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LEGANÉS

Nafti y la vía inversa del Alcoraz: arriesgar poco y acertar mucho

Los pepineros dispararon apenas cinco veces, pero marcaron dos goles con el ratio de acierto (40%) más alto de la temporada. Es la fórmula opuesta a la que deslizó el técnico en la previa.

Nafti y la vía inversa del Alcoraz: arriesgar poco y acertar mucho
JAVIER NAVARRODIARIO AS

El Leganés venció este viernes en Huesca (0-2). Jamás antes había ganado en El Alcoraz. El triunfo, además de para cortar una racha de siete partidos seguidos sin cosechar los tres puntos (la última vez lo logró 26 de octubre en Miranda) sirvió también para descubrir una versión mucho más sobria de los pepineros, apenas arriesgada en ataque y extraordinariamente cauta en defensa. El planteamiento de Mehdi Nafti funcionó en la retaguardia (no encajó por primera vez desde el 19 de septiembre), pero curiosamente se hizo especialmente brillante en ataque, donde los pepineros dispararon su eficacia hasta límites insospechados esta temporada.

El Leganés sólo tiró cinco veces y de esos cinco remates, apenas tres fueron a puerta. Es decir, que el 40% de los remates totales terminó en gol. Extrapolado a los remates entre palos, la cifra se dispara hasta el 60% de puntería. Jamás el Leganés había tirado tan poco este curso. Jamás en lo que llevamos de temporada había alcanzado ratios tan altos de eficiencia que, por cierto le permitieron ganar por primera vez por dos goles de diferencia, el mayor margen de esta campaña. Así de pobre estaba siendo la campaña blanquiazul.

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Una promesa invertida

Los datos contrastan con el discurso de un Nafti que, en la previa del viaje a Huesca, deslizó que su fórmula de juego sería la de fomentar el ataque para aprovechar el enorme torrente ofensivo de su plantilla. El reto, decía, estaba en encontrar “equilibrio” para defender mejor y que cada ocasión en contra no se convirtiera en gol, algo que venía sucediendo con excesiva frecuencia.

Sucede, sin embargo, que en Huesca el planteamiento fue justo el contrario... aunque con matices Al Leganés le llegaron mucho (11 remates), pero le tiraron poco entre palos (sólo dos tiros, el tercer registro más bajo de la temporada). En algunos casos, por méritos de un Lega que en defensa apretó más en intensidad, encimando al rival para que estuviera incómodo. También fue mérito de arriesgar poco en la construcción. El Leganés acertó en el 90,95% de sus pases en campo propio (4º mejor registro de la temporada) lo que permitió que el rival tuviera que construir sus propias oportunidades, que no se las regalaran por pérdidas tontas cerca del área de Riesgo.

Y todo eso dibujó un equipo mucho más sereno en defensa, pero que al contrario de lo que sugirió Nafti, no fue tan alegre en ataque. Primero, porque apenas construyó en territorio enemigo, con un escasísimo porcentaje de acierto en el pase en campo contrario (68,39%, el 4º peor de la temporada). ¿Es necesariamente un guarismo negativo? No si se produce por mantener el juego en tu campo y sólo pisar el contrario lo justo para atacar. Ahí la clarividencia del Leganés fue máxima, con la antes mencionada eficacia, cosa también del balón parado. El 0-2 llegó en estrategia.

Está por ver si el Leganés consolida este modelo o si, por el contrario, se trata sólo de una excepción. Sea como fuere, el triunfo en Huesca inyecta toneladas de calma a un equipo que ahora quiere consolidar la mejoría contra sus dos próximos rivales: Oviedo en Butarque y Zaragoza en La Romareda. El choque en territorio aragonés se convierte, por cierto, en un duelo directo por la permanencia.