletic está otra vez acercándose al mejor nivel y a los mejores. Va a ser un partido además de emocionante, de mucho nivel futbolístico. En los dos equipos hay jugadores que marcan diferencias. Creo que los dos clubes están creciendo y estos partidos cada vez tienen más atractivo, cada día tienen más peso y calidad.

-Dos conceptos de juego absolutamente distintos.

-Muy diferentes. La Real tiene un juego mucho más combinativo, más ataques largos, con muy buena presión tras pérdida, con mucha gente cerca del balón… Llevan mucho tiempo trabajando con un modelo, con una idea de juego muy clara. Tienen muchísimos lesionados y van sacando chavales y da la sensación de que llevan jugando toda la vida en el primer equipo. Apostaron por una forma de jugar y trabajar y ahí están los frutos. Y el Athletic, con su 1-4-4-2, un poco más en repliegue, tapando líneas de pase e invirtiendo mucha energía en las transiciones. Creo que le ha venido bien esos 21 días sin competir entre el parón y el partido aplazado. Ha recuperado esa marcha más que tenían antes. Dos estilos muy diferentes, pero igual de peligrosos. Va a ser un derbi muy chulo. Además, domingo, nueve de la noche… No sé si iré a San Mamés. Soy socio del Athletic, pero lo mismo me quedo en casa tranquilamente.

-Su estilo como entrenador está más cercano al de Marcelino que al de Imanol…

-No. Diría que está, más o menos, en la mitad. Mi idea es un juego de ataque muy rápido, muy veloz, pero también de apretar muy arriba, saber qué hay que hacer en cada momento, defender hacía arriba, asumiendo riesgos. Siempre que me hablan de estilos, para que la gente me entienda, digo que mi espejo era un poco el Dortmund de Klopp, más incluso que con este Liverpool de Klopp. Me gusta el fútbol muy rápido, pero a la vez con jugadores con buen pie, que el balón corra con vértigo, que es como siento el fútbol.

- ¿Qué recuerdo le quedan de sus derbis?

-El primer recuerdo que tengo fue el 5-0 de Anoeta. Fue el único que jugué con la Real. Era final de temporada (28-5-95), el Athletic todavía tenía opciones de clasificarse para la Copa de la UEFA y jugué los últimos minutos. Marcó Kodro tres goles. De los que jugué con el Athletic, me quedo con uno que jugamos en San Mames, primer partido de la segunda vuelta (2-2-2003). La Real no había perdido ningún partido en la primera y hasta el final estuvo peleando la Liga y quedó segunda. Ganamos 3-0, hicimos un partidazo e hice dos goles. Aquella Real era un equipazo. Jugaba de memoria. Los derbis son partidos vibrantes, de los que a los futbolistas nos gusta jugar por el ambiente. Ha habido polémica en alguno, pero lo normal es que sea una fiesta en las gradas antes, durante y después del partido. El pique existe y las vaciladas también, pero son sanas. Es uno de los mejores derbis del mundo. Las aficiones mezcladas.

-Hablo con un extremo de los de antes…Una especialidad que se va perdiendo.

-Pues creo que se están recuperando poco a poco. Hace 20 años había extremos puros, después laterales largos o extremos que jugaban por dentro, media puntas escoradas. O a pierna cambiada. Y ahora creo que vuelven. Mucha influencia la tiene el Bayern que lleva años jugando con extremos específicos, retadores que entran por fuera y cuando algo funciona la tendencia es copiar. Los extremos van a volver con fuerza, por lo menos yo lo tengo claro, me gusta atacar por las bandas.

-Pero es distinto ser extremo, que jugar por la banda…

-El fútbol está evolucionando. Hoy en día se juega cada día más rápido, es un fútbol mucho más intenso, pero creo que el talento y la calidad siempre florecen.

-Por ejemplo, ¿Vinicius es extremo?

-Tiene alma de extremo, es un retador que busca el uno contra uno, pero al jugar a pierna cambiada a veces acaba jugando por dentro. Pero sí, le consideraría un extremo de los de siempre.

-¿Yeremy Pino?

-También.

-¿Bryan Gil?

-No. Puede jugar por fuera porque tiene desborde, pero lo considero más un mediapunta escorado.

- Terminamos. Su presente. A nivel personal esperando una llamada para volver a entrenar.

-Así es, viendo mucho fútbol. Poniéndome todo al día que puedo, tanto en equipos como en jugadores. Hay que estar actualizado. Es un proceso de aprendizaje constante. Tengo ganas de volver a entrenar, es lo que me apasiona.

-Pues Laudrup la semana pasada me decía que los banquillos son un sufrimiento constante…

-No estoy todavía en esa fase. Disfruto más de lo que sufro y por eso me compensa y quiero volver. Está claro que en un banquillo tienes los nervios lógicos por lo que te juegas, pero me apasiona lo que hago.