ESPAÑA - SUECIA | EL PARTIDO EN LA SER
Manu Carreño: "Llevamos sin faltar a un Mundial desde 1974. Hay mucho en juego..."
España se juega el Mundial. El director de 'El Larguero' no imagina que falte en Qatar. Haber ganado a Grecia calma, pero Suecia, en Sevilla, es una final. Y como tal lo contará.
"Ahí, ahí puede hacer daño Torres. Intenta irse por velocidaaaad... Goool, gooool". Esa narración en la voz de Manu Carreño (Valladolid, 1969) ya forma parte de la historia del fútbol español. Así contaba en la tele, en Cuatro, cómo Torres le hacía a Alemania el gol de la Eurocopa 2008. El que hacía campeón a la España de Luis 44 años después de la de blanco y negro de 1964. Germen del Mundial y la Eurocopa que vinieron después. Trece años más tarde, Manu vive estos días pegado a un cargador de móvil. Mucho que analizar en El Larguero, todo. La Selección se juega estar en el Mundial ante Suecia. Su director quiere contarlo desde cada ángulo. No se imagina Qatar sin España.
¿Se imagina un Mundial de fútbol sin España?
Ni se me pasa por la cabeza. Pero, desde luego, ahora está más fácil que antes del partido de Grecia. La situación es justo al revés. Antes le valía a Suecia el empate, ahora a España. Con un empate bastaría. Aunque no hay que darlo por hecho. Y, en el peor de los casos, que podría ocurrir, porque forma parte del fútbol y del deporte, nos quedaría la repesca y España tendría que aprovechar esa oportunidad. Pero yo no me imagino otra cosa que a España primera de grupo y camino al Mundial.
El partido ante Grecia dejó tranquilidad...
Me imaginaba que podía ganar España. Eso por supuesto. Era lo lógico. Pero si a eso le sumamos que Suecia perdió, que es lo que imaginaba menos, que Suecia perdiera en Georgia, digamos que fue un jueves redondo para la Selección. Que saliesen las cosas tan bien, en los dos partidos, era más complicado. Pensaba que Suecia iba a ganar. Ahora España ha hecho los deberes, es líder y obliga a Suecia a ganar. Lo veo bastante más fácil para nosotros.
Esta ha sido, y es, una de las semanas más importantes para la Selección en los últimos tiempos.
Sí. Lo está siendo. Hemos hecho la mitad del trabajo, falta la otra mitad. Llevamos sin faltar a un Mundial desde 1974. Y está en juego eso. Ir. Hay mucha gente que piensa que es por decreto. Muchos adolescentes. Que España va porque sí, porque le toca, pero hay que ganárselo. Después del jueves, las cosas están encarriladas. Pero, insisto, hay mucho en juego. Que España no fuera al Mundial sería un fracaso rotundo y hay que decirlo así, en un grupo como éste. Hay una intensidad que se ha vivido en la Federación, en el vestuario, en los jugadores, estos días, que significa un poco lo que se está jugando.
Sí, porque se han notado nervios.
Yo creo que sí ha habido. Y sigue habiendo, aunque menos. Pero se ha notado la tensión en los días previos a estos partidos. Sobre todo en la Federación. Posiblemente Luis Enrique lo lleve mejor, como dijo el día previo a Grecia, que está más acostumbrado a la presión. Pero en la Federación no querían ni imaginar un tropiezo ante Grecia o que Suecia ganase y la pueda liar en Sevilla. Sería un palo tremendo. Porque hemos estado. O ganando títulos, Eurocopa de 2008, 2012 o Mundial 2010, o pegándonosla. En octavos, en cuartos, en la primera fase, como en Brasil, batacazo, pero siempre ahí, estando. Lo que no espera nadie es no estar.
