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LEGANÉS

El método Mehdi Nafti, marcaje intenso desde el calentamiento

El nuevo entrenador del Leganés sorprendió metiendo caña a los suyos incluso en la previa de su debut. Acabó sin voz el duelo ante el Cartagena. Su discurso gusta en el club.

El método Mehdi Nafti, marcaje intenso desde el calentamiento
Juan AguadoDIARIO AS

Aparenta Mehdi Nafti, nuevo entrenador del Leganés, ser de esos técnicos que da importancia a las apariencias. Que trata de transmitir con cada acción. Dentro y fuera del terreno de juego. Cuenta el vestuario pepinero que su discurso está siendo enérgico. Lo poco que se deja ver en los entrenamientos (15’ a puerta abierta por sesión) se muestra comunicativo y cercano. También insólito en la preparación de los partidos. Por ahora sólo le ha tocado ponerse a los mandos de uno, el empate ante el Cartagena, un duelo que empezó a disputarlo antes si quiera de que el árbitro diera orden de que la bola rodara.

Porque el franco-tunecino saltó al césped con sus pupilos mientras éstos hacían un calentamiento que, quizá por la presencia del preparador, quizá porque sabían que de su rendimiento en cada detalle dependerá su titularidad, fue más intenso de lo habitual. Ayudó que el propio Nafti arengó a los jugadores con gritos que, en la soledad de un Butarque aún por habitar, sonaban incluso entre los acordes de la megagonía. A su lado, Pepe Bermúdez, su segundo, como fiel escudero de cada movimiento. El resto del cuerpo técnico también presenció de cerca una sesión que parecía tener el halo de liturgia para la batalla.

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Intenso y sin voz

Con el pitido inicial, cuando sonaron los compases de la guerra, el nuevo comandante en jefe de las tropas blanquiazules dirigió a los suyos con intensidad, pero sin rozar el espectáculo de otros técnicos amantes de la agitación (léase entre líneas Cholo Simeone). Quizá incluso su gesticulación estuvo un punto por debajo de un Garitano que en eso de agitarse es técnico insistente. Lo que sí varió fue el diálogo y la conversación con los árbitros, más intensa en el caso del nuevo técnico del Leganés.

Todo bajo un intenso temporal que, unido al griterío, provocó que Nafti compareciera en sala de prensa con la voz tomada (pidió perdón a la prensa por el hilo irregular que le salía) y la fatiga en el verbo. “Voy a responder a la segunda pregunta que me has hecho, porque estoy cansado para recordar la primera”, llegó a bromear durante un tramo de una comparecencia henchida de orgullo por el derroche de los suyos, pero también con mensajes de realismo que han gustado en Butarque. Como reconocer que Garcés aún debe currar para ganarse el perdón del público o aplaudir el esfuerzo de unos jugadores que también agradecieron los mensajes de agradecimiento alejados de algunos reproches vistos esta temporada.

Guiños que se podrán ver, de nuevo en apenas 48 horas. Ha querido el calendario del Leganés que el estreno de su nuevo entrenador esté compuesto por seis días con dos partidos y sólo cuatro ventanas para entrenamientos. Escaso margen en el que Nafti trabaja para introducir “muchos conceptos” en la cabeza de sus jugadores y, sobre todo, agitar un estado de ánimo aletargado. Una misión en la que cuenta más el cómo del discurso que el discurso en sí. Por eso la cercanía de un técnico que ejerce con intensidad sin dejar apenas espacio para la improvisación. Incluso en un calentamiento.