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ATLÉTICO / ENTREVISTA A MIGUEL ÁNGEL MICÓ

"De Paul era chiquito y yo lo veía y decía: '¿Llegará?"

Hoy dedicado a la Universidad, la de Miguel Ángel Micó (Buenos Aires, 1945) es una figura vinculada al fútbol de inferiores argentino. También de Racing. Cuando llegó De Paul.

Miguel Ángel Micó, cuando entrenaba a las inferiores de Argentina, en 2016.
OLEDIARIO AS

La primera vez que Miguel Ángel Micó (Buenos Aires, 1947; 76 años) vio a Rodrigo de Paul éste tenía 9 años y acababa de llegar a la cantera de Racing. Era flaquito, recuerda, y ponía cara de enfadado cuando le mandaban correr, rememora. Muchas veces se preguntó aquello que tantas veces se le venía a la cabeza con tantos chicos que veía pasar cuando coordinaba el fútbol infantil. “¿Llegará?”. Hoy, cuando su figura se vincula a la Universidad, se siente orgulloso del jugador en el que De Paul se ha convertido, el que vio con Argentina en la Copa América. Ese del que él fue cimiento. En Racing. Así lo recuerda mientras el sonido de algún claxon que se cuela por las ventanas de su piso, en una primera planta en Buenos Aires, le acompañan.

-¿Cómo era De Paul?

-Es de los jugadores que ha comenzado desde abajo. Empezó jugando en una liga se llama Metropolitana. La usábamos por si venía algún chico del interior, veíamos que jugaba bien pero no podíamos fichar en AFA porque estaba cerrado el libro de pases.

-¿Cómo llegó a Racing?

-Con 9 años. Yo estaba al frente de la Liga Metropolitana y un papá dijo: “Hay un chico en Belgrano... Es chiquito, interesante, ¿por qué no lo van a ver?”. Era De Paul.

-¿Qué le recuerda?

-Que se iba el último de los entrenamientos. Que trabajaba bien. Yo después me fui de Racing en 2008 y, tiempo después, le vi en un partido de Reserva (filial), yo coordinador en All Boys y felicité a los técnicos de Racing.

-¿Por qué?

-Lo vi cambiado, con dinámica, inteligencia en la cancha. Cosa que, uno, de chiquito, decía: “¿Llegará, llegará?”.

-¿Qué le veía de chiquito?

-Que le gustaba la pelota. Pero a esa edad no todos maduran al mismo tiempo. Él era delgaducho pero tenía cosa de atrevido. Pero, si le decían algo que no le gustaba, ponía la carita de enojado.

-¿Cuándo?

-Él quería hacer sus cosas, jugar como él quería. Y estaba en esas edades en las que no se le puede obligar a jugar en un sistema. Por eso es tan importante el trabajo de los técnicos en el fútbol infantil. Porque no tienen apoyo, porque, por ahí, los chicos a veces no pueden venir o tienen otros problemas, y lo que hacen para llevar a esos chicos al nivel de la alta competencia es lo que ayuda. Saben cómo viven, comen, si llega temprano, si no le gusta tal cosa, la forma de hablar… Rodrigo fue madurando con el tiempo. Le vi detalles en esta Copa América que me sorprendió.

-¿Por qué?

-Porque no es fácil jugar contra Brasil en Brasil y la forma en que lo hizo. Una personalidad en la cancha…

-¿No se le intuía de niño?

-Sí, sí. Lo que sucede es que yo me voy de Racing. Perdí el día a día. Trabajé en otros clubes, no le hacía un seguimiento.

-Usted contó una vez en una entrevista en Argentina que era de los que no corría hacia atrás.

-Él quería jugar. Jugar y tener la pelota. Manejar, dar un pase. Lógicamente uno iba viendo cómo iba a hacer para inculcarle otras cosas. A veces les decía a los entrenadores: “¿Llegará a hacer un poquito más de sacrificio?”. “Y sí, yo creo que sí”, me decían. No es fácil, eh. A uno que le gusta la pelota, jugar en toque, que se sacrifique en correr. Pero él lo que está haciendo. Ahora uno dice: “Se ve que ha tenido técnicos que sabían cómo hacerlo”. Hace un tiempo vi una nota en la que él decía que consideraba a Luis Zubeldía como un padre futbolístico. Y me puso muy contento cuando le escuché.