¿Qué le parecen las listas de Luis Enrique? Siempre hay mucha polémica alrededor…
A mí me parece que hay que respetar sus decisiones, pero él tiene que respetar las críticas. Porque hay que respetar al seleccionador. Lo mismo que cuando Ancelotti no lleva a Hazard o el Cholo no le da a João Félix los minutos que nos gustarían, tenemos que entender que Luis Enrique deje fuera a algunos jugadores que seguramente hagan méritos para estar, como Iago Aspas o Canales. Pero también él tiene que aceptar la crítica, como lo aceptan los entrenadores de clubes. Es donde más tensión innecesaria crea. Para muchos en la Federación sería perfecto tener a Luis Enrique entrenador en el banquillo y a Del Bosque en la rueda de Prensa.
Lleva un aire Clemente.
Es una táctica viejuna ya, a lo Mourinho, que busca, para unir al grupo, buscar enemigos. No es necesario. Luis Enrique es tan buen entrenador que no necesita eso. Puede unir al grupo sin buscar peleas innecesarias porque tampoco las hay, tampoco hay una gran crítica contra Luis Enrique. Hay críticas normales. Como las hay con otros entrenadores y no pasa nada.
Usted formó parte del equipo de Cuatro que abrazó ese lema, 'Podemos', bajo el que llegó la Eurocopa 2008, el Mundial, la Eurocopa 2012...
No queda lejos en años, eh, tampoco han sido tantos. Diez, una década. Pero sí en sensaciones. Por todo lo que ha venido después, que no hemos dado con la tecla en ningún sitio. Hasta llegar esta Eurocopa, con Luis Enrique, que volvimos a ser semifinalistas. Pero sí que parece otra época. Lejana.
Los Xavi, Iniesta, Casillas, Puyol…
Toda aquella generación. Con Del Bosque, con Luis. Parece que queda lejos... Lo que hace falta es que esta generación, que tiene una pinta increíble, emerja y que vuelva a competir por los títulos. Ya no te digo que volvamos a ganar dos Eurocopas y un Mundial pero sí que, por lo menos, tengamos un equipo que pelee por ellos. Eso es lo que debemos pedirle.
A los periodistas en España, durante mucho tiempo, cuando se les preguntaba cuál era su sueño, siempre decían: "Contar un Mundial de España". Usted lo cumplió. ¿También era su sueño?
Hombre, claro. Nunca lo habíamos visto. Sabíamos que, en blanco y negro, España había ganado una Eurocopa, la de 1964, pero no conocíamos más méritos. Y vivirlos en el presente y, sobre todo, contarlos. Y ver cómo estaba todo el país, especialmente con el Mundial, porque las Eurocopas fueron la leche, la de 2008 sobre todo, la del famoso: "Podemos" que decías, pero ganar un Mundial, depende de tantas cosas... De si el balón de Robben le pega en el pie a Casillas, de si un penalti… Tantas cosas que, al final, te vas dando cuenta de que te vas metiendo. Un partido, otro. Y dices: “Ostras, que va ser”. Fue una gran satisfacción poder vivir aquel momento in situ.
¿Cómo viven en 'El Larguero' esta semana?
Con la intensidad y con la importancia que tiene. Sabíamos que Grecia y Suecia son dos rivales a los que hay que ganar pero te pueden complicar la vida en un momento dado. Y se vive como lo hemos hecho con Grecia, analizando al rival, cómo van a jugar, qué puede sacar Luis Enrique con las bajas que ha habido… Y lo mismo vamos a hacer frente a Suecia. Analizarla. La conocemos más. Imaginamos que se meterán atrás, a pesar de que necesitan ganar.
¿Da más miedo con Ibra?
Sí. Cualquier equipo lo da. Pero ante Georgia estaba con Isak, titulares, y perdieron. Pero impone. Se marchó a Estados Unidos, y parecía que colgaba las botas, y vuelve a Europa, a la élite, triunfando con el Milan. Un equipo con Ibra e Isak siempre da miedo. Pero hay que pensar que España, en bloque, es mejor. No hay que tener miedo. Aunque no nos han puesto las cosas fáciles en los enfrentamientos recientes.
