El Extremadura también lo pasa mal sobre el campo
Dos zarpazos de Barace, en el inicio de cada parte, suficientes para un Calahorra que mete al Extremadura en problemas también de clasificación.
Se presentaba fría la tarde en Almendralejo. De esa que apetece más quedarse en casa que acudir al estadio. La plantilla del Extremadura había levantado la huelga después de no presentarse en Riazor el domingo anterior, y a los aficionados les tocaba elegir. Y los poquitos que apostaron por acudir a apoyar a los suyos se quedaron más fríos aún cuando en el minuto siete Barace se inventaba un disparo desde fuera del área que sirvió al Calahorra para adelantarse en el marcador. La dificultad, nada más comenzar, crecía aún más en un partido que para los locales apuntaba ya complicado por todo lo vivido en las últimas semanas.
Los de Mosquera, con el mazazo del gol en contra y sin conseguir llegar con peligro a la portería rival, necesitaban algún chispazo para entrar en el choque. Algo que no currió hasta el minuto 30, cuando de la mano de Kike Márquez llegó el primer disparo entre los tres palos. Después Rubén Mesa también estuvo cerca de marcar. Pero el gol no llegó y eso permitió a los de Docampo marcharse por delante al descanso.
En la reanudación, el más difícil todavía. Película repetida y mismo actor principal para hacer más sangre aún. En el 53 Barace se marcaba otra jugada en solitario para sacar las vergüenzas al equipo extremeño y poner el segundo gol en el marcador. Si la cosa ya estaba mal al descanso, el Calahorra se encargó de ponerlas más difíciles aún. Mosquera movió el banquillo, con la esperanza de mejorar, pero esa tampoco fue la solución. El Extremadura, a sus problemas anímicos, suma ahora los de su clasificación. Hundidos en la tabla, con tres derrotas consecutivas, y entonando un SOS como el que se mostraba en una pancarta colgada en la grada de animación.