-Fue quien le hizo debutar en Primera.

-A Luis lo llevé yo a Lanús. Lo tuve como jugador. Y, entonces, digo: “Qué bueno que un jugador del interior como Luis, que se vino muy jovencito, 16 años tenía, creo, cuando llegó a Lanús, tuviera una trascendencia sobre él”. Jugó en la Sub-15, Sub-17, Sub-19, llegó a profesional pero una lesión en la rodilla le alejó antes de tiempo. Muy jovencito se dedicó a ser entrenador. Y le escuché que Zubeldía había sido un maestro y pensé que lo había orientado bien. Además de todo lo que le inculcó para jugar, lo hizo en lo humano, para convencerle de ciertas cosas. Los técnicos son los que van moldeando.

-¿De qué jugaba De Paul?

-Él quería jugar en el medio y jugaba ahí. En Argentina los que juegan más o menos bien, enseguida dicen: “Puede ser enganche”. El armador del equipo. Y no todos tienen la personalidad para serlo. Tiene que ser buen pasador, manejar los tiempos, buena pegada, hábil, inteligente y a él le gustaba ahí. Hoy juega donde lo pongan. Porque puede jugar por la derecha, por la izquierda, en el medio, solo, con otro…

-Cuando llegó a España, al Valencia, como extremo, no triunfó.

-Por eso antes te decía que no todos maduran al mismo tiempo. A lo mejor hay jugadores que se van al extranjero y no es el momento para ir. Y les cuesta la adaptación. Por la familia, por los amigos, por el clima… Por varios motivos. Después él vuelve a Racing, juega unos partidos, no muchos, y se va a Italia. Y ahí hubo un momento que, entre Udinese y la selección argentina, que empieza a dar todo lo que es ahora.

-En el Atlético ha triunfado nada más llegar.

-Por eso, porque ha madurado. Él se ha dado cuenta de que este es su estilo de juego y también se ha ambientado al grupo. Se siente importante. Lo hacen sentir importante. Y llegó a los 27 años. A veces, hasta cierto punto, mérito también del entrenador, que le busca la manera y el modo y el momento para decirle las cosas, y se une lo que le dice el técnico a lo que él quiere dar. Está en plenitud.

-¿Coincidió con Simeone en Racing?

-Yo no estaba ya cuando Simeone estuvo. Él se retira en Racing y luego dirige al equipo. Rodrigo estaba en la cantera.

-¿Y cómo ve ese matrimonio? De Paul-Simeone.

-(Ríe) Yo creo que se pueden llevar bien, muy bien. Tiene la dinámica que le gusta a Cholo. Un jugador que, si tiene recuperar, recupera, si tiene que mantener un duelo, lo mantiene…

-¿Recuerda a Simeone como jugador?

-¿Sabes qué sucede? Que el Cholo fue muy líder de jugador de inferiores. Era destacado ya en Sexta División. A los 15 años era: “¿Quién lo marca al Cholo?”.

-¿Sí?

-En ese momento yo era técnico de Cerro, de juveniles, y él jugaba en Vélez y ese era el clásico del Oeste a nivel de inferiores. Y Simeone era súper destacado. Por su físico, dinámica, personalidad. Yo a De Paul no lo vi jugar en Sexta pero como que no era el jugador que…

-Que se dijera: “¿Quién marca a este?”.

-No, no. Al Cholo es que había que marcarlo entre dos. Él jugaba de todo. De 8, de 5, de todo. Y con mucha personalidad. Ya de chiquillo la tenía.

-¿Le sorprenden sus triunfos en el Atlético?

-No, no. Para nada. Es un técnico que trasciende. Lo que él vivió más lo que quería. Vive el fútbol con mucha pasión y los técnicos que viven de esa manera transmiten mucho. El Cholo se veía que era un técnico para Europa. Se notaba.