¿Qué le gustó más de España ante Grecia?
No es un partido para guardar. La primera parte más vistosa, la segunda menos. Me gustó Raúl De Tomás. Le vi bastante bien para ser sus primeros minutos con España, Gavi. Lo mejor fue el resultado. Pero lo que sí que tiene esta Selección, esta generación, en plena regeneración y plagada de bajas, es que nunca deja de creer en la idea que les transmite Luis Enrique.
¿Cómo le ha cambiado la vida dirigir 'El Larguero'?
Cada día es un reto muy bonito. No era fácil. Cuando te dicen que hay que sustituir a José Ramón de la Morena dices: "Ostras, bueno, pues venga. Pues claro que sí".
¿Tardó en decir que sí?
No. No tardé mucho. Porque, si tardó mucho, igual digo que no (ríe). Lo mejor era tardar poco. Nunca asusta, pero sí tienes una responsabilidad. No por suceder a José Ramón, con quien trabajé hace unos años, los años que dirigí 'Carrusel' con Ponseti. Y, luego, pues te toca 'El Larguero' también. Para mí fue un orgullo. De verdad. Que la Cadena SER, otra vez, pensará en mí. No deja de ser un reto al que no puedes decir que no. Primero, porque me gusta mucho mi trabajo. Segundo, porque me apetecía mucho hacer un programa nocturno otra vez. Y, tercero, porque me encanta el equipo que formamos, con el que seguimos a día de hoy. Somos una familia y nos lo pasamos bien cada día, dentro de, como te decía, la responsabilidad.
¿Cómo son sus días?
Muy largos (ríe). Mucho teléfono. Pero con la satisfacción de, cada noche, irnos a la cama diciendo: "Hemos hecho un buen programa". Y espero que el oyente piense lo mismo.
Usted ya había hecho un nocturno, en Onda Cero.
Un año. Una etapa que acabó antes de tiempo y qué, posiblemente, hubiera durado más.
¿Qué pasó?
Que coincidió con el nacimiento de Cuatro en España. Pensaron en incorporarme para hacer los deportes y ahí me fui. No me lo pensé cuando me llamó Elena Sánchez, que en paz descanse. Era para empezar con Iñaki Gabilondo. Muy difícil decir no a esa aventura.
'El Larguero' es el referente de la radio nocturna. Todos a la cama con el transistor.
¡Cómo me iba yo tantas noches! Espero que ahora muchos sigan haciendo lo mismo (sonríe). Aunque ahora han cambiado los hábitos.
Mucho.
Antes solo teníamos uno: el transistor bajo la almohada. O los auriculares. Ahora se puede consumir en el ordenador, el móvil, en el podcast cuando te levantas… Pero con ese mismo deseo y esa intención hacemos 'El Larguero' cada noche, más allá de suceder a de la Morena, que tiene su importancia y su responsabilidad. Asumes este reto con la intención de hacer un buen programa cada noche, de pasárnoslo bien dando noticias. Que el que esté al otro lado de la radio se lo pase bien y se entere. Y que forme parte de nuestra familia. Ese es nuestro reto.
¿Cómo se elabora?
Las tardes empiezan por la mañana. Ahí siempre hay una primera llamada. Luego, por las tardes, empezamos a descartar cosas y proponer nuevas. La actualidad te va marcando. Este es un trabajo sin reloj. 'El Larguero' es un programa vivo 24 horas. Entonces, tu teléfono también está vivo.
¿Cómo han cambiado los podcasts la radio nocturna?
La forma de consumir está en constante transformación... mientras estamos haciendo 'El Larguero'. No hay tiempo para parar y adaptarte a esa transformación. ‘El Larguero’ también tiene que ir adaptándose a esa forma de consumo. 'El Larguero' y todos los programas de radio. Es otra manera de consumir. Hay gente que busca cosas concretas. Gente que busca el 'Sanedrín'. O 'La opinión de Manu Carreño'. O lo que ha dicho Álvaro Benito. O Iturralde de la polémica. Es un consumo a la carta. Hay gente que sigue, la gran mayoría, el programa en directo. Pero hay mucha gente que lo hace de otra manera. En el coche, por la mañana, cuando va al trabajo, afeitándose… Con la facilidad de escucharlo desde el móvil. Con eso nos vamos moviendo también nosotros. Me parece que es algo que es inevitable, positivo, bueno. Cuantas más formas haya de consumo, mejor y más fácil. Así que adaptándonos a esos nuevos consumos en el programa y encantados.
Ahora ha llegado Twitch.
Hay una cosa que me parece positiva. Del Twitch, de Ibai (Llanos). Lo mismo que antes veíamos la tele y estaba La 1. Y luego llegaron Antena 3 y Telecinco. Y más tarde Canal+. Y ahora Amazon y Netflix. Y Twitch. Y, en el fondo, todo va sumando. Se van creando pequeñas parcelas. La audiencia se va dividiendo pero, en el fondo, todo el mundo está consumiendo. Son distintas formas de comunicar y todas son válidas y bienvenidas sean.
Ibai Llanos es un referente, sobre todo entre los jóvenes.
¡Dímelo a mí! ¡Fue mi hijo quien que me dijo que tenía que conocer a Ibai hace cuatro o cinco años! Yo no sabía ni quién era. Y me hizo conocerlo. Y ahora siempre me lo dice: "¿Te acuerdas que yo te hablaba de Ibai Llanos cuando nadie le conocía?". Me parece positivo todo eso. El consumidor luego es el que elige dónde se quiere informar. No hay una forma de comunicación que no sea válida.
¿Usted vuelve a escuchar o ver los programas que hace?
Te voy a confesar una cosa que, no sé, si debería: jamás, creo, he visto un programa mío en la tele. Y, jamás, creo, me he parado a escuchar un programa mío de radio. A lo mejor hay alguien que me dice: “Pues deberías”. Pero nunca lo he hecho. Pero no por nada. Sino porque me parece que hay que gastar más energía en el día siguiente que en el de la noche anterior.
De las voces de su 'Larguero', ¿de cuál se siente más orgulloso?
De Kiko. Llevo trabajando con él mucho tiempo y es la leche. Aparte de un tío cojonudo en lo personal, es fútbol con mayúsculas. Sabe mezclar como pocos lo gracioso sin ser chistoso. Ni tomarte a coña el fútbol. Que es sagrado. Y eso Kiko lo sabe mejor que nadie. Y estoy orgulloso de Álvaro Benito. Ha sido un descubrimiento un poco posterior. Y lo que nos ha dado a la familia de la SER no estaba en nuestras mejores quinielas.
Ve el fútbol como nadie.
Como pocos. Pero esa no es su mayor virtud. Es cómo lo cuenta. Ver el fútbol hay mucha gente que lo ve, pero luego no saben contarlo o explicarlo fácil. Y Álvaro ha hecho que, en los bares y en cafeterías, se hable de bloque bajo, de bloque alto. Él ya estaba comentando para 'Carrusel' cuando entrenaba al Real Madrid, luego pasó lo que pasó y casi fue un regalo para nosotros. Se desvinculó de otros medios y se entregó a la SER y estamos orgullosos de que sea así. Y luego Gustavo López. Es un tío con mucha experiencia, en Argentina, en Europa, otra gran visión de fútbol. E Iturralde, ¡qué te voy a decir de Iturralde! Es la referencia. Y Antoni Daimiel, por el que siento debilidad. Ese es el Sanedrín más técnico.
Pero no el único.
Sí (ríe). Tengo otro, más canalla. Con Talavera, Romero, dos tocapelotas profesionales. O con Jordi Martí y su ironía. Con Pulido, con Gallego, Antón Meana. Estoy en muy buenas manos. La verdad es que tengo un equipo que soy un privilegiado.